sábado, 20 de marzo de 2021

“RECUPERAR HONDURAS” DENUNCIA URNAS INFLADAS Y SOBORNO LIBERAL // EL PADRE DA LA SEGURIDAD Y GUÍA AL NIÑO PARA ENCARAR EL MUNDO

Publicado: 20 Marzo 2021                                                                                          
En conferencia de prensa el dirigente del movimiento del Partido Liberal, “Recuperar Honduras”, Enrique Ortez, denunció que los resultados que favorecen a Yani Rosenthal en varios departamentos del occidente del país están siendo alterados.  

En tanto, el precandidato presidencial, Luis Zelaya, asegura que el “movimiento yanista” destinó al menos 500 millones de lempiras para comprar votos y ha dicho que, aunque eso implica un delito electoral, los acepta pero que aun así sus datos confirman el fraude desde el CNE.

Redacción Central / EL LIBERTADOR

Tegucigalpa. El exmagistrado del extinto Tribunal Supremo Electoral (TSE) y actual dirigente del movimiento Liberal “Recuperar Honduras”, Enrique Ortez, ha dicho esta tarde que ya han encontrado inconsistencias en datos de la elección en los departamentos de Gracias a Dios, Islas de la Bahía, Intibucá, Lempira y Copán, donde Yani Rosenthal se alza con el triunfo sobre Luis Zelaya.

“Para que usted lo note, sólo en el departamento de Copán hay 165 actas donde se inflaron con más de diez mil votos. ¡No puede ser!, no se pueden estar dando resultados con esa incongruencia porque obviamente es burlar la voluntad de la gente que estuvo el domingo ejerciendo el sufragio”, dijo Ortez en entrevista con EL LIBERTADOR.

NOTA DE INTERÉS: HONDURAS / 1,100 MILLONES BOTADOS EN ELECCIONES QUE NO SIRVEN AL PUEBLO

 

Además, explicó que hoy han podido demostrar que el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha estado realizando el conteo de esos departamentos porque son el “voto fuerte” de Rosenthal y que lo anterior evidencia con claridad la manipulación de los resultados que apenas se emiten cada 24 horas por inoperancia del máximo órgano electoral.

 

También ha dicho que estas irregularidades se registran en Ocotepeque, Santa Bárbara y zonas aledañas, y ha mostrado su investigación a este rotativo, señalando que hay actas de poblaciones pequeñas con hasta 990 votos o más, como es el caso de una aldea en Lempira.

Ortez, recalcó que todo el fraude fue montado a partir de compra de votos, de credenciales y amenazas. Y en ese contexto, exige al pleno del CNE que revise acta por acta, recordando que en el TSE, donde fungió hasta el 31 de marzo de 2014, solía revisar de esa forma para no dar espacio a dudas.

Por su parte Luis Zelaya, denunció además que en su movimiento no se gastó 500 millones de lempiras para comprar votos, y que aunque acepta esos votos en contra “es delito electoral, llegaron ofreciendo 500, 1,000 y 1,500 lempiras a la gente”, reclamó.

Zelaya cuestionó que su rival ha estado comprando la voluntad y la pobreza del pueblo, “esos votos, reitero, los vamos aceptar, lo que si no vamos aceptar es el voto que no llego a la urna, esas urnas infladas con la emisión de dos mil votos cuando la carga electoral eran 400 eso no lo vamos aceptar”.

El máximo líder de “Recuperar Honduras”, fue concreto al mencionar que ya no lucha por obtener la candidatura del PL, porque considera que esto ha evolucionado de una lucha partidaria a una lucha de país, pues opina que lo visto en esta semana es un preámbulo de lo que serán los comicios en noviembre próximo.

htt//www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/nacionales/2788-recuperar-honduras-denuncia-urnas-infladas-y-soborno-liberal

                            *******************************************

EL PADRE DA LA SEGURIDAD Y GUÍA AL NIÑO PARA ENCARAR EL MUNDO 

Publicado: 20 Marzo 2021                                                                                     
La madre y el padre son los dos platos de la balanza que proporcionan el equilibrio del niño durante toda su vida hasta la muerte, pero la influencia femenina y masculina en la personalidad de sus hijos son totalmente distintas y decisivas en la dicha o desgracia de su descendencia.

El padre representa en el hijo o hija un polo esencial de la existencia humana, el mundo del pensamiento, de las obras del hombre, de la ley y el orden, de la disciplina, los viajes y la aventura. La buena imagen del padre en el niño lo libra de conflictos sexuales, forja el carácter firme, el no y fomenta lo socialmente saludable.                                                                                                  

El brillante psicoanalista alemán, Erich Fromm, expone de manera genial en este artículo, que publicamos de manera íntegra, la diferencia entre el amor paterno y materno y, en particular, cómo la influencia del padre es esencial para la existencia plena y feliz del hijo o la hija.

Redacción Central / EL LIBERTADOR

Para comprender ese paso de la madre al padre, debemos considerar las esenciales diferencias entre el amor materno y el paterno. El amor materno es por su misma naturaleza, incondicional. La madre ama al recién nacido porque es su hijo, no porque el niño satisfaga alguna condición específica ni porque llene sus aspiraciones particulares. (Naturalmente, cuando hablo del amor de la madre y del padre, me refiero a "tipos ideales" -en el sentido de Max Weber o en el del arquetipo de Jung- y no significa que todos los padres amen en esa forma.

Me refiero al principio materno y al paterno, representados en la persona materna y paterna. El amor incondicional corresponde a uno de los anhelos más profundos, no sólo del niño, sino de todo ser humano; por otra parte, que nos amen por los propios méritos, porque uno se lo merece, siempre crea dudas; quizá no complací a la persona que quiero que me ame, quizás eso, quizás aquello -siempre existe el temor de que el amor desaparezca-. Además, el amor "merecido" siempre deja un amargo sentimiento de no ser amado por uno mismo, de que sólo se nos ama cuando somos complacientes, de que, en último análisis, no se nos ama, sino que se nos usa. No es extraño, entonces, que todos nos aferremos al anhelo de amor materno, cuando niños y también cuando adultos. La mayoría de los niños tienen la suerte de recibir amor materno. 

La relación con el padre es enteramente distinta. La madre es el hogar de donde venimos, la naturaleza, el suelo, el océano; el padre no representa un hogar natural de ese tipo. Tiene escasa relación con el niño durante los primeros años de su vida, y su importancia para éste no puede compararse a la de la madre en ese primer período. Pero, si bien el padre no representa el mundo natural, significa el otro polo de la existencia humana; el mundo del pensamiento, de las cosas hechas por el hombre, de la ley y el orden, de la disciplina, los viajes y la aventura. El padre es el que enseña al niño, el que le muestra el camino hacia el mundo.

En estrecha conexión con esa función, existe otra, vinculada al desarrollo económico-social. Cuando surgió la propiedad privada, y cuando uno de los hijos pudo heredar la propiedad privada, el padre comenzó a seleccionar al hijo a quien legaría su propiedad. Desde luego, elegía al que consideraba mejor dotado para convertirse en su sucesor, el hijo que más se le asemejaba y, en consecuencia, el que prefería.


El amor paterno es condicional. Su principio es "te amo porque llenas mis aspiraciones, porque cumples con tu deber, porque eres como yo". En el amor condicional del padre encontramos, como en el caso del amor incondicional de la madre, un aspecto negativo y uno positivo. El aspecto negativo consiste en el hecho mismo de que el amor paterno debe ganarse, de que puede perderse si uno no hace lo que de uno se espera.

A la naturaleza del amor paterno débese el hecho de que la obediencia constituya la principal virtud, la desobediencia el principal pecado, cuyo castigo es la pérdida del amor del padre. El aspecto positivo es igualmente importante. Puesto que el amor de mi padre es condicional, es posible hacer algo por conseguirlo; su amor no está fuera de mi control, como ocurre con el de mi madre.

Las actitudes del padre y de la madre hacia el niño corresponden a las propias necesidades de ése. El infante necesita el amor incondicional y el cuidado de la madre, tanto fisiológica como psíquicamente. Después de los seis años, el niño comienza a necesitar el amor del padre, su autoridad y su guía. La función de la madre es darle seguridad en la vida; la del padre, enseñarle, guiarlo en la solución de los problemas que le plantea la sociedad particular en la que ha nacido.

En el caso ideal, el amor de la madre no trata de impedir que el niño crezca, no intenta hacer una virtud de la desvalidez. La madre debe tener fe en la vida, y, por ende, no ser exageradamente ansiosa y no contagiar al niño su ansiedad. Querer que el niño se torne independiente y llegue a separarse de ella debe ser parte de su vida. El amor paterno debe regirse por principios y expectaciones; debe ser paciente y tolerante, no amenazador y autoritario. Debe darle al niño que crece un sentido cada vez mayor de la competencia, y oportunamente permitirle ser su propia autoridad y dejar de lado la del padre.

Eventualmente, la persona madura llega a la etapa en que es su propio padre y su propia madre. Tiene, por así decirlo, una conciencia materna y paterna. La conciencia materna dice: "No hay ningún delito, ningún crimen, que pueda privarte de mi amor, de mi deseo de que vivas y seas feliz." La conciencia paterna dice: "Obraste mal, no puedes dejar de aceptar las consecuencias de tu mala acción, y, especialmente, debes cambiar si quieres que te aprecie."

La persona madura se ha liberado de las figuras exteriores de la madre y el padre, y las ha erigido en su interior. Sin embargo, y en contraste con el concepto freudiano del superyó, las ha construido en su interior sin incorporar al padre y a la madre, sino elaborando una conciencia materna sobre su propia capacidad de amar, y una conciencia paterna fundada en su razón y su discernimiento. Además, la persona madura ama tanto con la conciencia materna como con la paterna, a pesar de que ambas parecen contradecirse mutuamente. Si un individuo conservara sólo la conciencia paterna, se tornaría áspero e inhumano. Si retuviera únicamente la conciencia materna, podría perder su criterio y obstaculizar su propio desarrollo o el de los demás.

En esa evolución de la relación centrada en la madre a la centrada en el padre, y su eventual síntesis, se encuentra la base de la salud mental y el logro de la madurez. El fracaso de dicho desarrollo constituye la causa básica de la neurosis. 

Una de las causas del desarrollo neurótico puede radicar en que el niño tiene una madre amante, pero demasiado indulgente o dominadora, y un padre débil e indiferente. En tal caso, puede permanecer fijado a una temprana relación con la madre, y convertirse en un individuo dependiente de la madre, que se siente desamparado, posee los impulsos característicos de la persona receptiva, es decir, de recibir, de ser protegido y cuidado, y que carece de las cualidades paternas -disciplina, independencia, habilidad de dominar la vida por sí mismo-.

Puede tratar de encontrar "madres" en todo el mundo, a veces en las mujeres y a veces en los hombres que ocupan una posición de autoridad y poder. Si, por el contrario, la madre es fría, indiferente y dominadora, puede transferir la necesidad de protección materna al padre y a subsiguientes figuras paternas, en cuyo caso el resultado final es similar al caso anterior, o se convierte en una persona de orientación unilateralmente paterna, enteramente entregado a los principios de la ley, el orden y la autoridad, y carente de la capacidad de esperar o recibir amor incondicional.

Ese desarrollo se ve intensificado si el padre es autoritario y, al mismo tiempo, muy apegado al hijo. Lo característico de todos esos desarrollos neuróticos es el hecho de que un principio, el paterno o el materno, no alcanza a desarrollarse, o bien -como ocurre en muchas neurosis serias que los papeles de la madre y el padre se tornan confusos tanto en lo relativo a las personas exteriores como a dichos papeles dentro de la persona. Un examen más profundo puede mostrar que ciertos tipos de neurosis, las obsesivas, por ejemplo, se desarrollan especialmente sobre la base de un apego unilateral al padre, mientras que otras, como la histeria, el alcoholismo, la incapacidad de autoafirmarse y de enfrentar la vida en forma realista, y las depresiones, son el resultado de una relación centrada en la madre.

 http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/nacionales/2789-el-padre-da-la-seguridad-y-guia-al-nino-para-encarar-el-mundo

 Ver más en: http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/nacionales

No hay comentarios :

Publicar un comentario