Ese bipartidismo agoniza, y por eso los candidatos como Villeda
intentan mostrarse cada vez más cercanos a la gente, aunque sin alejarse
del poder económico de un puñado de familias que han marcado la forma
de hacer política en este país. Ahora, liberales y nacionalistas se
enfrentan a un escenario inédito: siete agrupaciones amenazan su
poderío, una mujer aspira a la presidencia y la sociedad hondureña
expresa sin miedo su hartazgo por la forma reaccionaria en la que las
dos grandes agrupaciones han manejado la política del que es considerado
el país más violento del mundo.
A las elecciones del 24 de noviembre se presentan en total nueve agrupaciones políticas, cuatro surgidas tras el golpe de Estado de 2009, que sacó de la presidencia, a punta de pistola y en pijama, a Manuel Zelaya.
Además del liberal Villeda, aspiran a sustituir al actual presidente
Porfirio Lobo, el nacionalista Juan Orlando Hernández; Orle Solís, del
partido Democracia Cristiana; Jorge Aguilar de PINU; Andrés Pavón
Villeda, candidato de la alianza de Unificación Democrática y el Frente
Amplio Político Electoral en Resistencia (Faper), surgido tras el golpe
de Estado; y Salvador Nasralla, un comentarista que participa como
candidato del Partido Anticorrupción. Dos protagonistas del golpe de
2009 también se enfrentan en la contienda: el general golpista Romeo
Vásquez, de la Alianza Patriótica, encargado de ejecutar la expulsión de
Zelaya, y la esposa del derrocado presidente, Xiomara Castro, candidata
de Libre, y quien estuvo al frente de las protestas que se
desencadenaron tras el golpe.
Castro es quien marca el paso de las encuestas. Un sondeo realizado por Cid-Gallup a mediados de septiembre mostraba que ella mantenía un 29% de la intención de votos, seguida por el nacionalista Hernández, con el 26%. El tercer puesto fue para el liberal Villeda, con el 15% de la intención, mientras que Nasralla obtuvo el 11%.
“Por primera vez en la historia contemporánea de Honduras, tres –quizás cuatro– partidos políticos tienen opciones reales de resultar vencedores o, al menos, contar con una representación parlamentaria importante. En segundo lugar, por primera vez una mujer –Xiomara Castro- encabeza con cierta holgura las encuestas más destacadas y creíbles, mostrando claras opciones de triunfo el próximo domingo 24 de noviembre. En tercer lugar, también por primera vez, amplios movimientos sociales se han incorporado decididamente a la campaña electoral y cierran filas en contra de los dos grandes partidos políticos tradicionales, el Liberal y el Nacional”, dijo Víctor Meza, director del Centro de Documentación de Honduras, en entrevista por correo electrónico.
Libre, el partido de Castro, es el fruto de varias agrupaciones políticas y movimientos sociales que se unieron para hacer frente a la expulsión de Zelaya. “Muchos de ellos provienen de las filas del tradicionalismo político, especialmente del Partido Liberal (son los “liberales zelayistas”), otros han sido “independientes” y los demás surgen desde las complicadas redes y articulaciones de los movimientos sociales. Son una abigarrada multitud que tiene por denominador común su rechazo al golpe de Estado y su demanda por una Asamblea Nacional Constituyente para “refundar” Honduras”, explicó Meza.
Zelaya mantiene un fuerte activismo político al lado de su esposa. A veces, da la impresión que el candidato es él. Con su inconfundible bigote y cabello engomado, el otrora político liberal fue elevado a la categoría de héroe tras el golpe y se ha forjado como el líder de un movimiento que pretende imponer un cambio político en Honduras. Es Zelaya quien responde a las críticas que se hacen a su mujer. Es Zelaya quien comenta las encuestas. Es Zelaya quien da la cara frente a la prensa. De hecho, las fotografías que aparecen en los diarios lo muestran a él dando declaraciones, mientras su esposa sonríe a su lado. “El liderazgo de Zelaya es indiscutible y, por lo mismo, su respaldo a Xiomara es un factor clave en la popularidad de la candidata. Se complementa con el liderazgo propio que Xiomara ha ido creando gradualmente desde el momento en que se puso al frente de las marchas de la resistencia en contra del golpe de Estado”, explicó Meza, ex ministro de Interior durante el Gobierno de Zelaya.
¿Puede Castro llegar a convertirse en la primera presidenta de Honduras y la cuarta de Centroamérica (tras Violeta Chamorro en Nicaragua, Mireya Moscoso en Panamá y Laura Chinchilla en Costa Rica)? La respuesta la tienen unos 5,3 millones de hondureños que están convocados a votar y que elegirán al candidato que crean más idóneo para hacer frente a los graves problemas del país: la violencia que mata a un promedio de 20 personas al día, con una tasa de homicidios de 85,5 por cada 100.000 habitantes, la más alta del mundo; una corrupción fuertemente enraizada en el sector público; una policía que requiere una profunda depuración, por estar infiltrada por el crimen organizado (se estima que de una limpieza de la Policía sólo el 30% de sus 12.000 oficiales podrían quedar en activo); y la pobreza que agobia al 65% de la población, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). El descontento de los hondureños es tal, que el 52% de ellos considera que la dirección que lleva el país es pésima, mientras que un 28% la considera mala.
Se trata de un escenario difícil para los políticos tradicionales como el liberal Mauricio Villeda, que tendrán que hacer algo más que cambiar por unos minutos el puesto con un limpiabotas para convencer a los hondureños de que se decanten por mantener el statu quo en el país.
Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2013/10/08/actualidad/1381190914_138907.html
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“Si queremos una cátedra de política económica fracasada y empobrecedora, el gobierno de Pepe Lobo sería el mejor objeto de tesis doctoral o maestría de cualquier estudiante que desee analizar un modelo de economía fracasada”, sostuvo el catedrático de Ciencias Sociales e Historiador de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Guillermo Varela.
Profesor en centros prestigiados como la Universidad Tecnológica de Centroamérica (UNITEC), de la Escuela Agrícola Panamericana “El Zamorano”; autor de varios libros y de un ensayo muy interesante elaborado a pocos meses del golpe de Estado, Varela aseveró que el día a día hace que el pueblo pase con bastantes expectativas e incertidumbre en torno al proceso electoral.
En el caso de los partidos políticos históricos que gobiernan desde hace más de 100 años, “no tienen nada novedoso que ofrecerle al pueblo en estas elecciones por que son usufructuarios y actores del desastre al que hemos llegado.”
Eso se aprecia en cada actuación reciente del Poder Legislativo, como la elección del Fiscal General y el Adjunto, donde los diputados terminaron escogiendo a “un nacionalista y un liberal”, señaló el docente universitario.
“Honduras es así y en la medida de que el sistema bipartidista no se quiebre, seguirá el irrespeto a los derechos del pueblo y de las comunidades, contenidos en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El Partido “mentiroso”
El Partido Nacional desde el punto de vista formal, absoluto y mentiroso toma el poder desde el centro de la autoridad corrupta del Estado que es el Congreso Nacional, que representa a su vez a grupos fácticos de poder y elije al andamiaje de justicia del país, manifestó.
En ese sentido, precisó que en la medida que el país tenga funcionarios corruptos que obedecen a poderes corruptos y a su vez obedecen a grupos fácticos, nada cambiará en el país. “Mientras no se quebranten esos mecanismos seguirá la corrupción, impunidad, políticas y leyes que solo benefician a grupo de poder nacional e internacional”, apuntó.
Para el caso, citó que la propuesta del “Empleo por hora”, es una falsedad que el gobierno conservador de José María Aznar implementó en España que fracasó porque amplió la tasa de explotación y pérdida de estabilidad laboral, que en Honduras se ganó con la Huelga Bananera de 1954.
De continuar en esta ruta, el Partido Nacional nos llevará a una situación igual o peor que la de Haití en los próximos 10 años si continúa en el poder, estimó.
Parece que apuestan a que la gente se vaya, que envíe remesas sin que en su torpe visión de la economía, no se genera inversión productiva, activa el agro, mientras por otro lado impulsa el crédito especulativo y el consumo de comidas rápidas que en nada reactivan la producción.
Esto hace preguntarnos qué es un empresario; cuál es su visión de Honduras, si pensamos que Adolfo Facussé como un empresario que es actor orgánico porque expone ideas de grupos fácticos pero no emprende, arriesga o compite en nada con nadie.
Inédito
Varela comparte que Honduras vive el momento más crítico de su historia; la Guerra de 1969 con El Salvador generó unidad nacional y el gobierno reformista de Oswaldo López Arellano, que generó políticas inclusivas de apoyo a lo nacional y a la reforma agraria.
Esa fue una época más inclusiva que lo que se juega el gobierno del Partido Nacional bajo el paradigma “voy hacer, lo que tenga que hacer”, que usa su Candidato como estribillo de campaña.
“Es una frase que refleja una institucionalidad política que no respeta el Estado de Derecho y da la idea de una fortaleza que en el espectro electoral no es tal”, señaló.
Libre, de alguna manera hace un parangón de los intentos morazanistas de cambiar el andamiaje feudal por uno con mayores libertades políticas y desarrollo económico, eso fue un pensamiento revolucionario para cambiar estructuras políticas y el modelo económico.
“Vemos como el modelo actual propone ideas más retrógradas y cavernarias aún al apelar a la mentalidad ingenua, casi infantil o analfabeta de resolver los problemas”, señaló.
En ese sentido, admitió que la Comisión de Seguridad plantó propuestas pragmáticas y viables que solo demostraron que al Partido Nacional le interesa una hipotética y falsa preocupación cuando la violencia genera alarma y terror, excusa que quieren aprovechar para salir a última hora con propuestas y falsas expectativas en esa materia.
Lamentablemente se han tergiversado declaraciones de doña Xiomara Castro de Zelaya en el sentido de que los militares deben volver a los cuarteles, pero no se plantea que ella redoblará el número de agentes con una Policía Civilista y Comunitaria.
Reafirmó que “un tercio de la población está optando por Libre y un poco menos con el PAC y aunque ambos difieren, representan en el imaginario nacional opciones políticas al bipartidismo, culpable, como lo entiende, del desastre que hemos heredado de un sistema corrupto.
Por: Carlos Zelaya Herrera
http://nuevarepublica.hn/?p=2865
A las elecciones del 24 de noviembre se
presentan en total nueve agrupaciones políticas, cuatro surgidas tras el
golpe de Estado de 2009
Castro es quien marca el paso de las encuestas. Un sondeo realizado por Cid-Gallup a mediados de septiembre mostraba que ella mantenía un 29% de la intención de votos, seguida por el nacionalista Hernández, con el 26%. El tercer puesto fue para el liberal Villeda, con el 15% de la intención, mientras que Nasralla obtuvo el 11%.
“Por primera vez en la historia contemporánea de Honduras, tres –quizás cuatro– partidos políticos tienen opciones reales de resultar vencedores o, al menos, contar con una representación parlamentaria importante. En segundo lugar, por primera vez una mujer –Xiomara Castro- encabeza con cierta holgura las encuestas más destacadas y creíbles, mostrando claras opciones de triunfo el próximo domingo 24 de noviembre. En tercer lugar, también por primera vez, amplios movimientos sociales se han incorporado decididamente a la campaña electoral y cierran filas en contra de los dos grandes partidos políticos tradicionales, el Liberal y el Nacional”, dijo Víctor Meza, director del Centro de Documentación de Honduras, en entrevista por correo electrónico.
Libre, el partido de Castro, es el fruto de varias agrupaciones políticas y movimientos sociales que se unieron para hacer frente a la expulsión de Zelaya. “Muchos de ellos provienen de las filas del tradicionalismo político, especialmente del Partido Liberal (son los “liberales zelayistas”), otros han sido “independientes” y los demás surgen desde las complicadas redes y articulaciones de los movimientos sociales. Son una abigarrada multitud que tiene por denominador común su rechazo al golpe de Estado y su demanda por una Asamblea Nacional Constituyente para “refundar” Honduras”, explicó Meza.
Zelaya mantiene un fuerte activismo político al lado de su esposa. A veces, da la impresión que el candidato es él. Con su inconfundible bigote y cabello engomado, el otrora político liberal fue elevado a la categoría de héroe tras el golpe y se ha forjado como el líder de un movimiento que pretende imponer un cambio político en Honduras. Es Zelaya quien responde a las críticas que se hacen a su mujer. Es Zelaya quien comenta las encuestas. Es Zelaya quien da la cara frente a la prensa. De hecho, las fotografías que aparecen en los diarios lo muestran a él dando declaraciones, mientras su esposa sonríe a su lado. “El liderazgo de Zelaya es indiscutible y, por lo mismo, su respaldo a Xiomara es un factor clave en la popularidad de la candidata. Se complementa con el liderazgo propio que Xiomara ha ido creando gradualmente desde el momento en que se puso al frente de las marchas de la resistencia en contra del golpe de Estado”, explicó Meza, ex ministro de Interior durante el Gobierno de Zelaya.
¿Puede Castro llegar a convertirse en la primera presidenta de Honduras y la cuarta de Centroamérica (tras Violeta Chamorro en Nicaragua, Mireya Moscoso en Panamá y Laura Chinchilla en Costa Rica)? La respuesta la tienen unos 5,3 millones de hondureños que están convocados a votar y que elegirán al candidato que crean más idóneo para hacer frente a los graves problemas del país: la violencia que mata a un promedio de 20 personas al día, con una tasa de homicidios de 85,5 por cada 100.000 habitantes, la más alta del mundo; una corrupción fuertemente enraizada en el sector público; una policía que requiere una profunda depuración, por estar infiltrada por el crimen organizado (se estima que de una limpieza de la Policía sólo el 30% de sus 12.000 oficiales podrían quedar en activo); y la pobreza que agobia al 65% de la población, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). El descontento de los hondureños es tal, que el 52% de ellos considera que la dirección que lleva el país es pésima, mientras que un 28% la considera mala.
Se trata de un escenario difícil para los políticos tradicionales como el liberal Mauricio Villeda, que tendrán que hacer algo más que cambiar por unos minutos el puesto con un limpiabotas para convencer a los hondureños de que se decanten por mantener el statu quo en el país.
Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2013/10/08/actualidad/1381190914_138907.html
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Partidos tradicionales no tienen nada que ofrecer al pueblo según sociólogo
El fracaso del gobierno es tal que la situación social de Honduras empeorará de continuar el Partido Nacional en el poder, con tasas de crecimiento menor a la población y una política económica excluyente que solo beneficia a pequeñas élites, nacionales e internacionales.“Si queremos una cátedra de política económica fracasada y empobrecedora, el gobierno de Pepe Lobo sería el mejor objeto de tesis doctoral o maestría de cualquier estudiante que desee analizar un modelo de economía fracasada”, sostuvo el catedrático de Ciencias Sociales e Historiador de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Guillermo Varela.
Profesor en centros prestigiados como la Universidad Tecnológica de Centroamérica (UNITEC), de la Escuela Agrícola Panamericana “El Zamorano”; autor de varios libros y de un ensayo muy interesante elaborado a pocos meses del golpe de Estado, Varela aseveró que el día a día hace que el pueblo pase con bastantes expectativas e incertidumbre en torno al proceso electoral.
En el caso de los partidos políticos históricos que gobiernan desde hace más de 100 años, “no tienen nada novedoso que ofrecerle al pueblo en estas elecciones por que son usufructuarios y actores del desastre al que hemos llegado.”
Eso se aprecia en cada actuación reciente del Poder Legislativo, como la elección del Fiscal General y el Adjunto, donde los diputados terminaron escogiendo a “un nacionalista y un liberal”, señaló el docente universitario.
“Honduras es así y en la medida de que el sistema bipartidista no se quiebre, seguirá el irrespeto a los derechos del pueblo y de las comunidades, contenidos en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El Partido “mentiroso”
El Partido Nacional desde el punto de vista formal, absoluto y mentiroso toma el poder desde el centro de la autoridad corrupta del Estado que es el Congreso Nacional, que representa a su vez a grupos fácticos de poder y elije al andamiaje de justicia del país, manifestó.
En ese sentido, precisó que en la medida que el país tenga funcionarios corruptos que obedecen a poderes corruptos y a su vez obedecen a grupos fácticos, nada cambiará en el país. “Mientras no se quebranten esos mecanismos seguirá la corrupción, impunidad, políticas y leyes que solo benefician a grupo de poder nacional e internacional”, apuntó.
Para el caso, citó que la propuesta del “Empleo por hora”, es una falsedad que el gobierno conservador de José María Aznar implementó en España que fracasó porque amplió la tasa de explotación y pérdida de estabilidad laboral, que en Honduras se ganó con la Huelga Bananera de 1954.
De continuar en esta ruta, el Partido Nacional nos llevará a una situación igual o peor que la de Haití en los próximos 10 años si continúa en el poder, estimó.
Parece que apuestan a que la gente se vaya, que envíe remesas sin que en su torpe visión de la economía, no se genera inversión productiva, activa el agro, mientras por otro lado impulsa el crédito especulativo y el consumo de comidas rápidas que en nada reactivan la producción.
Esto hace preguntarnos qué es un empresario; cuál es su visión de Honduras, si pensamos que Adolfo Facussé como un empresario que es actor orgánico porque expone ideas de grupos fácticos pero no emprende, arriesga o compite en nada con nadie.
Inédito
Varela comparte que Honduras vive el momento más crítico de su historia; la Guerra de 1969 con El Salvador generó unidad nacional y el gobierno reformista de Oswaldo López Arellano, que generó políticas inclusivas de apoyo a lo nacional y a la reforma agraria.
Esa fue una época más inclusiva que lo que se juega el gobierno del Partido Nacional bajo el paradigma “voy hacer, lo que tenga que hacer”, que usa su Candidato como estribillo de campaña.
“Es una frase que refleja una institucionalidad política que no respeta el Estado de Derecho y da la idea de una fortaleza que en el espectro electoral no es tal”, señaló.
Libre, de alguna manera hace un parangón de los intentos morazanistas de cambiar el andamiaje feudal por uno con mayores libertades políticas y desarrollo económico, eso fue un pensamiento revolucionario para cambiar estructuras políticas y el modelo económico.
“Vemos como el modelo actual propone ideas más retrógradas y cavernarias aún al apelar a la mentalidad ingenua, casi infantil o analfabeta de resolver los problemas”, señaló.
En ese sentido, admitió que la Comisión de Seguridad plantó propuestas pragmáticas y viables que solo demostraron que al Partido Nacional le interesa una hipotética y falsa preocupación cuando la violencia genera alarma y terror, excusa que quieren aprovechar para salir a última hora con propuestas y falsas expectativas en esa materia.
Lamentablemente se han tergiversado declaraciones de doña Xiomara Castro de Zelaya en el sentido de que los militares deben volver a los cuarteles, pero no se plantea que ella redoblará el número de agentes con una Policía Civilista y Comunitaria.
Reafirmó que “un tercio de la población está optando por Libre y un poco menos con el PAC y aunque ambos difieren, representan en el imaginario nacional opciones políticas al bipartidismo, culpable, como lo entiende, del desastre que hemos heredado de un sistema corrupto.
Por: Carlos Zelaya Herrera
http://nuevarepublica.hn/?p=2865
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