
Si
imagináramos un triángulo isósceles puesto al revés, es decir con el
vértice hacia abajo, podríamos visualizar la base del mismo en la parte
superior.
La
hipótesis consiste en que el triángulo puesto boca abajo representa la
política exterior ideológica imperial, en donde el vértice inferior
refleja el país que sigue obedientemente todos sus lineamientos, y la
base superior es la plataforma política de imposición a nivel mundial
dirigida a países endebles, cuyas economías y políticas estatales son
dependientes de la gigantomaquia planetaria de Estados Unidos.
Es
fácil determinar y focalizar tales estrategias y tácticas, sólo basta
repasar las noticias del continente europeo, africano, del Medio
Oriente, de Oceanía o de Asia.
En
cada país de las regiones mencionadas se percibe la forma y naturaleza
de tales modalidades. Los ejemplos son claros: Libia, Irak, Siria,
Corea del Norte, Afganistán, etc.
En
nuestro continente americano (Nuestra América decía José Martí), el
imperio ha agrupado su política económica, financiera e ideológica en
los países colindantes con el Océano Pacífico tales como México,
Guatemala, Honduras, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú, Chile y ahora
se agrega Argentina.
Todos
ellos configuran un haz de naciones que responden como grupo ideológico
de derecha ante los países pertenecientes al Alba, cuyos más
destacados partícipes son Venezuela (los fundadores e impulsores
fueron Fidel y Hugo), Ecuador, Bolivia, Nicaragua, El Salvador, Cuba y
casi todos las naciones caribeñas insulares que han asumido nuevos
valores de solidaridad inter actuantes entre ellos mismos.
En
el fondo, la lucha ideológica se plantea de manera dicotómica entre
ambos bloques, los cuales en el concierto continental libran una
durísima batalla sorda, mezquina, plena de odio, maledicencia y
perversión, por parte de los países títeres correspondientes.
Sabe
la superpotencia que (retrotrayendo el siglo XIX cuando América se
separó de España) es posible en el decurso del tiempo que la gran
mayoría de los pueblos americanos, finalmente pasarán a una
independencia total del emporio norteamericano que domina el mundo, en
donde, por cierto, va perdiendo terreno en diversas regiones geográficas
de la tierra.
Los
pueblos luchan por valores de equidad, justicia, soberanía y contra la
explotación desmedida y deshumanizada de los seres humanos.
Esa
lucha es continua, desigual, desequilibrada. Ante ello se enfrentan dos
fuerzas antagónicas clasistas, sea desde la perspectiva que se analice
el contexto respectivo.
Ante
el avance de las revoluciones ciudadanas continentales, los directores
de la política exterior N.A (Departamento de Estado, y todas las
agencias de inteligencia especializadas por zonas y países en la
geografía terrestre) han sido responsables de los cambios de gobierno,
sucesiones presidenciales, injerencias diplomáticas, programas
específicos en prácticas intervencionistas y toda clase de instrucciones
estratégicas para gobiernos en donde las élites supremacistas sociales
las aplican con el objetivo de sostener el estatus quo de dominio y
explotación acompañado de las más agudas represiones posibles en todos
los campos de la esfera de la vida social, económica, política e
ideológica.
Honduras,
tal como los describen Víctor Ramos y Pastor Fasquelle sufre una
envestida de los agentes y ex agentes de la CÏA enviados a Honduras para
crear una atmósfera igual o peor a la sufrida en el año 2009, cuando
las marionetas hondureñas movieron cielo y tierra siguiendo al pie de la
letra el auténtico manual golpista que fuera aplicado en Argentina,
Chile y Venezuela , trasuntados de un feroz anticomunismo rabioso, tanto
que que en aquellos países se contaron por millares los encarcelados,
desaparecidos y asesinados durante la década de los años 70s.
Tanto
JJ Rendón, como Otto Reich y Roberto Carmona, que poseen intereses
económicos en el país de Francisco Morazán, a lo mejor por su propia
ideología desnaturalizadamente fascista y asesina, y patológicamente
esquizofrénicos, han llegado al país para difundir en los medios de
comunicación de la élite fáctica, miedo, terror, desconfianza, duda,
sospecha, turbación y desasosiego entre los electores más desinformados,
analfabetas, ingenuos, crédulos, incautos, aislados de la realidad
nacional, faltos de conciencia social, cándidos y que pertenecen a esa
porción del voto indefinido todavía, a esta altura del proceso
electoral.
El
gobierno que ha sido una de las peores lacras políticas de los últimos
tiempos, ha asumido como autómata, las indicaciones respectivas
referentes a la desinformación con fines perversos capaces de eliminar a
cuanta persona se les ocurra en su afiebrada mente descompuesta, con
tal de lograr que el votante, finalmente, muestre aprensión y pavor, el
día de la votación general.
En
tal sentido han recurrido a las viejas tácticas anticomunistas. Primero
copando todos los medios burgueses de comunicación, así mismo,
comprando a periodistas, presentadores de televisión, personalidades
que son reaccionarios más allá de la doctrina de seguridad nacional,
para que con su trabajo profesional incidan en la voluntad y pensamiento
electoral de los ciudadanos honrados y des ubicados del verdadero
problema ideológico y político de la nación.
Luego
han usado los falsos positivos burdos, torpes e infantiles que llevan a
la práctica los aparatos represivos del Estado como la policía tanto
civil como militar.
Y
han puesto una parafernalia de voces de pastores evangélicos y
católicos, mismos que reciben remuneración estatal, violando de este
modo, la prerrogativa constitucional del Estado laico que fundó y
preconizó Francisco Morazán.
El
gobierno que finaliza fue un saqueador de todas las arcas del Estado,
las cuales financieramente contienen millonarias cantidades de dinero,
al grado que hasta a los jubilados se les arrebataron los ahorros de
toda la vida, el único dinero fresco contante y sonante que existe en el
país, junto con el dinero proveniente del narcotráfico y el lavado de
dinero en los bancos de la pandilla presidencial.
Fue
un gobierno asesino de jóvenes estudiantes de secundaria y de la
universidad, de jóvenes en general tanto mujeres como varones.
El
gobierno fue una enredadera maldita de una magnitud escalofriante ya
que copó toda las infra estructuras y superestructuras del Estado, sin
que nadie ni nada pudiera detener la voracidad de un monstruo que solo
Hobbes ha podido describir como el Leviatán.
Este
monstruo de Tomás Hobbes (1588-1679) es descrito como la materia, forma
y poder de la república que construye la iglesia y el poder civil. Este
monstruo devorador posee un poder descomunal, de cuya gigantesca
dimensión tienen temor los fuertes, y es tan hiperbólico su dominio e
imperio que no hay sobre la tierra quien se le parezca, es un animal de
una enormidad fabulosa que no le tiene temor a nadie y su comportamiento
psicológico menosprecia todo aquello que es sublime, excelso, elevado y
glorioso, como la patria, se considera mucho más que un rey, es como un
Dios terrestre que entre los soberbios se considera el soberano,
monarca, emperador.
Toda
la parafernalia fascista tiene esos caracteres hobbeanos que están
caracterizados por las invenciones, ficciones pervertidas, del asesino
compulsivo, del malvado coercitivo, capaz de llevar al holocausto a
media humanidad como lo hizo Hitler, Stalin, Pinochet, Videla.
Solo
hay una fuerza capaz de detener tal bestia inhumana, que ocupa la
mentira, la calumnia, la falsedad, la farsa, para alimentarse,
infladamente cada día que pasa.
Esa
fuerza es la voluntad soberana de los pueblos que se manifiestan en
elecciones democráticas mediante el voto considerado como la expresión
más alta de la voluntad política de los ciudadanos que escogen a sus
autoridades para que representados por diputados, regidores,
presidentes, designados presidenciales que —representando a sus
votantes— lleguen a construir la república idónea donde la felicidad
colectiva sea la más alta dimensión humana de equidad, justicia y
soberanía popular.
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