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La Mina de la frontera |
Colectivo Madre Selva
La empresa minera Gold Corp anunció a sus accionistas la suspensión de operaciones en la mina Cerro Blanco atribuyendo la decisión a la caída de los precios del oro. Sin embargo la historia no es tan simple. La mina Cerro Blanco no ha extraído ni una sola onza de oro, teniendo licencia de explotación desde el año 2007. La mala planificación del proyecto desde sus inicios, el aventurerismo de las empresas mineras, y la negligencia, incapacidad y corrupción de los dóciles gobiernos guatemaltecos son las razones por las cuales esta nefasta operación que ahora se suspende, ha causado serios impactos ambientales en la zona, ha creado un conflicto binacional y ha afectado socialmente a las comunidades de Guatemala y El Salvador.
Antecedentes
En
el año 2006 la Dirección General de Gestión Ambiental del Ministerio de Ambiente
rechazó el Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental del proyecto Cerro Blanco,
por inconsistencia en la información presentada, concluyendo que “…se considera
que no es un estudio integral que determine la evaluación de los impactos
ambientales potenciales…” ya que la información presentada en el estudio era
insuficiente para determinar con precisión tales impactos. No estaban definidas
las acciones a desarrollar, ni los lugares y procesos tecnológicos a aplicar y
lo estudios de base eran insuficientes.
En
entrevista publicada en 2012 por un medio electrónico, una ex funcionaria de la
Dirección de Gestión Ambiental declaró que “Por ejemplo, en Cerro Blanco no
decían qué iban a hacer con el agua del embalse que encontraron encima del oro,
que es agua con arsénico. Tenían cuatro propuestas, pero en ningún momento de
las propuestas que daban decían cuál iba a ser la seleccionada”, prosiguiendo “…
el análisis de impactos era muy malo, al final decía que… básicamente que no iba
a haber ningún impacto”. Por tal motivo el EIA fue desaprobado por el equipo
técnico con fecha 24 de abril del 2006.
Sin
embargo, luego de cambios en el personal de dicha Dirección General, Entre Mares
de Guatemala, S. A., presentó una nueva versión del EIA “en junio de 2007, bajo
el mandato del ministro Juan Mario Dary Fuentes. El 14 de agosto, este nuevo
EIA, prácticamente idéntico al anterior, obtuvo la aprobación por la responsable
Gestión Ambiental, Eugenia Castro Modenessi, fallecida en 2011”. “…Desde
entonces, y hasta marzo de 2012, todos las demás actividades… para tratar el
agua termal, como su enfriamiento, separación de metales pesados o descarga… han
sido aprobados de forma fraccionada y como si se tratara actividades de mínimo
impacto ambiental.”
El
proyecto Cerro Blanco se ubica en la cuenca hidrográfica Ostúa-Güija que a su
vez se convierte en cabecera de cuenca del Río Lempa, principal curso de agua de
la República de El Salvador. El proyecto minero está inserto en esa cuenca,
dentro del denominado Trifinio que incluye territorios de Guatemala, Honduras y
El Salvador, sobre el cual existen tratados internacionales que lo protegen
ambientalmente.
La
posible contaminación de las aguas superficiales y subterráneas de la cuenca
Ostúa-Güija-Lempa es abordada con descuido por el estudio de EIA aprobado por el
Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales. La instancia trinacional creada
para el manejo de la Región del Trifinio no fue consultada.
Los
consultores del Estudio de EIA no se preocuparon por establecer una modelación
del sistema geotérmico en base a la geología, hidrogeología y mediciones de sus
pozos exploratorios para saber que terreno pisaban y donde perforaban, para
prever los riesgos que ello implicaría.
Fue
obviado el análisis de los gases en los túneles, la temperatura y la probable
presencia de gas radón lo que constituye un riesgo para la salud y seguridad de
los trabajadores de la mina. Es inexplicable que no se haya profundizado en este
tema y más inexplicable que el MARN lo haya pasado por alto al aprobar la
EIA.
Los
consultores del EIA no cuantificaron el agua a tratar, ni la cantidad de insumos
a utilizar (cal común y otros), ni la cantidad de arseniato de calcio a remover,
ni la disposición final de estos lodos.
Por otra parte no hay planos de diseño ni memoria de cálculo de esta planta de tratamiento por lo que es imposible dimensionar los impactos. Aún con esta enorme falla del EIA, el MARN lo aprobó irresponsablemente.
Por otra parte no hay planos de diseño ni memoria de cálculo de esta planta de tratamiento por lo que es imposible dimensionar los impactos. Aún con esta enorme falla del EIA, el MARN lo aprobó irresponsablemente.
Conclusiones:
Las deficiencias en el proyecto minero Cerro Blanco son las razones de fondo por
las que hoy están suspendiendo operaciones.
No dimensionaron en sus estudios la magnitud del sistema geotermal que
perforaron y del cual manan aguas con altas temperaturas y alto contenido de
arsénico y otros metales.
La operación de la minería metálica en Guatemala es una construcción de riesgo
latente como lo demuestra el hecho que las empresas son incapaces de realizar
estudios serios sobre la viabilidad económica y técnica de los proyectos
mineros, mucho menos de la viabilidad ambiental y social.
El Estado guatemalteco no tiene capacidad para evaluar, aprobar y monitorear los
proyectos de minería metálica. La mina Cerro Blanco es un ejemplo de un proyecto
mal planteado desde sus estudios técnicos.
Recomendaciones
Exigimos el cierre técnico adecuado de la mina Cerro Blanco garantizando que sus
instalaciones no representen un riesgo a desastre para las aguas, la
biodiversidad, y la salud de las personas que habitan esa región
transfronteriza. Este implica un plan detallado con una duración suficiente y
los fondos financieros y garantías necesarias para implementarlo, de modo que se
reduzcan los posibles impactos, considerando el agravante de haber realizado
perforaciones en zona geotérmica, que modificaron la dinámica del acuífero
geotermal.
El plan de cierre debe incluir temas como: por cuánto tiempo va a operar la
planta de tratamiento para eliminar el arsénico de las aguas expuestas por la
actividad minera; el desmontaje de las instalaciones; el sellado de los dos
accesos a los túneles y sus chimeneas; y la restauración ecológica de la
zona.
Colectivo Madre Selva
"Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica, porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia"
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