Pélicula documental largometraje sobre las desapariciones forzadas en México, los Autores: Luis Ramírez Guzmán y Federico Mastrogiovanni hacemos entrega a sociedad mundial del resultado de nuestra investigación y trabajo de 3 años sobre las Desapariciones Forzadas en México.
“La desaparición forzada en México es política de Estado”
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Reuters |
Ayotzinapa es solo la punta de un gigantesco iceberg
Por Giorgio Trucchi | Rel-UITA
Las protestas en
México para exigir la reaparición con vida de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, desaparecidos en Iguala,
no paran. Miles de personas, enardecidas, salen a las calles, llenan plazas,
corean consignas y señalan al Estado como responsable directo de lo que ha
ocurrido. Acompañan la lucha tenaz de los padres de los jóvenes, cuyos rastros
se perdieron el 26 de septiembre pasado.
Federico Mastrogiovanni, periodista italiano radicado en México, es autor del libro sobre la desaparición forzada “Ni vivos, ni muertos”. Con Luis Ramírez Guzmán ha realizado un largometraje documental sobre el mismo dramático tema.
Federico Mastrogiovanni, periodista italiano radicado en México, es autor del libro sobre la desaparición forzada “Ni vivos, ni muertos”. Con Luis Ramírez Guzmán ha realizado un largometraje documental sobre el mismo dramático tema.
Ambos
son el resultado de casi 3 años de una lúcida y profunda investigación
que lo ha llevado a recorrer México de norte a sur, pasando por una
docena de Estados.
Durante
una larga entrevista con La Rel, Mastrogiovanni explica que la captura y
desaparición forzada de los 43 normalistas no es más que la punta de un
gigantesco iceberg, cuya dimensión real nadie conoce.
19 mil personas desaparecidas solo en 2013
51 por día y más de dos desapariciones por hora
51 por día y más de dos desapariciones por hora
Las
organizaciones de derechos humanos aseguran que las víctimas de este
oprobioso crimen serían no menos de 30 mil en los últimos 8 años. Sin
embargo, la cantidad real podría ser hasta 10 veces mayor. Solamente en
2013 serían casi 19 mil las personas desaparecidas, es decir 51
desapariciones por día, más de dos desapariciones por hora.
“Parecen
eventos individuales, hasta casuales, con muy pocos elementos comunes,
pero no es así, y la responsabilidad del Estado por actos u omisiones
está más que evidente”, dijo el periodista.
-Las
calles y plazas mexicanas siguen abarrotadas de personas que exigen al
Estado la reaparición de los 43 estudiantes. ¿Podemos decir que en
México la desaparición forzada es una política de Estado?
-De
eso no hay ninguna duda. A partir de 2006, cuando el entonces
presidente Felipe Calderón inicia una supuesta guerra contra el
narcotráfico, el aumento de las desapariciones se dispara como nunca
antes había ocurrido.
De
manera particular hay un repunte de las desapariciones forzadas, es
decir cuando hay un involucramiento directo de funcionarios u órganos
del Estado, ya sea por acción u omisión.
Lo que ha pasado en Iguala es un caso evidente de desaparición forzada
-¿Cuáles son los elementos que llevan a esta conclusión?
-Durante
una entrevista que realicé en los días pasados, el general retirado
José Francisco Gallardo, preso político encarcelado por casi 10 años,
declaró que la desaparición de los 43 normalistas es el resultado de una
estrategia militar.
En
México, la Policía está militarizada y las Fuerzas Armadas,
independientemente de que se declare o no un “estado de excepción”, se
involucran constantemente en tareas de seguridad ciudadana.
En
este sentido, cualquier violación cometida por estos aparatos
represivos es responsabilidad directa del Secretario de Gobernación, del
Secretario de Defensa y del Presidente de la República.
Asimismo,
el ataque contra los estudiantes ocurrió justo en frente del 27°
Batallón de Infantería, y los militares fueron parte de la represión.
Tampoco podemos creer que el Centro de Investigación y Seguridad
Nacional (CISEN) no tuviera conocimiento de lo que estaba ocurriendo.
Finalmente,
para nadie es un secreto que María de los Ángeles Pineda, esposa del
alcalde de Iguala José Luis Abarca -ambos capturados por haber fomentado
y dirigido la represión-, es la hermana de tres miembros del grupo
criminal Guerreros Unidos. Sin embargo, nadie impidió que su marido se
presentase como candidato a alcalde.
Por lo tanto, no hay duda alguna de que el Estado está directamente vinculado con la tragedia de Ayotzinapa.
Desaparición forzosa en México
Nadie se salva
Nadie se salva
-¿De qué cuántas personas estamos hablando cuando nos referimos a la desaparición forzada?
-Las organizaciones de derechos humanos hablan de no menos de 30 mil personas desaparecidas entre 2006 y 2014.
En
realidad, solo una persona de cada diez denuncia una desaparición. De
esta manera, esta tragedia podría involucrar a más de 300 mil personas.
-Son cifras espantosas…
-Muchas
veces nos referimos a la “guerra sucia” que se desató en México contra
los movimientos de protesta, los dirigentes populares, los movimientos
guerrilleros durante las décadas de los 70, 80 y parte de los 90.
Se
calcula que hubo unos 1.500 desaparecidos en casi tres décadas. Ahora
estamos hablando de 30 mil personas desaparecidas en tal solo 8 años. Y
todo esto sin incluir a los migrantes centroamericanos.
-¿Qué datos se manejan en el caso de los migrantes?
-El
problema es justamente eso: no hay datos ciertos. El padre Alejandro
Solalinde, fundador del albergue “Migrantes en el Camino”, habla de
decenas de miles de migrantes desaparecidos en los últimos años.
Aunque las estadísticas son aproximativas, no me sorprendería si estas cifras se acercaran mucho a la realidad.
Durante
mi viaje por México asistí a la persecución y captura de migrantes por
parte de la Policía. Se llevaban a grupos de 50 y hasta 100 personas y
era muy difícil saber lo que pasaba después.
A
todo esto hay que agregar la presencia de bandas criminales que
secuestran a las personas migrantes, para pedir un fuertes rescate a sus
familiares o para reclutarlos. En ambos casos son asesinados y
enterrados en fosas comunes.
El fenómeno creciente de la desaparición
Y el fenómeno creciente de la piratería
Y el fenómeno creciente de la piratería
-¿Por qué tantas desapariciones y quién gana en esta situación?
-En
mi libro planteo una hipótesis de la cual estoy convencido, es decir
que existe una relación directa entre las desapariciones, el terror que
se genera en la población y la explotación de los recursos naturales.
El
Estado de Guerrero, por ejemplo, es entre los mayores productores de
amapola (papaver) y marihuana. Además, tiene enormes yacimiento de oro y
plata. De acuerdo con un artículo publicado recientemente por El
Economista, la empresa canadiense Torex invertirá 725 millones de
dólares en la construcción de una mina de oro.
La
misma empresa afirmó que ésta figurará entre las minas de oro más
grandes y de más bajo costo en el mundo, y proyecta producir un promedio
anual -de 2017 a 2024- de 358.000 onzas de oro. Estamos hablando de una
ganancia que ronda los 3 mil millones de dólares.
Hay
otras zonas, como por ejemplo la Cuenca de Burgos, entre los Estados de
Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, donde se han descubierto grandes
yacimientos de hidrocarburos. Aquí se encuentra la cuarta reserva
mundial de gas shale. A partir de 2006, en estas zonas han comenzado a
desaparecer personas y actualmente es donde hay más desaparecidos.
Lo
que se está haciendo, con el apoyo de policías y militares, es generar
terror y “limpiar” zonas y territorios que deben ser controlados y
concesionados a favor de empresas nacionales y transnacionales.
El
objetivo es que puedan desarrollar, sin mayor oposición, sus
megaproyectos, que muchas veces son el resultado de acuerdos comerciales
nefastos como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN –
NAFTA).
De
igual manera, el terror generalizado sirve para ocultar la represión
selectiva hacia líderes comunitarios, activistas, miembros de la
oposición social y popular. Para nadie es un secreto que la Escuela
Normal de Ayotzinapa es muy crítica contra el gobierno, y sus
estudiantes tienen una formación política de izquierda.
El miedo que paraliza
Un Estado cómplice y paralizado
Un Estado cómplice y paralizado
-¿Por qué la gente no denuncia las desapariciones?
-Son
varios los factores. Por un lado hay miedo y por el otro, los
familiares chocan contra un sistema institucional que genera omisión e
impunidad. Cuando una persona quiere interponer una denuncia ante el
ministerio público, lo menos que le puede ocurrir es que el fiscal le
diga que se retire y que regrese a su casa.
Muchas veces hasta sufre amedrentamiento o amenazas. Por esto hablamos de desaparición forzada.
-¿Cuáles son los impactos en familiares de las personas desaparecidas?
-Si
multiplicamos la cantidad de desaparecidos por el número de familiares y
amigos que sufren los impactos de una pérdida, es evidente que hablamos
de una cantidad muy considerable de personas que viven la desaparición
como algo inconcluso, irresuelto, que no permite elaborar el duelo,
donde el círculo nunca se cierra.
Hablando
con los hijos de Rosendo Radilla, un destacado líder social del
municipio de Atoyac que desapareció hace 40 años, me di cuenta que para
ellos ha sido imposible elaborar el duelo.
A
pesar que hoy Rosendo tendría 100 años y que, con mucha probabilidad,
ya falleció, sus hijos continúan esperando y no tienen un lugar donde
llorarlo.
Para
los familiares de las personas desaparecidas es devastador, y puede
generar un sentimiento profundo de inseguridad y desesperanza o motivar a
emprender una búsqueda infinita del ser querido.
Cuando
esta situación involucra a muchas personas, podemos ver a comunidades
enteras que viven en el terror, que no confían en nada, ni en nadie, y
que viven un duelo incumplido como comunidad.
Gobierno, mafia y narcotráfico
En el mismo lodo, desde la misma acera
En el mismo lodo, desde la misma acera
-¿Por qué es hasta ahora, con la situación de Ayotzinapa, que la gente está reaccionando?
-El
gobierno mexicano siempre ha sabido vender muy bien su imagen
pseudo-democrática. Durante la “guerra sucia”, por ejemplo, con una mano
desaparecía a sus opositores y, con la otra, acogía a los perseguidos
por las dictaduras latinoamericanas.
Además,
trata de vender la idea de que es el resultado de una guerra desigual
contra los grandes cárteles de la droga. Pero la realidad es otra,
porque gobierno, mafia y narcotráfico son la misma cosa.
No
es el Estado que no tiene la capacidad de combatir al crimen
organizado, sino que es parte y protagonista de este sistema mafioso,
donde la droga es una cortina de humo para desviar la atención del
verdadero objetivo que, como ya dijimos, son los recursos naturales.
En
este sentido, creo que la reacción de la población tiene mucho que ver
con los estudiantes de la Escuela Normal que desaparecieron y como la
gente relaciona esta tragedia con la masacre estudiantil de Tlatelolco
en 1968, un duelo colectivo no elaborado por la sociedad mexicana.
No
es un caso que la manifestación de los estudiantes era para recolectar
fondos, que servían para viajar el 2 de octubre a la capital y
conmemorar el aniversario de la masacre.
Se
trata de 43 jóvenes de las zonas rurales y de escasos recursos, con
edades comprendidas entre 17 y 21 años, que estudian en una escuela que
es percibida a nivel colectivo como su única opción de formación. La
gente se ha identificado con ellos y con sus padres y se ha indignado.
-¿Qué pasará ahora?
-Las
instituciones y los grandes medios corporativos harán de todo para
apagar y destruir al movimiento espontáneo que se ha generado. Tengo la
esperanza que pueda ser el inicio de algo muy importante, aunque no va a
ser fácil.
-En este sentido, “Ni vivos, ni muertos” está contribuyendo a levantar el velo del silencio…
-Por
el momento es el único documento de investigación que pone preguntas,
que busca un significado a lo que está ocurriendo y que trata de
explicar el porqué de esta tragedia.
Grupos
de ciudadanos, organizaciones , movimientos me invitan para conocer mi
opinión, y esto ayuda a romper el silencio y la cortina de humo que
envuelve la desaparición forzada.
Fuente: Rel-UITA
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