lunes, 9 de abril de 2018

Honduras: ELVIN SANTOS, UN “NOTHINGMAN”

Elvin no es empresario, tampoco político, no, no lo es. Después de mucho andar y estar bajo el sombrero del Presidente Manuel Zelaya -Un amigo del Clan lo colocó ahí-, la cobardía lo paralizó frente a la responsabilidad histórica, eligió esconderse y salir de las grietas del olvido a conspirar contra “el caballero”.
 Reflexión
EL LIBERTADOR


Tegucigalpa. Una cara ajada por los años, una mirada nerviosa de complejos que no calma Mastercard, el rostro torvo de quien el alma no es limpia, los ojos rotos como el que lleva el sufrimiento eterno, incapaz de reír de alegría sana y una risa semejante a mueca malvada, desborda la arrogancia nutrida por la vanidad, este triste cuadro ya lo explicaron los sabios viendo el alma atormentada. Esta es la primera impresión de Elvin Santos, el hombre que pudo ser alguien y hoy es nadie.

Fue alguien cuando entró a nursery con su juguete “Tonka” a la escuela Americana, allá con los que serían el “Clan del 81”, Camilo Atala que si lidera su grupo financiero en Ficohsa –el Big Boss-, la empresaria de las comunicaciones y comida rápida, Anna María Villeda Ferrari de Kafati y los nada sobresalientes, su compadre Ricardo Alvares, el ingenioso de los chocoyos, Toño Rivera y otros por ahí.

Elvin Santos es solo un sueño en la cabeza de alguien y los “Sueños, sueños son”. El exalcalde capitalino ingeniero Elvin Santos Lozano y gracias a las habilidades administrativas de su esposa Sonia Ordóñez Laffise de Santos se construyó un imperio de cemento, el “Tonka”, sólo recoge lo que ya sembraron, y lo lleva por los caminos discutibles de negocios hondureños con el gobierno, no, no es empresario.

Desde niño hizo tareas “Si Ud. fuera empresario…” y pues, le enseñaron a mandar y que tiene que ser líder, luego en la empresa de Papá lo puso en práctica y todos obedecían  -Que fácil se engaña uno-, algo así como un laboratorio empresarial un simulacro de empresario y ¡claro! con el cliente del mes, el Pueblo hondureño S. A. desde donde los amigos disparan contratos como el “wihisky del chupamóvil” en la fiesta de “la prom”. Pero no, no es empresario.

Luego quiso ser político, así como Ricardo. –Si el compadre puede ¿Por qué yo no?, la figura de Don Elvin Santos Lozano, pesa en el partido Liberal y “el pequeño Tonka” apretó fuerte la camisa de su padre, hasta ya estar instalado en la estructura bipartidista, ¡Que comience la fiesta!, el festín es más fácil repartirlo desde adentro y no solo pidiendo. ¡Woow! Sudor puro haciendo riqueza, iniciativa privada, así se le llama en Honduras, pues.

Pero Elvin tampoco es político, no, no lo es. Después de mucho andar y estar bajo el sombrero del Presidente Manuel Zelaya -Un amigo del Clan lo colocó ahí-, la cobardía lo paralizó frente a la responsabilidad histórica, eligió esconderse y seguir los negocios con el olvidado dictador Roberto Micheletti; seguro en las noches cuando llueve, los truenos resuenan en el pecho, como las bolsas de agua que los estudiantes indignados de “la Nacional” le arrojaron en protesta por su conducta cobarde y oportunista.

Pero eso era sólo el inicio de la humillación y lo patético, el niño mimado de escuela privada y piscina que se llena con agua “Azul”, terminó siendo dominado por “los indis”, niños de escuela rural, “los ranger”, primero Mel y luego Juan Hernández que se pasó aquella vez en Olancho cuando con mando imperioso dijo a través de los medios: “Quiero que me llame a un señor que se llama Elvin Santos y dígale que el miércoles voy a estar aquí y si no tiene las maquinas, que no se vuelva a asomar” y el lunes la maquinaria pesada ya estaba funcionando. Confuso… ¿A quién le enseñaron a mandar?, al menos tiene la habilidad de identificar al “Líder” y obedecer.

Elvin Santos no será presidente del país, la luz de Luis Zelaya ha hecho que su sombra aparezca más grande en la escena política, pero es solo una sombra; “El caballero” debe entender que ser un gentilhombre no funciona en los juegos sinuosos de los intereses políticos vernáculos y, sobre todo económicos de esa vieja guardia, tampoco con los embrujados padrinos que se esconden en las torres, como sombras, donde aprendió Elvin. “Esa gente por el dinero mata”, dice uno de los suyos que de cuando en cuando narra la interioridad de las reuniones del poder tradicional.

Elvin es la representación de lo que ha enfermado Honduras por años, pero tampoco es raíz, es solo hoja, en el gran árbol de lo vernáculo en el país, acumuladores de dinero, desangrando a un pueblo en el suelo y agonizando, adversarios de los actos heroicos, dueños de la política, “Si no puedo alcanzar el cielo, lo ensucio”, gritos desgarradores de gargantas destrozadas por las órdenes de los mandamás.

Ahí no existe el principio de renovación del Maestro, evolución moral mediante el nacer de nuevo, ni el esfuerzo siquiera existe, la mediocridad se impone: “no existe la persona virtuosa, todos tenemos un precio, no existe el hombre noble, todos somos sucios alguna vez… Todos”. Quien diga lo contrario es pendejo y sujeto de sospecha infinita.

“Hoy quiero felicitar al glorioso partido Nacional para que sus miembros se sientan orgullosos y el reto de participar y continuar una Patria mejor sea siempre la facultad que persigan con la conciencia plena que Dios y la justicia se los reconocerá, ¡Salud compatriotas que Dios los bendiga siempre¡”, amable lector por favor no se confunda, no son las palabras del Dictador Carias que volvió de la muerte, es Elvin Santos vestido de rojo y con el alma azul. Pero al final ya nadie espera nada de un Don Nadie. Como anestesia para su conciencia dirán: “todos son iguales o peores a nosotros”.

http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/nacionales/2786-elvin-santos-un-nothingman

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