sábado, 16 de noviembre de 2013

Es hora de que hagamos la rueda por los niños sirios

http://youtu.be/W4hC5qSXQYI
DAVID URRA /CONTRAINJERENCIA- Todos los niños del mundo vamos una rueda hacer y en mil lenguas cantaremos, ENPAZ queremos crecer”. Así reza una canción infantil que tiene una enorme vigencia en la actualidad. Es hora ya de que hagamos la rueda por los niños sirios.

La masacre que ocurre en Siria debe ser detenida y no negociada, como algunos defienden. El pueblo Sirio tiene el derecho de vivir en Paz y nada justifica la constante matanza, por barbaros pagados por occidente y sus aliados árabes, de personas inocentes incluidos niños, mujeres y ancianos.
Los atentados indiscriminados con obuses mortero se convirtieron en una de las más preferidas vías de los grupos terroristas armados para asesinar a los inocentes sirios sobre todo en la capital de Damasco. Es evidente que al fracasar en su meta de derrocar por la fuerza al Gobierno constituido en Siria, dichos grupos han asumido la estrategia de disparar decenas de proyectiles de mortero contra Damasco y sus alrededores, especialmente contra la ciudad de Jaramana, con el fin de sembrar el terror asesinando de forma indiscriminada a la mayor cifra de civiles posible.
Esta campaña de terror se inserta dentro de los métodos de Guerra Psicológica que EE.UU ha empleado con frecuencia en los últimos tiempos en sus campañas por desestabilizar y derrocar Gobiernos que no son de su agrado.
Recordemos Yugoslavia, donde los bombardeos indiscriminados, inclusive contra sedes diplomáticas de países no alineados con Washington, tenían el propósito de generar terror y con esto modelar psicológicamente a la población para impulsarlos a aceptar sus condiciones exigidas  a cambio de salir de esa situación.
En Panamá durante el derrocamiento de Roger Noriega se hizo algo parecido, al bombardear EE.UU salvajemente un barrio pobre que rechazaba la intervención norteamericana en los asuntos internos del istmo.
Igualmente se desarrollaron estas tácticas en Nicaragua, Iraq, Vietnam, y otros países en que Washington ha tratado de imponer sus intereses injerencistas.
En el caso sirio los niños y sus escuelas han sido las más relevantes víctimas de estos crímenes indiscriminados.
Fuentes del propio país informan que un atentado terrorista con mortero en la fecha de 11/11/2013 contra un autobús escolar se cobró la vida de cuatro niños y del chofer, y causó heridas a otros cuatro además de dos maestras.
En el mismo día, la escuela “Juan el Damasquino” situada en el barrio de al-Qassa fue blanco de un atentado similar que dejó muertos a cinco niños y heridos a otros 35, todos menores de 10 años.
El 10/11/2013, un padre junto con sus tres hijos resultaron muertos  al caer un proyectil de mortero sobre su coche en la ciudad de Jaramana en los suburbios de Damasco.
Además se conoció que en la fecha de 9/11/2013, cuatro niños cayeron asesinados y otros seis resultaron heridos por el impacto de un proyectil disparado contra la zona de al-Ashrafiya en Alepo.
El Ministerio de Educación sirio se vio obligado inclusive a interrumpir el proceso educativo por tres días en varias escuelas por motivos de seguridad, denunciando que estos actos privan a los niños de uno de los esenciales derechos humanos que es el derecho a la educación.
Existe una gran preocupación por las repercusiones psicológicas que dejarán estos actos terroristas en los alumnos que sobrevivieron.  De hecho este es el legado más tenebroso que dejará la agresión occidental contra Siria.
Como parte de su desesperada carrera por aterrorizar al país y su gente, una de las acciones más salvajes y detestables que practican los grupos terroristas de la oposición en Siria consiste en el reclutamiento y entrenamiento de menores para matar de forma sádica y salvaje, sumémosle además los actos de secuestros de niños y  la mutilación de sus cuerpos apoderándose de las escuelas y convirtiéndolas en centros de tortura y asesinatos.
El objetivo de estas acciones es entorpecer la vida en el país, inclusive el proceso educativo y las campañas de salud, reflejándose esto en la obstaculización de las campañas de vacunación en las zonas dominadas por ellos, lo cual hizo que la polio volviera a la provincia noreste de Deir Ezzor, después de que Siria se había declarado libre de esta enfermedad desde hace 20 años.
Se hace necesario que los países que apoyan a los grupos terroristas en Siria, sean condenados y tengan que asumir la responsabilidad por los actos de barbarie y sadismo que el mundo entero está observando con pavor.
Es casi demoniaco además, la campaña de difusión masiva que estos grupos y sus aliados occidentales hacen de sus actos sádicos, divulgando videos que lejos de ser promovidos, deberían utilizarse como evidencias para juzgarlos por crímenes de lesa humanidad.
La barbarie mediática también debe cesar.
Es hora ya de que el Consejo de inSeguridad e la ONU tome cartas en el asunto de forma resuelta y detenga este salvajismo, dejando a un lado la demagogia y los dobles raseros.
El apoyo que brindan EE.UU, Francia, Gran Bretaña, Qatar, Arabia Saudita y Turquía entre otros países, a los mismos, debe ser condenado y detenido.
Muchos piensan que mañana será tarde, es evidente que ya hoy es tarde.

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