Noviembre 22,2017 / Criterio.hn / Por: Edgar Soriano Ortiz
Este 26
de noviembre de 2017 se llevarán a cabo las elecciones generales luego
de 8 años de gobierno del partido Nacional facilitado por las argucias
post golpe de 2009. El régimen engrandecido por su autoritarismo bajo la
dirección de JOH es el principal instrumento de las élites, mientras
que el Partido Liberal como aliado natural del tradicionalismo dominante
es un disuasivo estratégico, pero la actitud de su alta dirigencia está
divorciada en gran medida de su base regional y local.
Al otro lado
está la Alianza de Oposición contra la Dictadura, liderada
principalmente por el partido Libertad y Refundación quienes postulan a
Salvador Nasrralla quien goza de amplias simpatías de sectores no
ligados a la tradición política y la militancia convirtiéndose en un
fuerte opción para enfrentar la maquinaria de un poder cohesionado por
sus fantasmas y temores de perder sus privilegios.
Desde
2009 las estrategias de fuerzas internas y externas por dispersar a la
resistencia y disciplinar a distintos sectores fácticos en el territorio
han estado presente junto a un Estado con fuertes tintes autoritarios
que constantemente ha violentado los derechos de la ciudadanía. El
Estado hondureño controlado por una casta de familias y oportunistas al
servicio de intereses quienes asumen a cual mejor actor teatral su
personalidad inmaculada legitimando toda acción en nombre de la
“patria” y el “Estado de derecho”. A veces casi al mejor estilo del
cinismo iluminado de personajes como Mussolini, como sucedió el 16 de
mayo de 1925 en el parlamento italiano en el que el dictador enfrentaba
con soberbia y sonrisas burlescas los argumentos estructurados del
pensador Antonio Gramsci, encarcelado años después por su régimen. Entre
frenéticas intervenciones acusatorias de los seguidores de Mussolini
Gramsci le simplificó que su régimen no se sostenía en el poder
legitímate: “vosotros no contáis con más consenso que el obtenido a
palos” (Gramsci, Antología, 1970).
Con el
ejemplo anterior se puede emular las formas de hacer política en
Honduras de parte de las castas familiares-grupales que representan una
gran minoría de la población y que con cinismo absoluto asumen su papel
teatral de “padres de la patria”. A continuación desgloso este gran
reflujo conservador que vive Honduras y que impone en el actual
escenario electoral el miedo:
- El conservadurismo de privilegios: Desde el periodo de la administración colonial española reducidos grupos familiares asumieron el control de los territorios y durante la construcción institucional republicana la desigualdad se profundizó, generando pobreza y tensión social. Ante ello las elites han mostrado su preferencia por los golpes de Estado para evitar reformas políticas que encaminen a la política participativa y de esa manera mantener esos viejos privilegios.
- Cúpulas religiosas: soñolientos de épocas fundamentalistas y abiertos a privilegios contemporáneos los líderes de las iglesias se han aliado fácilmente al golpismo y las formas autoritarias imperantes. Cabe destacar que hay una minoría de líderes a nivel de base religiosa que han asumido posturas más democráticas y resistentes ante la injusticia.
- Los medios de comunicación: Las élites en las últimas décadas tomaron el control de los medios de comunicación y monopolizaron sus capacidades institucionales convirtiéndolos como plataformas ideológicas al servicio de los intereses financieros.
- El partidismo tradicional: para mantener los viejos privilegios de un orden gravitando entre formas cuasi-feudales y capitalismo corporativo el Partido Nacional y el Partido Liberal se convirtieron en instrumentos claves de las relaciones políticas durante el siglo XX y principios de la presente centuria.
- Los intelectuales de derechas: en Honduras muchas personas que escriben en el nivel de articulistas, ente ellos militares retirados, abogados y de otras profesiones apelan a un discurso republicano partiendo idílicamente desde la “polis” griega con fin de argumentar que hay que defender las “instituciones democráticas” frente a las amenazas foráneas. Vaya contradicciones apelan a dogmas liberales y cuestionan argumentos de construcción de una democracias participativas, defienden el orden establecido mientras a su alrededor hay casi un 70% de sus conciudadanos que viven bajo la línea de la pobreza. Se discierne en sus escritos limitaciones teóricas, resentimientos y para algunos intereses concretos.
- Los imaginarios, entre el hartazgo y el miedo: tomando en consideración los anteriores elementos de dominio y de difusión ideológica la población está entre la incertidumbre, el cansancio y el miedo. Pero no todo es tan dócil, hay amplios sectores que por décadas han protestado y organizado formas de resistir a las imposiciones, han sido duramente reprimidos. La militarización está presente en muchos sentidos, el actual régimen le apuesta a ese orden armado, pero hay una conciencia que comprende que la situación es lesiva a los intereses ciudadanos y constantemente están retando a las lógicas autoritarias.
Las
elecciones llegan con estrategias de miedo, manipulación mediática y
corrupción al utilizar millones para controlar mesas y comprar votos,
pese a ello y a los elementos expuestos anteriormente se siente como las
élites y sus resonancias cierran filas temerosos de perder las
elecciones. La población tiene una enorme responsabilidad frente al
miedo manipulado.
http://criterio.hn/2017/11/22/reflujo-conservador-las-estrategias-del-miedo-las-elecciones/
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