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Nación 13 de Octubre 2015
SAN PEDRO SULA- Con una portada fuera del esquema
tradicional, que normalmente está marcado por el color, DIARIO TIEMPO
llegó ayer en blanco y negro a las manos de sus lectores, pese a las
amenazas de una intervención arbitraria de las autoridades
gubernamentales.
“Quieren asfixiarnos”, en mayúsculas, rezaba el único título de la
portada de la edición del 12 de octubre como si se tratara de un grito
aterrador que emite una víctima que tiene un puñal en el cuello.Rumores e información real, filtrada desde fuentes que este medio no puede revelar, indicaban que a las tres de la madrugada de ayer elementos de la Fuerza Nacional de Seguridad Interinstitucional (Fusina) “asegurarían”, es decir, tomarían, el edificio de Editorial Honduras en San Pedro Sula para, horas más tarde, entregarlo a representantes de la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI).
A las 2:30 de la mañana, antes de que llegaran los uniformados, los trabajadores de la imprenta, bajo una presión inusitada, lograron armar los paquetes de periódicos y mandarlos a las calles de San Pedro Sula, Tegucigalpa, La Ceiba y otras ciudades importantes del país.
Debajo del título “Quieren asfixiarnos” se leía el subtítulo “golpe al sistema” que denunciaba y resumía la estrategia del gobierno para aplastar al Grupo Continental al cual pertenece DIARIO TIEMPO.
Antes de las 9:00 de la mañana, la edición histórica número 12 mil 618, del año 44 (desde la fundación de la empresa), estaba agotada. Los más de 60 mil ejemplares habían sido adquiridos por hondureños que una vez más han expresado con el respaldo a este medio de comunicación que los momentos más críticos de esta sociedad ha desempeñado un papel preponderante.
Antes de que el periódico cobrara vida en el papel, los periodistas, diseñadores y empleados de este medio de comunicación vivieron momentos de angustia, nerviosismo y confusión, dado a la incertidumbre y la amenaza de una intervención del gobierno.
La mayoría de empleados optó por llevar sus herramientas de trabajo para su casa para protegerlos creyendo que los interventores podrían no darle el tratamiento adecuado, por ejemplo, todos los periodistas y diseñadores se llevaron las computadoras a sus casas.
A las 2:00 de la madrugada, mientras la rotativa imprimía los ejemplares, la sala de redacción era una zona irreconocible: se mostraba sin vida, se hallaba completamente desolada. El ambiente era diametralmente opuesto en el cual se desenvuelven los periodistas.
Pero ayer martes, después del mediodía, la Sala de Redacción de DIARIO TIEMPO en San Pedro Sula volvió a tomar vida. Las computadoras regresaron a los escritorios y los periodistas comenzaron a escribir notas como esta y todas las que son leídas en esta edición.
A las 3:00 de la tarde de ayer, el equipo periodístico la sala de redacción de DIARIO TIEMPO.
Periodistas editoras de la edición electrónica ayer cuando, desde la sala de redacción, le informaban a los hondureños de los sucesos del día.
Oscar “Bebeto” Flores, un reconocido periodista en todo el ambiente deportivo del país, ayer compartía amenamente con sus compañeros de la sala de redacción de DIARIO TIEMPO.
El equipo de diseñadores ayer preparaba las páginas que conforman le edición de este día.
http://www.tiempo.hn/honduras-diario-tiempo-no-se-detiene/
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