Redacción Central / EL LIBERTADOR / 15 Agosto 2015
Tegucigalpa. Ante
la indiferencia y táctica de desgaste rápido de las marchas de las
antorchas del Gobierno de Honduras, no atendiendo las peticiones de los
Indignados, que exigen la renuncia del Ejecutivo, cárcel para los que
quebraron el Instituto Hondureño de Seguridad Social y la instalación de
la Comisión Antiimpunidad, la multitudinaria protesta de ayer viernes
visitó la casa de habitación del Presidente Hernández.
Al
ver que el mandatario se moviliza en costosos helicópteros y lujosos
carros, según diversas declaraciones ante medios de comunicación, la
temperatura aumentó en la indignación: catalogan el complejo
desplazamiento del jefe de Estado como “oneroso” (consta de un amplio
sistema integrado por vehículos terrestres civiles y militares
conectados con aéreos, drones y helicópteros, tropas especializadas por
aire y tierra, entre otros dispositivos técnicos satelitales y de tierra
para seguridad de la comitiva presidencial y unidades motorizadas).
Por
eso mismo la ciudadanía tilda al mandatario de “cobarde” por rehuir al
diálogo, aunque haya pedido a la OEA y la ONU que lo ayuden en platicar
con la oposición social y política a instancia del “Diálogo Nacional”,
coordinado por el veterano funcionario John Biehl, ya conocido en
Honduras, porque integró la comisión de la OEA que jamás pudo revertir
el golpe de Estado del 28 de junio de 2009.
Los
manifestantes se desviaron de la ruta preestablecida, que era desde la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) hasta Casa
Presidencial; sin embargo, optaron por desviarse del camino y llegaron a
la exclusiva colonia Lomas de San Ignacio; se encontraron con un fuerte
dispositivo de seguridad policial-militar y una tanqueta antidisturbios
preparado para reprimirlos. El retén fue superado por la muchedumbre;
en tanto, los militares que estaban en primera línea se subieron al
autobús que los llevó a la zona.
Los
gritos de impotencia no se hicieron esperar; la prensa tradicional, en
particular, El Heraldo, propiedad de Jorge Canahuati Larach, tildó la
acción de “vandalismo”. Los testigos en la escena y vídeos dan cuenta
que no hubo agresión a las fuerzas de seguridad. Algunos líderes del
movimiento negociaron con los militares para que desistieran de reprimir
a un grupo de bulliciosos jóvenes que eran parte de la movilización y
que, sin ninguna ventaja de triunfo, desafiaban a los bien armados
policías y militares.
Sólo
se registraron pinturas de grafitis de protesta al vehículo de
transporte colectivo, asignado a la Guardia de Honor Presidencial (GHP).
Al fondo, policías y un segundo cordón de soldados impedían el acceso
de los indignados a la residencia del mandatario.
Los
demás Indignados, prosiguieron su marcha hacia Casa Presidencial…de
hecho, la movilización fue multitudinaria, a pesar de los ataques
mediáticos, en contubernio con blogueros –activistas del Partido
Nacional en el poder, según denuncias– que han creado páginas falsas en
redes sociales para desacreditar al movimiento de las antorchas y a sus
líderes. No obstante, no ha causado efecto social.
Ante
la consolidación de la respuesta ciudadana, los opositores del
movimiento social han pasado a la segunda etapa, que es la
desestabilización.-A la llegada de las antorchas a la sede del Poder
Ejecutivo, hubo otro hecho: varios jóvenes se bajaron de un lujoso
vehículo, procedieron a pintar las paredes, lanzar piedras y provocar a
las fuerzas policiales que resguardaban la zona.
La
represión no se hizo esperar. De inmediato, los agentes procedieron a
lanzar bombas lacrimógenas contra la muchedumbre y chorros de gas
pimienta para neutralizar a los manifestantes. Los infiltrados en la
marcha, los provocadores, se largaron del punto de concentración con
rumbo desconocido.
En
las redes sociales identificaron el vehículo que llegó a provocar a la
policía y militares. Es una camioneta de lujo, marca Toyota, modelo Land
Cruiser, año 2012, color azul metálico grisáceo. No se revela en la
boleta, emitida por un banco, el nombre del propietario, pero sí el
monto de matrícula a pagar, que son de unos 31 mil lempiras.
Testigos
en la escena narraron a EL LIBERTADOR que llegaron pacíficamente a
reclamar al presidente Juan Hernández la instalación de la CICIH y que
dimita del cargo, “de pronto apareció esta gente provocando a la
seguridad y comenzó la represión contra nosotros; mucha gente se fue y
otros resultaron afectados por los gases lacrimógenos”.
De
inmediato, los medios tradicionales comenzaron a desprestigiar a los
Indignados y los tildaron con su frase trillada de “vándalos”. No
explicaron de los infiltrados en la marcha, tampoco del vehículo.- El
diario de extrema derecha, El Heraldo, responsabiliza a los “radicales”
del partido político de oposición, Libertad y Refundación (Libre), de
haber incitado la represión policiaco militar en la marcha de anoche.
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/nacionales/413-prensa-tradicional-fomenta-desprestigio-y-odio-contra-hondurenos-indignados
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