Abraham Gaspar, padre de uno de los estudiantes
desaparecidos afirmó que “la gente del Gobierno” le ofreció 100.000
pesos (casi 7.500 dólares) pidiendo firmar algunos papeles, informan medios locales.
Nosotros dijimos: Realmente mi hijo no vale 100.000 pesos ”¿Para qué?
Para que nos calláramos”, dijo en una reunión de estudiantes
y académicos de El Colegio de México y de la Universidad Nacional
Autónoma de México.
Abraham Gaspar añadió que a los familiares de otros estudiantes también les ofrecieron esa cantidad, pero no han dejado de “buscar apoyo para que sus hijos vuelvan”. “Nosotros dijimos: Realmente mi hijo no vale 100.000 pesos”, señala.
“No sabemos dónde están, qué les ha pasado, si los golpean o los torturan”, dijo el padre de Christian Rodríguez, de 19 años de edad, quien aseguró que va a luchar hasta encontrar a su hijo “y a sus compañeros me pase lo que me pase, aunque sea lo último que haga”.
Un familiar de otro estudiante desaparecido indicó que “Iguala está hecho un cementerio”, ya que últimamente se hallaron numerosas fosas clandestinas con restos humanos en la zona.
El pasado 26 de septiembre, estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa trataron de tomar varios autobuses en Iguala para utilizarlos en su protesta cuando un grupo de policías locales y de personas armadas desconocidas abrieron fuego contra ellos. Seis personas fallecieron, 17 resultaron heridas y 43 estudiantes hasta ahora permanecen desaparecidos.
© REUTERSAbraham Gaspar añadió que a los familiares de otros estudiantes también les ofrecieron esa cantidad, pero no han dejado de “buscar apoyo para que sus hijos vuelvan”. “Nosotros dijimos: Realmente mi hijo no vale 100.000 pesos”, señala.
“No sabemos dónde están, qué les ha pasado, si los golpean o los torturan”, dijo el padre de Christian Rodríguez, de 19 años de edad, quien aseguró que va a luchar hasta encontrar a su hijo “y a sus compañeros me pase lo que me pase, aunque sea lo último que haga”.
Un familiar de otro estudiante desaparecido indicó que “Iguala está hecho un cementerio”, ya que últimamente se hallaron numerosas fosas clandestinas con restos humanos en la zona.
El pasado 26 de septiembre, estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa trataron de tomar varios autobuses en Iguala para utilizarlos en su protesta cuando un grupo de policías locales y de personas armadas desconocidas abrieron fuego contra ellos. Seis personas fallecieron, 17 resultaron heridas y 43 estudiantes hasta ahora permanecen desaparecidos.
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/145554-mexico-familias-estudiantes-sobornos-se-callaran
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Iguala: querer tapar el sol con un dedo
31 octubre 2014 | Miguel Angel Ferrer
En el declarado propósito de encontrar a los 43 normalistas levantados y, de paso, arrestar a los responsables de esas 43 desapariciones forzadas, hasta ahora “todo el poder del Estado” no ha servido para nada. Ninguna dependencia oficial con facultades y obligaciones para intervenir en el asunto ha dado el menor resultado. Y esto, luego de más de treinta días de reales o supuestas investigaciones.
Nadie ha hecho nada. Ni la Procuraduría General de la República, ni la Policía Federal, ni el Cisén (Centro de Investigación y Seguridad Nacional), ni la inteligencia militar, ni las célebres orejas de Gobernación, ni los soplones y madrinas a sueldo del gobierno, ni las diversas corporaciones policiacas del Distrito Federal, ni sus equivalentes de los estados de Guerrero, Morelos y Michoacán, ni la nueva Gendarmería Nacional.
Es tan inmenso el grado de ineptitud de todas esas dependencias gubernamentales, que hay lugar para la sospecha. ¿Es pura ineptitud, pura incapacidad? ¿Son igualmente torpes todos los funcionarios que en ellas trabajan? ¿No hay en México ni un solo buen policía? ¿No hay en todo el país siquiera un buen investigador, un solo buen criminalista? Parece absurdo que hasta los buenos soplones estén escaseando.
Un muy espeso velo de silencio cubre el asunto. Pero, aun así, hay datos. Datos duros, fidedignos. Y testimonios abundantes y bien documentados sobre algunos momentos de la tragedia de Iguala.
Se sabe a ciencia cierta que los 43 normalistas desaparecidos fueron capturados por elementos de la Policía Municipal de Iguala. Y se sabe perfectamente, asimismo, que en esa captura participaron elementos de la Policía Estatal de Guerrero, cuyo jefe en esos momentos, no se olvide, era el defenestrado Ángel Aguirre.
Cualquiera diría, sin ser experto criminólogo, que ahí hay abundantísimas y muy buenas pistas para averiguar el destino de los muchachos secuestrados y los nombres y demás datos generales de los agentes policiacos participantes en aquellas atrocidades.
¿Nadie sabe nada? ¿Todos desaparecieron? ¿Se mudaron de ciudad? ¿Partieron, como reza la famosa frase, “con rumbo desconocido”? ¿Se fueron todos con la familia a cuestas? ¿La esposa, los hijos, los abuelitos y demás parentela?
¿Y lo mismo hicieron los agentes de la Policía Estatal participantes directos o indirectos del múltiple secuestro? ¿No están sus nombres y domicilios en el archivo? ¿También desaparecieron las bitácoras de actividades? ¿De veras no hay registros de las órdenes superiores del día de los asesinatos y los secuestros? ¿Van a negar ahora las autoridades municipales, estatales y federales la documentada y testimoniada participación de agentes policiacos municipales y estatales en los horrendos crímenes? Eso se llama querer tapar el sol con un dedo.
¿Es pura ineptitud o se trata de una gran operación de encubrimiento? Y si es encubrimiento, ¿quiénes son los encubridores? ¿Los jefes o los subalternos? ¿O, como en Fuenteovejuna, todos a una?
Pero, además, ¿no es cierto que México tiene firmados convenios de colaboración con el FBI estadounidense, expertísimo según se dice en la investigación y resolución de difíciles casos de secuestro? ¿Y no es verdad igualmente que en la ciudad de México y en otras urbes del país hay una así llamada “estación de la CIA” laborando permanentemente en tareas de espionaje? ¿No han aparecido por ahí, en algunas de las dos agencias gringas, algún dato, alguna pista, algún soplo sobre los hechos de Iguala y acerca del paradero de los muchachos?
¿También el FBI y la CIA están llenos de ineptos? Y si es bien sabido que se encuentran en México algunos especialistas forenses argentinos, ¿no sería bueno que también vinieran algunos detectives platenses, expertos en desapariciones forzadas, para ayudar a los genízaros mexicanos a hacer su tarea, encomienda que, según parece, no pueden o no quieren hacer solitos?
http://www.telesurtv.net/bloggers/Iguala-querer-tapar-el-sol-con-un-dedo-20141031-0001.html
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