martes, 18 de octubre de 2011

LA EDUCACIÒN COMO CORTINA DE HUMO

LA EDUCACIÓN COMO CORTINA DE HUMO
MELVIN MARTÍNEZ
En la estrategia política del actual gobierno la educación ha sido utilizada como el principal elemento de distracción de la población.
Es decir, la educación como una gran cortina de humo que no deja ver los otros grandes problemas de la nación.
Permanentemente los medios de comunicación tienen un problema de la educación pública como noticia principal que resta relevancia a otras situaciones que afectan de gran manera la vida del país.
Sospechamos que las crisis en torno a algunos aspectos del sistema educativo nacional son creadas intencionalmente, para que el pueblo se olvide de otros temas de igual o mayor importancia. Esta sospecha deviene del hecho que hay problemas en el sistema educativo que son de fácil prevención o solución. Por ejemplo: el tema de los sueldos no debería existir en tanto que el gobierno trabaja con un presupuesto y tiene centenares de técnicos en  diferentes dependencias del Estado, ganando jugosos y puntuales salarios, para atender este aspecto. La excusa de falta de fondos no es creíble considerando que no hay austeridad ni crisis de salarios en otras dependencias gubernamentales.
La imposición de leyes que regulan el sistema educativo público o afectan viejas conquistas magisteriales son otros puntos que el sector gubernamental usa para provocar crisis, ya que es de sobra conocida la beligerancia del gremio magisterial, por lo que cualquier gobierno está seguro que si no concerta con el gremio la respuesta de defensa del magisterio está asegurada.
Los nombramientos ilegales provocados por la alta politización, del proceso de selección de personal, tanto político partidaria como político gremial, desestabiliza las instituciones educativas. Si se respetará la ley estos problemas no existirían, lamentablemente es ya conocido que los concursos para docentes son una farsa.
En pocas palabras, los problemas y crisis en educación son fácilmente prevenibles (sólo se requiere una buena dosis de voluntad política), por eso insistimos en que es lógico pensar en la posibilidad de que estos sean planificados y usados como la perfecta cortina de humo para olvidarnos: del alto costo de la vida, de las millonarias compras sin licitación, del arrozaso, de los asesinatos de campesinos en el Bajo Aguan, de los altos precios de los combustibles, de los innecesarios viajes de los funcionarios de gobierno al exterior, de la venta de la soberanía con las ciudades modelo, del incumplimiento de los compromisos pactados en el acta de reconciliación nacional firmada en Cartagena, de la militarización del gobierno, de la corrupción galopante, de la falta de medicinas en hospitales y centros de salud, de la paulatina privatización de los servicios públicos, de los asesinatos de periodistas, abogados, docentes, mujeres, jóvenes, de la extrema inseguridad, de la pobreza creciente, de la falta de empleo, del manejo corrupto de los subsidios y de los problemas más profundos y significativos del sistema educativo, entre otros.
Lo peor del caso es que los dirigentes magisteriales han caído en la trampa, sobretodo en los tiempos en que hay elecciones en las organizaciones de docentes y que a los dirigentes les coge una fingida y demagógica combatividad de lucha poco creativa.
Las crisis permanentes por asuntos de fácil solución en educación nos deja muy claro por un lado la mala intención del gobierno en la perspectiva de desprestigiar el magisterio y la educación pública utilizando los conflictos como tácticas para desviar la atención de los problemas más grandes de la sociedad. Si esto no fuera cierto estaríamos entonces ante una evidente incapacidad de las autoridades educativas, en sus niveles más altos, para llevar adelante la educación pública en nuestro país.
 
 

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