16/08/2019
El dictador y su tropa de crimen marchan al final episodio
histórico. Por narcotraficantes con abundantes pruebas a ser pronto
expuestas en tribunales de Estados Unidos, y porque el único espacio que
merecen es el recinto de una cárcel de máxima seguridad construida por
ellos mismos, el último dilema jurídico consistirá en definir si habitan
una bartolina de las que edificaron en presidios hondureños o si los
alojan con traje naranja en celdas norteamericanas de severo control.
Ocurre como una suerte echada. Sería ilógico que el dictador de la
ignominia ingresara solitario al recinto de la justicia estadounidense,
como sería injusto permitir que lo hiciera únicamente por factores
externos. Tenemos la grave responsabilidad de sacarlo por narco operador
y por: (a) usurpar la voluntad popular adulterando resultados
electorales; (b) por reelegirse contraviniendo la Constitución de la
República, que es delito imprescriptible; (c) por aprobar el asesinato
de activistas y manifestantes; (d) por entrar a saco en entidades
gubernamentales como el Seguro Social y la SAG; (e) por asociarse
ilícitamente con su cónyuge y familia ––entre ellos su hoy
“internacional” hermano–– para lavar activos y malversar recursos
públicos; (f) por proteger a delincuentes, consanguíneos o no, y por
sobornar diputados para elegir magistrados a la Corte Suprema de
Justicia y para avalar su espuria reelección; (g) por forzar hacia duros
destinos a vastas poblaciones humanas que se vieron obligadas a huir en
grupos para hallar mejores horizontes; (h) por concesionar viciosamente
aguas, minerales, territorios, carreteras, puertos y aeropuertos, así
como otros bienes y servicios de razón social, a clanes de empresas
extranjeras aliadas con dudosas compañías locales.
Falta papel para enumerar los crímenes de burla a la República
cometidos por tal estructura familiar y conspirativa de JOH y a causa de
ello, por ende, se torna prioritario, siendo traidor a la más íntima
esencia de la nacionalidad, despojarlo del mando que arbitrariamente
usurpa y administra. Derrota anunciada El despeñadero a que el tiranuelo
y comparsa conducen al país ––y que fue tempranamente advertido por
agencias mundiales como ONU, Transparencia Internacional, Riesgo de
País, otros–– es suficiente motivo para que actuemos quienes sentimos
amor por nuestra nacionalidad y a la vez sufrimos su dolor. Para reparar
esa diaria podredumbre de maldad y corrupción basta que nos juntemos
todos y convirtamos nuestra reserva de confianza y fe –– tesoro de
dignidad–– en fuerza y lanza para corregir una barbarie que califica a
Honduras, ante la vergüenza mundial, como sociedad que los corruptos
buscan transformar en narcoEstado. Vengan, unamos brazos y abrazos,
voces y energías en una sola ruta hondureña, incluso mística, encaminada
a salvar a un pueblo secuestrado por la criminalidad. La calle es de
todos, espacio universal y eminentemente democrático, desde el ágora
griego a las luchas parisinas de 1968 y la primavera árabe, pues es
donde los pueblos se unen y combinan, plaza de quienes demandan alzar la
voz para clavarla en el horizonte, encuentro de todos los colores y
sabores con olor a vida, materia cívica que ocupamos, hoy más que nunca,
en abundancia. A construir futuros Viendo al mañana, procurando leer el
alba y comprender sus pronósticos y despachos, queriendo responder a la
sutil mensajería de la intuición, el exilio del dictador y su claque
luce metódicamente inminente, aunque nada inmediato ni fácil.
Es obvio que el hondureño consciente debe aportar un último empujón o
la esperanza se agobia. Preparémonos entonces para lo que ha de venir
tras la celebración y el carnaval nacional.
Celebraremos, sí, pero con
la responsabilidad de sembrar las bases para un porvenir justo, social y
popular. Celebraremos sin olvidar lo que mañana trae encima, que es el
reto de guiar nuestro propio destino colectivo. Debemos precaver y
evitar que al escenario institucional siguiente suban los falsos actores
de la continuidad dictatorial, bajo el pretexto de la
institucionalidad. Aceptar un orlandismo sin joh es suicidio, y por
tanto decimos, desde ya, no a la sucesión institucionalista, o como
quiera llamarla el leguleyo cachureco. Tampoco necesitamos otro golpe de
armas, con uniformes a la cabeza de las entidades del Estado.
Demasiado caro seguimos pagando la década tras el golpe de Estado
como para guiñar el ojo a esos corruptos castrenses que sin duda
correrán a unirse con los más rancios políticos y empresarios
subastadores de la república. El más grave error sería que los miedos y
la mediocridad nos paralizaran y quedáramos observando alelados un
maquillado alargamiento de la dictadura, dejando que a nuestro próximo
futuro lo definan fuerzas extrañas al pueblo, sin el pueblo y en contra
del pueblo. ¡Esta patria es ya! Entonces qué hacemos, en qué canasto
poner todos nuestros huevos…
Tiene que ser en un Pacto Político y Social
de aceptación consensuada con ciudadanos honestos y con corrientes
anti-joh, junto a diversos sectores aglutinados en la Plataforma
Nacional y otros grupos representativos de la sociedad. Se hará
imperativo definir con ellos, desde ya, un día de insurrección
definitiva. Tras un consenso sumamente participativo, que organice un
Gobierno de Transición, este debe convocar pronto a elecciones generales
en tiempo prudente y de inmediato designar un nuevo Fiscal General;
ratificar y fortalecer el mandato de la Maccih; promulgar reformas
electorales profundas y decretar un período de emergencia administrativa
con drásticas reducciones en el presupuesto asignado a los rubros de
defensa y seguridad, a la vez que aumente drásticamente los destinados a
salud, educación e inversión pública, a fin de generar prontos empleo,
recuperación de la economía y estabilidad social. Ese consenso y ese
Pacto Político y Social deben responder al pensamiento avanzado de la
Honduras del siglo XXI, con energía, audacia y visión histórica.
Está en nuestras manos construir un lampo de transición que conduzca
al rescate democrático del Estado de Derecho y a la edificación de una
nueva sociedad humanista. Pongámonos en camino entonces, apuremos la
salida de la pandilla dictatorial y asentemos la base de nuestro futuro
colectivo.
No tenemos tiempo para perder ni otra patria que dejar a la
posteridad.
País Insurrecto Agosto de 2019
ISMAEL MORENO, sj
DARÍO EURAQUE
VÍCTOR MEZA
HELEN UMAÑA
RODOLFO PASTOR FASQUELLE
EDUARDO BÄHR
PATRICIA MURILLO
WILFREDO MÉNDEZ
HUGO NOÉ PINO
EFRAÍN DÍAZ ARRIVILLAGA
MAURICIO TORRES MOLINERO
RAMÓN ENRIQUE BARRIOS
LETICIA SALOMÓN
MARIO ARDÓN MEJÏA
MARVIN BARAHONA
JOAQUÍN MEJÍA
RAFAEL DEL CID RAFAEL DELGADO
JULIO ESCOTO
https://wp.radioprogresohn.net/comunicado-a-recuperar-la-patria-no-tenemos-tiempo-que-perder/
sábado, 17 de agosto de 2019
Honduras: A recuperar la Patria, No tenemos tiempo que perder (Comunicado)
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