martes, 1 de marzo de 2016

En Honduras si existen escuadrones de exterminio // Tres deudas que Hernández no logra saldar con Honduras

Ahora lo cumple: "Haré lo que tenga que hacer".
 Lema de la campaña electoral.
Por: Jaime Flores
Hay que gritarlo a los cuatros vientos, con miedo o sin miedo, pero hay que gritarlo: en Honduras sí existen escuadrones de exterminio dentro de las fuerzas de seguridad, concebidos dentro de la actual estrategia de seguridad militarista para asesinar a niñas, niños y jóvenes que se encuentran en riesgo social, líderes sociales y políticos, y como corolario de la misma, sembrar el terror y el miedo entre la población.
El guion es idéntico al utilizado en la década de los 80s, lo han copiado al carbón, por ende, los actores también son los mismos, las fuerzas de seguridad del Estado, léase: Policía Nacional y Ejército Nacional.
Los matan a mansalva, peor que animales a cualquier hora del día, en presencia de cualquier cantidad de gente y con total impunidad. Y asesinan a aquellas y aquellos que por su condición social de vulnerabilidad y pobreza están estigmatizados, doble o triple desgracia: porque son pobres y son mareros, no tienen derecho a la vida y por eso hay que asesinarlos. Este Júpiter tonante devora a sus propios hijos.
Son niñas, niños y jóvenes de barrios marginados, en donde no hay agua, no hay parques para que jueguen ni centros escolares, pero sobre todo en donde no hay esperanza, porque se las han robado los Callejas, los Hernández, los Maduro y los Álvarez; en otras palabras, los delincuentes de cuello blanco que históricamente nos han gobernado.
Aunque lo niegue el director de la Policía Nacional, aunque lo niegue el presidente de la República y aunque lo niegue el jefe de las Fuerzas Armadas, en Honduras sí existen escuadrones de la muerte o de exterminio y por ende ellos son los responsables del asesinato de niños, niñas y jóvenes, y tendrán que dar cuentas por esos crímenes, ya sea por acción u omisión y más por lo primero, que por lo segundo.
Así e igual que en los 80s, lo negaban Roberto Suazo Córdova y Gustavo Àlvarez Martínez, no es de extrañar que ahora se rasguen las vestiduras para desmentirlo, pero conocemos el guion, lo único que ha cambiado es la fotocopiadora en donde lo reproducen.
¿Quiénes torturaron y asesinaron a tiros a Soad Nicole Ham (13), Elvin Antonio López Aguilar (19), Darwin José Martínez (21) y Diana Yareloi Montoya (21), después de una protesta estudiantil? A casi un año, estos asesinatos siguen en la impunidad. ¿Será que los responsables están en las filas del Ejército o de la Policía Nacional?
¿Quiénes son los responsables de las masacres del Hato de en Medio y de otras masacres? ¿Son las hermanitas descalzadas o los escuadrones de la muerte los responsables de estos asesinatos?
A Juan Orlando Hernández y a la alta cúpula policial y militar no les importa la ciudadanía, no les importa el pueblo hondureño, lo miran con desprecio; no es el sujeto a proteger, al contrario, es el enemigo a eliminar y para ello conformaron los escuadrones de la muerte, para que estos actúen en aquellas colonias en donde se respira pobreza y miseria y en donde el excremento corre a flor de tierra.
Y mientras no capturen a los responsables de estos asesinatos y los pongan a la orden de los Tribunales de Justicia respaldados por la prueba científica, lo seguiremos gritando y afirmando, - de lo contrario nos convertimos en cómplices -, que en Honduras sí hay escuadrones de la muerte que operan desde la Policía y el Ejército Nacional. 

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Tres deudas que Hernández no logra saldar con Honduras
Ricardo Ellner 
Los primeros dos años de gobierno Juan Hernández, han sido fuertemente señalados por organismos internacionales ante los escasos avances en pobreza, encarecimiento e impunidad.
Los últimos seis años de gobierno, después del Golpe de Estado en Honduras, el país ha vivido los momentos más adversos para la vida económica, política y social. Las inversiones nacionales y extranjeras decrecieron, la canasta básica se encareció, la corrupción y la impunidad no aflojan y la pobreza crece a pasos agigantados.
En la última semana, la reconocida consultora británica MuvHub, elaboró un ranking de países a partir del gasto semanal que una familia de cuatro personas debe realizar para acceder a la canasta básica, en él, se indica que los hondureños pagan el 100.5 % o incluso un 200% del salario medio o el salario mínimo.
Esa estadística ubica a la nación en el lugar 112 de 122 países con dificultades para acceder a la canasta básica alimentaria. Para Walterio Guardiola, presidente de la Asociación para la Defensa del Consumidor y el Usuario (Adecu), eso confirma que el Estado debe de proteger a la ciudadanía, pero que en el caso hondureño eso no ocurre.
Guardiola  además reconoce que “aún no superamos la alta tasa de desempleo y por otro lado se está volviendo inaccesible comprar la canasta básica. Esto afecta la condición de vida y el poder adquisitivo de las personas, esto afecta directamente a los empresarios desde los más pequeños hasta los más grandes. Para la defensa del consumidor no exista nada”.

En deuda con la pobreza

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) cuando publicó el informe “Panorama Social de América Latina 2014”, mostró que la nación alcanzó un 70.5 % de pobreza multidimensional, eso coloca al país entre los países con mayor pobreza en el continente.
La última encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE), en Honduras dice que hay 8, 268,475 habitantes de los cuales 5, 640,563 viven bajo la línea de la pobreza, esto representa el 68.2% de la población. En pobreza extrema existen 3, 689,334 que significan el 44.6 % de la población.
También indican que hay 1,583, 782 hondureños no tienen la oportunidad de ganarse un salario digno, la mayoría subsiste como puede, generando incertidumbre, decepción y depresión por no tener una fuente permanente de ingresos, pero según el Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (FOSDEH), esa cifra puede superar los 2 millones.
Ese clima de país, de poseer la canasta básica más cara de América Latina, más los altos índices de desempleo y una pobreza profunda, perjudica directamente a la empresa nacional e internacional ya que no encuentran potencia en el consumo interno y no alienta a la inversión.

Delitos sin castigo

Otro duro escenario para la realidad hondureña, son los altos niveles de impunidad hermanados con la corrupción estatal. Según Ramón Barrios, docente e investigador en la facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (UNAH-VS), los índices de impunidad en homicidios representan un 94%, es decir que de cada 100 crímenes 94 quedan en la impunidad.
Adicionalmente  Honduras se enfrenta a altos niveles de crimen y violencia, al ser el país con la mayor tasa de homicidios en el mundo (68 por cada 100,000 habitantes). Se estima que los costos anuales de la violencia representan alrededor del 10% del PIB del país (cerca de US$900 millones), según estimaciones del panorama global del World Bank Group.
“En Honduras han bajado un poco los índices de homicidio, pero no han bajado los índices de impunidad. Esas son dos cosas muy distintas. Este clima frente al empresario crea un clima de inseguridad jurídica y eso es fatal para un régimen de inversión”, explicó el abogado Barrios.
Entre tanto, la sociedad civil, empresarios e inversionistas exigen que haya un cambio en el modelo jurídico, político y social a tal grado que posibilite la confianza para que los diferentes sectores puedan invertir y crecer, de tal manera, que el modelo productivo nacional se potencialice y se contruya un Estado de Bienestar que incorpore una matriz con la sustitución de importaciones por exportaciones.


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