sábado, 13 de octubre de 2018

Honduras: LAS PALABRAS DEL HERMANO MELO

                                                     Foto de rsf.org
 Félix Molina está con Ismael M P. Melo y Letty Castellanos.

Acabo de ver la ceremonia de premiación “Campeones de la Justicia” organizada por el centro CARECEN -- Central American Resource Center – fundado en California en 1983 por la diáspora salvadoreña y académicos estadounidenses.
Les dejo mi transcripción de las principales afirmaciones del hermano Melo al momento de aceptar este premio en nombre de los equipos de Radio Progreso y el ERIC, delante de una audiencia estadunidense, latinoamericana y universal.
                 “Venimos de un país cuyo pueblo es profundamente noble pero amargamente empobrecido, en su vida material pero también en su conciencia. Un pueblo que necesita amor y consuelo, porque estamos atrapados por una elite oligarca, una burocracia corrupta, que en contubernio con las transnacionales impulsan la inversión extractivista y privatizadora de los bienes naturales, producen violencia y desigualdades, y someten a nuestro pueblo al abandono y a la miseria”.

Ismael Moreno es téologo jesuita comprometido con la sociedad hondureña desde la realidad de El Progreso, Yoro – norte de Honduras – creyente del Dios y de la iglesia de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, que muy bien ha dicho la noche del 12 de octubre “necesita un retorno al Evangelio y al andar de los pobres, porque es impensable un Romero sin pueblo, sin palabra mordiente y sin denuncia de los poderes establecidos”.

Sin perder el aplomo, el director de las obras jesuitas en Honduras, anunció: “Estamos aquí para denunciar que el régimen corrupto y violador de los derechos humanos en Honduras es protegido, cuidado y halagado por el gobierno de los Estados Unidos; la embajada del Departamento de Estado en Tegucigalpa es la más importante legitimadora de este régimen y, por tanto, es corresponsable de las violaciones y represiones contra la sociedad hondureña de los pobres”.
Melo fue con todo eso que había en su pecho, sacó fuera lo que un porcentaje mayoritario de la población pensamos y sentimos.

“Nos corresponde decir en nombre de nuestro amado pueblo hondureño que los políticos, un sector del empresariado, profesionales y académicos, religiosos y diplomáticos, muchos periodistas y propietarios de medios de comunicación, estamos dedicados a sostener una mentira, porque el régimen que lidera un señor que se llama Juan Orlando Hernández es una mentira. Todo lo que dice su publicidad y que repite en los foros internacionales sobre una vida mejor, es una farsa. Él mismo es una farsa, una mentira. Y esto lo sabemos quienes vivimos en Honduras. Lo sabe la embajada, los representantes diplomáticos canadienses y europeos, los líderes de las iglesias. Todo mundo lo sabe, pero casi todos callan o apoyan, y avalan, porque de esa mentira se nutren, y porque tienen miedo a las propuestas del pueblo.

Entonces nuestro llamado, quizás inútil, un quimérico llamado, es a la comunidad hondureña y a la solidaridad internacional que tiene capacidad de difusión: sacudámonos de esta mentira que hay en Honduras, no la callemos, no la avalemos, no vivamos de esa mentira. No cambiemos nuestra responsabilidad de despreciar esa mentira que se hace llamar gobierno, una burda caricatura de régimen autoritario y dictatorial. ¡Dejemos de tenerle miedo al pueblo, no sigamos apoyando esta mentira sólo para “prevenir” que el pueblo irrumpa con sus liderazgos propios. Dejemos que la voz del pueblo irrumpa con sus demandas y sus sueños!”.

Al cierre de sus palabras de aceptación del Premio “Campeón de la Justicia”, el perseguido y amenazado religioso hondureño, propuso que al arribo de Honduras a sus primeros 200 años impulsemos un modelo de desarrollo basado en el respeto a la voluntad popular y a los bienes naturales. Una nueva comunidad. Una nueva sociedad que ya cuenta con todos los recursos, pero le falta la condición más importante: la condición humana, el optimismo en la gente sencilla. Esta condición es la que tenemos que impulsar para construir una propuesta de soberanía, dejando de apoyar la gran mentira que se llama JOH.

Pongámonos en marcha hacia una nueva oportunidad: rompamos con este régimen y con este modelo de violencia y desigualdad, y construyamos la propuesta de Soberanía 2021, con nuevos desafíos y complejidades, pero con el liderazgo de los nuevos actores que surgen de la realidad nacional.

Nuestro grito en este desierto neoliberal es que nos sacudamos la mentira, ésta a la que nos han sometido, y emprendamos el audaz camino hondureño en base a la verdad de no esperar de afuera o de arriba las respuestas. Vayamos hacia la verdad que soñamos, donde todos contamos y valemos.

Este es nuestro grito de justicia”.
La sala se pone de pie. Y yo abrazo a la distancia al equipo de “campeones de la justicia”!
Tomado de Facebook 13 de Octubre 2018.


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