Por: Rodolfo Pastor Fasquelle
La historia será otra cosa y mucho mas severa. El problema histórico no es que lo enjuicien, sino que se lo haya dejado llegar tan lejos y siga siendo el candidato. No se engañaba el General Kelly cuando lo llamaba idiota, a morón. Hay pocas incógnitas al respecto. Aunque D.T. prohibió que sus colaboradores comparecieran ante el Congreso que investiga sus actuaciones dudosas. Quedó demostrado que Trump usó la máxima Magistratura para chantajear al gobernante de un aliado en guerra en procura de un favor político personal. Es un corrupto más peligroso que el pobre diablo de Nájera, Mike, tu jefe.
Empero otras cortes en California y Nueva York han bloqueado los intentos de dejar fuera de la nómina electoral al candidato que no publique sus estados financieros. La Corte Suprema aún no ha dispuesto permitir que se entreguen al Congreso los historiales financieros de Trump, que el parlamento estadounidense ha exigido a los bancos. Siguen ocultas sus declaraciones de impuestos. Si fueran transparentes esos registros, él mismo los hubiera publicado para despejar dudas, Trump es un tramposo. Sin embargo, a muchos eso no les importa y la gente aquí se hace falsas ilusiones.
Que, si lo van a destituir, y si cayera, caería JOH, y si los demócratas ganan la elección cambiaría la política de EUA. Nada de eso es cierto. Y ahora que ya tiene un trillón y medio de dólares para su fuerza del Espacio Sideral quizás ni los extraterrestres puedan sacar a Trump de la Casa Blanca.
Cómo no me iba a complacer si le pudieran destituir, pero no creo. Lastimosamente ¡Ay! nadie que cuente está interesado en mi opinión. Luego de remitida (por 23 contra 17 votos) la acusación del Comité de asuntos judiciales al pleno de la cámara baja, ésta ha votado, siguiendo la pauta de los partidos, 230 contra 190 para imputar al presidente. Por dos delitos, abuso de poder y obstrucción del proceso. Ante el Senado, que es el que juzga y sentencia, se espera igual una votación por partido y el Republicano tiene ahí una mayoría suficiente. Remotamente cabe el prospecto contrario, porque como JOH, Trump, busca destruir a quien se le opone y hay muchos hartos. Pero nadie ha logrado contar hasta ahora a tres republicanos honestos que se la jueguen y pongan a su país por encima de su partido, con riesgo de todo.
La cabeza del Congreso la demócrata Nancy Pelossi entretanto ha retenido la acusación formal, que es su facultad, sin enviarla a la cámara alta. Aún se debaten las reglas del proceso que pareciera ser hoy lo más importante y esta en suspenso. Y Nancy ya invitó a Trump, para que dé su mensaje del Estado de la Unión, el más importante al año, ante ambas cámaras, el 4 de febrero. Es decir, como el de JOH sobre la Maccih, hasta después de Los Reyes. Me atrevo a anticipar que pronto habrá reglas convenidas, que el juicio se llevará a cabo poco después de esa fecha y que el Senado disciplinado salvará la presidencia de Trump.
Algunos senadores alegan que no fue ilegal lo que hizo Trump, otros más sostienen que pudo ser ilegal pero no amerita la destitución de un presidente electo, porque le hace más daño al país. No sé si aún sea tiempo de hacerle una amonestación. Y a otros (recuérdese que todos son políticos profesionales), simplemente no les importa y valoran más los logros recientes en materia de política comercial exterior y fuerzas armadas.
Aun así, Trump está enojado, y sus correligionarios también. Las fotografías de sus rostros desencajados valen oro y diamantes. Políticamente el daño está hecho, independientemente del resultado final del juicio. Porque después de los senadores, en el año que viene deben votar los electores. Y aunque habrá beneficiados en materia de empleos, también cuenta la confiabilidad demeritada.
Hay que confiar en los presidentes, que serán decentes, que dirán la verdad y que facilitarán la justicia. Porque al final del día, el presidente de los Estados Unidos también tiene a su alcance en todo momento, el botoncito que pudiera desatar una guerra nuclear que terminaría con la civilización. Mientras que los coreanos van a probar hoy un misil que puede llevar una bomba de esas a San Francisco y a Los Ángeles cuando Trump había dicho que tenia todo bajo control.
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Por lo demás, frente al materialismo craso que pudiera beneficiarlo en Estados Unidos, hay (no está claro por qué, un revival histórico) una renovación importante de los valores tradicionales, de los que Donald Trump es antagónico, y además, en el proceso de consolidar su base de fieles fanáticos, se ha hecho de muchos enemigos, con sus políticas inhumanas, su persecución a los jóvenes, y sus insultos continuados a todo aquel que piensa ligeramente diferente a él, incluso sus correligionarios.Felizmente, ese Presi, no es católico, porque habría sido difícil cantar los villancicos imputado, con una amenaza como la del impeachment y con la incógnita al respecto. A Trump ciertamente se le ha exhibido. Eso lo descalifica ante la sección del electorado de los ciudadanos decentes, que hacen impecables declaraciones y pagan sus impuestos debidamente, y que no se atreverían nunca a usar los recursos de sus cargos en provecho propio. Lo mas significativo es que se ha dividido su base religiosa fundamentalista y algunos de estos evangelistas piden destitución. La cuestión, en términos electorales, es si ese sector de ciudadanos es lo bastante grande como para que la hueste movilizada de los adeptos de Trump, las nucas rojas (red necks) y cuellos azules (blue collar workers), mayormente de bajos ingresos y poca educación, junto paradójicamente, a los magnates de Wall Street, dejen de prevalecer en los estados que en la última ocasión, le dieron los votos electorales que necesita. No es claro.
Trump es peligroso. Pero tampoco está claro que una presidencia de Biden y aun de la Señora Warren sería realmente mejor para nosotros. Ellos estaban ahí en 2009, y no levantaron un dedo para aliviar nuestra catástrofe. Bernie Sanders sí reformularía su política, y ha mejorado sorprendentemente su desempeño en las encuestas en los últimos días, pero aún está muy lejos de la opinión pública mayoritaria y Sanders es sistemáticamente saboteado por los poderes fácticos, y por la prensa que también allá manipula.
Para ser exitosa, la candidatura demócrata tendría que estar arreglada a la necesidad de la coyuntura. De modo que no es probable ni mucho menos seguro que si fuera el candidato Bernie le ganaría a Donaldo. Lo que está fundamentalmente equivocado en la lógica optimista de los compas, es que no es el gobierno de EUA quien sostiene a JOH. Lo apoya sin duda, pero Trump ha tenido incluso la desfachatez irrefutable de declarar públicamente que el gobierno de Honduras es un lamebotas.
Nadie realmente reta al actual gobernante frente a sus apoyos internos, los empresarios, los pastores y los militares que lo sostienen tranquilo. He ahí el nudo.
https://criterio.hn/la-amarga-navidad-de-trump/
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