lunes, 19 de julio de 2021

Honduras: “Olancho, entre si quiere, salga si puede”

Por Larissa Barahona
  - Julio 18 del 2021
No conocíamos la carretera, pero nos equipamos con agua, dulces y otros víveres para el viaje, tomando las precauciones del caso. Con una sonrisa, el espíritu de valentía y fortaleza nos aventuramos a las pampas olanchanas.
              Dejábamos atrás el bullicio de la ciudad, y la salida del norte se presenta como un augurio de la vida en la capital, pues lo primero que encuentras es una montaña de basura y zopilotes que sobrevuelan entre el tóxico y repugnante hedor, mientras algunos compatriotas remueven los escombros en busca de algo que les ayude a sobrevivir un día más.
             La impresión de aquel insalubre escenario nos hizo sentir vergüenza y pena ajena (siendo yo de la capital y mis compañeros Alex y Sarita de San Pedro Sula). Los comentarios no se hicieron esperar y mi tesis en defensa de la hermosa capital, quedó botada ante aquel cuadro inhumano y desalentador.
A medida que avanzábamos, observamos los parajes hermosos de los municipios del departamento de Francisco Morazán que dejábamos atrás, como Talanga, Guaimaca, Cedros, y de pronto estábamos en territorio olanchano, que según el refrán es “ancho para entrar, angosto para salir”.
 La vista era impresionante. Nos atrapaban las portentosas extensiones de tierra, el verde pasto, el cielo amplísimo y a lo lejos las montañas y frondosos árboles. Al lado derecho donde se ubicaba mi ventana, se perdía la claridad del día y al lado izquierdo se ponía el sol; Sarita, amante de los atardeceres, nos motivó a capturar imágenes para que quedaran en nuestra memoria histórica.
Volviendo a la carretera, debo mencionar que es algo peligrosa pues tiene curvas engañosas y de pronto sabes que estás viviendo en el campo por sus inconfundibles olores a tierra mojada, ganado y el frescor del viento, que se sentía más por la lluvia que nos acompañó noche y día.
Al llegar la noche nos encontramos con un municipio iluminado. Al ingresar pasamos por un pequeño puente, pero a lo lejos tuvimos una visión o alucinación, a pesar de que suministraba chocolate negro a Sarita para que no perdiera la fuerza o se durmiera, pues conducía desde la ciudad industrial pasando por la capital hasta llegar a las pampas olanchanas, cuando de pronto entre la emoción, el cansancio y el chocolate, nos sorprendió un grito.
“¡Tómele foto al puente, ¡hágale video Lary!”, todos boquiabiertos haciendo lo que más nos gusta: documentar. A medida que nos acercábamos, el puente luminoso tipo Golden Gate se desvanecía frente a nuestros ojos, pero supimos que eran las luces led (postes de luces que iluminaban el puente y el ingreso al municipio) que nos confundieron, no lo soportamos y la risa incontrolable nos invadió por 20 minutos… el chocolate negro había surtido efectos alucinantes tipo cannabis.
Pudimos apreciar de noche y de día el municipio de Santa María del Real, y confirmamos el ambiente de alegría, orgullo y pertenencia que hay en el pueblo, más si consideramos que tienen un alcalde de armas tomar y que apoya a su gente sin otro interés más que el de servir y desarrollar su comunidad.
Muy amable y ameno, el señor alcalde Carlos Galeano nos recibió en el palacio municipal de Santa María del Real; es un hondureño orgulloso de ser un hijo bien nacido de Olancho, él nos mostró el parque que es una belleza natural en el centro del municipio, y por supuesto no podía faltar nuestra respectiva taza de café y las conversaciones amenas que sostuvimos el equipo de Encachimbados Honduras encomendado para alcanzar una sola misión: la defensa de la dignidad, soberanía e integridad de nuestro territorio nacional.
Pero también conocimos el municipio de Juticalpa, que es muy bonito y con la característica que ya tiene tintes de metrópoli, sus calles anchas y el comercio muy activo, su gente muy amable y sobre todo trabajadora. Nuestra estadía fue corta, pero disfrutamos conocer la municipalidad, un restaurante muy recomendado y el mall que me hizo sentir como en la capital. Municipio que está listo para su cabildo en los próximos días y sumarse a los municipios patriotas declarados como territorio libre de ZEDE.
Y, por último, pero no menos importante, el impresionante municipio de Catacamas, iniciando en la hacienda Chilapa (o más conocida como “Donde el coronel”) donde fuimos huéspedes de mi amiga de infancia a quien de cariño llamo Wally, fueron 4 noches amenas, divertidas, de aventura, risas, charlas interminables y uno que otro lamento en una tarde-noche, pero en general mejor no pudo estar y 4 días de trabajo para los Encachimbados.
Esos días convivimos con Wally, don Luis, Tito, Cindy, Roco, Bruno, Lula, Lala, los pajaritos, vaquitas, terneritos, gallinas, gansos, así como árboles de mango, nance, chatas, guayabas, mamones, entre otros, y no podía faltar por la noche la sinfonía de las ranas cada vez más emocionadas con las lluvias, o la balada del quiquiriquí al amanecer y el concierto del muuuuuuuu hasta sentir suavemente el calor de aquellos rayos de sol, que se iban lentamente introduciendo por la ventana.
Por primera vez probé la malanga, los deliciosos chorizos olanchanos entre muchas comidas deliciosas y lácteos del lugar, en nuestra misión conocimos un espectacular lugar donde se encuentran Las Cuevas de Talgua, la riqueza natural de la sierra de Agalta y el río Talgua; no bastó un día para apreciar tanta belleza. (Sí, sí, es cierto, Wally tiene razón: no quise probar la leche pura de vaquita, pero volveré y esta vez prometo intentar).
Además de las riquezas y bellezas naturales de Catacamas, también es impresionante su gente y tuvimos el honor de compartir con un joven regidor de Catacamas, César Luna, si me preguntaran qué opino de los olanchanos, Catacamas y su gente, pues diría que son valientes, patriotas, aman su país, pero más aman a Olancho, en César tienen un digno representante que lucha por el medio ambiente, el territorio, la justicia y el bien común.
Si los hondureños supiéramos lo que tenemos en territorio, áreas protegidas y recursos naturales, no permitiríamos bajo ningún motivo que unos pocos sigan despojándonos de lo que pertenece a toda una nación, hoy con la abyecta ley orgánica de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), pretenden precisamente expropiar nuestra tierra, vender nuestro país a pedazos y dejarnos sin hogar, convirtiéndonos en parias, migrantes y errantes.
La misión de Encachimbados fue un éxito. En las pampas olanchanas aún existen hombres de verdad, ciudadanos con convicciones y dispuestos a luchar por su patria y declarar Olancho territorio libre de ZEDE, ¡Santa María del Real ya lo hizo! Confiamos que Juticalpa y Catacamas se sumen a declarar territorio libre de ZEDE así como todo el departamento en general.
Olancho vasta, esmeralda y fértil tierra encantadora, cielos y atardeceres hermosos, gente trabajadora, si pudiera elegir adonde vivir me iría a Catacamas, Olancho, aunque mi corazón está en otro lugar. Ahora comprendo el refrán de “Olancho, entre si quiere, salga si puede”, porque uno se enamora del lugar y nunca se quiere salir, en nuestro caso pronto regresaremos y disfrutaremos nuevamente esas pampas olanchanas.
Larissa Barahona
Julio 18 del 2021

Fuente: Facebook .https://www.facebook.com/photo?fbid=1506371546421822&set=a.297987167260272
 

No hay comentarios :

Publicar un comentario