EL LIBERTADOR / 22 Agosto 2015 /
Por: Amy Goodman
Por: Amy Goodman
En
Honduras, un movimiento de protesta lleva meses exigiendo la renuncia
del presidente Juan Orlando Hernández tras una serie de escándalos de
corrupción que revelan que usó fondos gubernamentales para financiar su
campaña para las elecciones presidenciales de 2013.
Las
protestas tienen lugar cuando se acaban de cumplir seis años del golpe
de Estado que destituyó al presidente democráticamente electo Manuel
Zelaya.
En
una entrevista exclusiva, el expresidente Zelaya habla del surgimiento
de este nuevo movimiento de protesta, del apoyo del gobierno de Obama al
actual presidente de Honduras, y del papel de Hillary Clinton en el
golpe de Estado de 2009.
"Las
políticas de Estado de EE.UU. para Honduras fueron ambiguas y
equivocadas. Por un lado condenaban el golpe, pero por el otro estaban
negociando con los golpistas”, dice Zelaya.
“Y
la secretaria de Estado Clinton se prestó a eso, manteniendo la
ambigüedad de la política estadounidense con Honduras". Además, el
expresidente hondureño critica las políticas antidroga y migratorias de
Estados Unidos.
"Migrar
es un derecho humano, pero hay que regularlo dentro de la ley. No poner
militares a que paren a los niños que buscan a sus madres en EE.UU. o a
los jóvenes que buscan un empleo porque esta sociedad capitalista
neoliberal, excluyente y explotadora no les brinda oportunidades",
afirma Zelaya.
JUAN GONZÁLEZ: El
4 de julio, alrededor de cien mil hondureños marcharon para exigir la
renuncia del presidente Juan Orlando Hernández, tras una serie de
escándalos de corrupción que revelan que usó fondos del gobierno,
incluyendo más de 300 millones de dólares del sistema público de salud
de Honduras, para financiar su campaña para las elecciones
presidenciales de 2013, de las cuáles salió victorioso. Doce personas
permanecen en huelga de hambre en las cercanías del palacio
presidencial, exigiendo la destitución de Hernández.
AMY GOODMAN: Todo
esto ocurre al tiempo que Honduras conmemora el sexto aniversario del
golpe militar respaldado por Estados Unidos que derrocó al presidente
democráticamente electo Manuel Zelaya. El 28 de junio de 2009, Zelaya
fue secuestrado a punta de pistola y puesto en un avión rumbo a Costa
Rica en un golpe de Estado orquestado, en parte, por dos generales
entrenados en Estados Unidos.
Para
profundizar en el tema vamos ahora hasta Tegucigalpa, donde nos
acompaña el expresidente Zelaya. Bienvenido nuevamente a Democracy Now!
¿Puede hablar sobre qué está ocurriendo en su país en este momento?, las
protestas masivas sin precedente, ¿por qué está la gente saliendo a las
calles?
MANUEL ZELAYA: Buenos
días. Realmente, en resumen, nosotros podemos decir que hoy Honduras es
un país sin reconciliación y sin justicia. Los problemas históricos se
han agravado en vez de resolverse. Estados Unidos está apoyando y esto
es un reclamo a un gobierno represivo. Un gobierno que asaltó los fondos
públicos para su campaña y el propio presidente actualmente lo ha
reconocido. Que utilizó fondos públicos de la salud de los ancianos, de
las mujeres embarazadas, de los niños, fondos sagrados, los ha utilizado
su partido para su campaña electoral. El triunfo de él fue seriamente
cuestionado y, aún así, reconoce un delito, presionado lógicamente por
un periodista, David Romero, que pública en un medio de comunicación los
cheques a nombre de su partido y dirigidos al propio presidente en la
campaña política. Parece que esto fue como un complot, como una
conspiración, para saquear estos fondos que fueron 300 o 400 millones de
dólares, nadie tiene un dato exacto, pero esto ha indignado el pueblo
que sale en las calles por primera vez en la historia de Honduras, casi
200 años de querer ser independientes, sale a las calles a pedir que el
presidente rinda cuentas, que el presidente se someta a una
investigación. Que el presidente renuncie porque él mismo reconoce el
delito. Y esto ha traído otra posición también, ya desesperada, de la
población hondureña. Pedir una injerencia de la justicia internacional
en Honduras que se llama Comisión Internacional Contra la Impunidad
dirigida por Naciones Unidas, algo que ya probó buenos resultados en
Guatemala. Pedir que Naciones Unidas venga y empiece a investigar a
todos los ciudadanos hondureños, todos, sin distingos de colores, sin
distingos de ninguna naturaleza, y todos estamos dispuestos,
especialmente la oposición, a someternos a una investigación
internacional, transparente, con juristas internacionales que puedan
verificar cada una de nuestras conductas, con una visión sin sectarismo,
sin la influencia política, y además con transparencia y con
imparcialidad. El pueblo está demandando esto y el presidente se niega,
por esto, hoy aquí en Honduras hay una misión internacional de Naciones
Unidas hoy haciendo, podemos decir, una exploración de lo que está
pasando, ayer nos reunimos con ellos, les presentamos las pruebas de la
corrupción que ha invadido el Estado y que lógicamente el presidente la
dirige.
JUAN GONZÁLEZ: Presidente
Zelaya, ¿no tiene esperanzas en que el propio sistema de Honduras pueda
resolver estos problemas y presentar cargos contra el presidente, dado
que él ha admitido haber cometido irregularidades?
MANUEL ZELAYA: Muy
buena pregunta. La justicia en Honduras, los operadores de justicia,
han perdido totalmente la credibilidad desde el golpe de Estado hasta la
fecha. En primer lugar porque son casi los mismos que conspiraron para
el golpe de Estado donde yo fui su primera víctima. En este sentido, la
justicia hoy está totalmente manipulada por el presidente actual. Hace
poco destituyó cinco magistrados de la corte, y puso las personas que él
considera idóneas para mantener su sistema de corrupción en el país. Lo
mismo que destituyó los fiscales, los dos fiscales los destituyó y
colocó amigos de él que responden lógicamente a sus mandatos. Creó una
policía militar, que es algo que lamentamos que Estados Unidos apoye:
políticas de represión de un gobierno que asalta el Estado y que
reconoce, y que [Estados Unidos] guarde silencio sobre esta situación.
Creó una policía para él mismo para... y cambió todas las leyes del
país. Hoy las personas pueden ser capturadas, pueden ser llevadas a
prisión, sin respetar la presunción de inocencia, el debido proceso y
además las garantías que nos da la constitución. El sistema de justicia
en Honduras, con muy raras excepciones porque siempre habrán magistrados
honestos o fiscales honestos, con muy raras excepciones, está
totalmente politizado. No es imparcial, sino que actúa con sectarismo
político. Se dedica a perseguir a la oposición. Y es cierto que el
presidente hoy está sacrificando piezas claves de su gobierno,
entregándolas pero para cubrirse él y para no ser investigado él, es
como una cortina de humo.
AMY GOODMAN: Manuel
Zelaya, usted ve de forma clara que esta situación es una continuación
del golpe que tuvo lugar hace seis años, en el que fue destituido.
¿Puede explicar que ocurrió en junio de 2009?, ¿cómo acabó siendo
expulsado por la fuerza de la presidencia?
MANUEL ZELAYA: Bueno,
cuando las derechas internacionales, porque esto es la restauración
conservadora de las derechas a partir del 2009, que la apoyaron los
halcones de Washington, que tomaron la decisión de usar las armas, de
usar la fuerza, hubo un golpe de Estado, un intento en Ecuador, un golpe
de Estado en Paraguay, y el primero fue el de Honduras. Este proceso,
pues las mismas derechas pensaron que era para mejorar la situación de
nuestros pueblos, de nuestros países, para levantar el comercio, la
industria, para mejorar los niveles de pobreza y fue todo lo contrario,
Amy ... todo lo contrario. Estos golpes de Estado han destruido la poca
institucionalidad que teníamos. Ha aumentado la deuda, ha aumentado la
pobreza, ha aumentado la corrupción, y ha aumentado el nivel de
criminalidad y de violencia. Y el problema es que los Estados Unidos no
quiere escuchar estos reclamos de nuestros pueblos que están en las
calles, igual que el pueblo de Guatemala, hoy el pueblo de Honduras.
Esto no es dirigido por nadie. No hay un partido político dirigiendo las
manifestaciones ciudadanas, es espontáneo, esta espontaneidad del
pueblo, el Departamento de Estado hace oídos sordos a ellas y yo
quisiera llamar la atención en esto. El golpe de Estado fue un fracaso. Y
las políticas de represión que hoy Estados Unidos está apoyando para
este gobierno también constituyen una indignación del pueblo frente a
esta realidad. El pueblo demanda una rectificación histórica de las
posiciones internacionales de los Estados Unidos con Honduras. Acuérdese
el tráfico humano, el tráfico de niños, el tráfico de mujeres que se
van para Estados Unidos y presionan sus fronteras, presionan su misma
estabilidad, precisamente por el fracaso de las políticas aquí en
Honduras. Lo mismo podría decir yo de esta nueva iniciativa del
presidente Obama que él está hablando de financiar mil millones para el
triángulo norte, para Guatemala, El Salvador y Honduras. Yo le dije al
senador que vino la semana pasada, el presidente del Comité de
Relaciones Exteriores del Senado, yo le dije: “senador, no es suficiente
sólo el dinero, no es suficiente sólo los dólares. Necesitamos un
Estado de derecho. Necesitamos justicia en Honduras. Necesitamos que se
respete la democracia en nuestro país, para que nuestros pueblos puedan
tener empleo, puedan generar riqueza, puedan traer inversionistas
nacionales e internacionales. Necesitamos seguridad jurídica y seguridad
ciudadana. Hay que preocuparse, senador, por el derecho interno de
nuestros países”.
JUAN GONZÁLEZ: Presidente
Zelaya, usted ha mencionado a las madres y los niños que han estado
huyendo de su país y atravesando la frontera para llegar a Estados
Unidos. Aquí escuchamos en los medios de comunicación las noticias del
aumento de los crímenes y de la violencia en Honduras. ¿En qué está
fallando el gobierno a la hora de enfrentar esta situación, con todas
estas personas huyendo hacia Estados Unidos?
MANUEL ZELAYA: Se
han tomado medidas, en este sentido, de represión, o sea, cercar las
fronteras, militarizar las fronteras, impedir que las personas ejerzan
el derecho de la migración. Porque migrar es un derecho, es un derecho
humano. Todos los países surgimos de las migraciones, el mismo Estados
Unidos surge de las migraciones europeas. Pero hay que regularla, hay
que marcarla dentro de la ley. No meter militares simplemente a que
paren a los niños que están buscando a sus madres en Estados Unidos, o a
los jóvenes que buscan un empleo porque esta sociedad, capitalista
neoliberal, excluyente y sumamente explotadora no les brinda las
oportunidades. Acuérdese que estas sociedades son dirigidas por grandes
transnacionales, grandes transnacionales de bancos, grandes
transnacionales de comercio, grandes transnacionales del petróleo. Estos
son gobiernos de las transnacionales. Aquí el Estado es pequeñito,
corrupto, y no le da respuestas al pueblo. Y más bien le crea problemas a
sus socios, en las fronteras, como lo estamos viendo. El gobierno de
hoy, más bien ha incrementado la pobreza, la corrupción y no ha podido
controlar los altísimos niveles de violencia. Por las políticas
equivocadas que se están aplicando en nuestros países.
AMY GOODMAN: Me
gustaría preguntarle sobre un asunto relacionado con la campaña
presidencial que está teniendo lugar aquí en Estados Unidos. Correos
electrónicos publicados en las últimas semanas muestran conversaciones
de junio de 2009 sobre el golpe de Estado en Honduras entre la que en el
momento de su destitución era secretaria de Estado Hillary Clinton y
sus empleados. Estos documentos muestran cómo Estados Unidos solicitó su
destitución de forma permanente como presidente de Honduras, aun cuando
apoyó públicamente que volviera al poder a través de un gobierno de
unidad nacional. En un correo electrónico, Hillary Clinton trató de usar
al cabildero y exasesor del presidente Clinton Lanny Davis como un
canal de comunicación alternativo con Roberto Micheletti, el presidente
interino instalado tras el golpe. En un correo electrónico Clinton le
preguntó a Davis: "¿Puede ayudarme a hablar con Micheletti?" En ese
momento Davis trabajaba para el Consejo Empresarial de América Latina.
En
otro correo electrónico Thomas Shannon, el principal negociador del
Departamento de Estado para las negociaciones sobre Honduras, se refiere
a usted, expresidente Zelaya, como un “líder fallido”. Apenas unas
semanas antes, Shannon había sido parte de un equipo de funcionarios
estadounidenses que supuestamente llegó a Honduras para resolver la
crisis. Esto es lo que dijo Shannon.
THOMAS SHANNON:
Yo diría que la cuestión de la restitución al poder ha sido un tema
central, no sólo para Estados Unidos, sino para toda la comunidad
internacional. Y las resoluciones de la OEA y de la ONU han indicado claramente que el presidente Zelaya debe ser restituido en el poder.
AMY GOODMAN: Hillary
Clinton también escribe sobre el golpe de Estado en Honduras en su
libro "Decisiones difíciles". Ella recuerda los días posteriores al
golpe de Estado y escribe: “Hablé con mis homólogos de todo el
hemisferio, entre ellos la secretaria [Patricia] Espinosa en México...
Elaboramos un plan estratégico para restablecer el orden en Honduras y
garantizar que se celebraran elecciones libres y justas, de forma rápida
y legítima, lo que convertiría la cuestión de Zelaya en irrelevante”.
Presidente
Zelaya, podría hablar sobre el papel de la entonces secretaria de
Estado Hillary Clinton en 2009, cuando usted fue destituido.
MANUEL ZELAYA: Nosotros
tratamos en bastantes ocasiones en forma pública a la secretaria
Clinton, especialmente cuando aquí en Honduras en el 2009, un mes antes
del golpe de Estado, se levantaron las sanciones contra Cuba que la OEA había
impuesto hacía 40 años. Se derogaron los decretos contra Cuba, ahí
empezó el desbloqueo a Cuba, el desbloqueo a Cuba empezó en Honduras. La
secretaria Clinton tuvo muchos contactos con nosotros. Ella es una
mujer capaz, inteligente, pero muy débil ante las presiones de los
grupos de poder norteamericanos o de la derecha más extremista de
Estados Unidos. Que les llaman los halcones de Washington. Ella doblaba
el brazo frente a esas presiones. Y eso hacía que las políticas de
Estado norteamericanas para Honduras fueran ambiguas y equivocadas. Por
un lado condenaban el golpe de Estado, pero por otro lado estaban
negociando con los golpistas. Y a eso se prestó la secretaria Clinton,
en este sentido, a mantener esta ambigüedad de las políticas
norteamericanas para Honduras que ha generado un proceso de
desconfianza, e inestabilidad de los gobiernos latinoamericanos para las
políticas de exterior de Estados Unidos.
JUAN GONZÁLEZ: Presidente Zelaya, usted es el líder del Partido LIBRE,
además de miembro del congreso y parte del frente de resistencia que ha
formado junto a otros partidos en contra de la corrupción. ¿Cuál cree
que será el resultado final de la crisis que afronta su país?
MANUEL ZELAYA: La
salida es un diálogo, un diálogo que tenga varios componentes. Primero,
que sea dirigido por un mediador imparcial y neutral. Lo segundo es que
tenga como primera función el restablecimiento del sistema de justicia
hondureño, que está sectarizado políticamente, persiguiendo a la
oposición y ademas prestándose a un juego para encubrir la corrupción
del Estado. Este sistema de justicia pasa por una comisión investigadora
a nivel internacional que se llama Comisión Internacional contra la
Impunidad, que ya funciona en Guatemala y queremos que funcione en
Honduras. Esto traerá un proceso de reformas en el sistema de justicia,
en la forma de elegir los magistrados, en la forma de elegir los
fiscales, en la forma de tener independientes a los jueces de la
influencia política, de la influencia económica, de la influencia
comercial. Tener independencia para que impere la ley y la justicia y
haya orden en el país y que se ponga el Estado cómo un Estado de
responsabilidad social y no comercial, como existe ahora, que se niegan
derechos ciudadanos.
AMY GOODMAN: En
Honduras, falleció a los 90 años de edad Miguel Facussé, quien fuera
apodado “el palmero de la muerte”, una de las personalidades más
acaudaladas y poderosas del país. Facussé y guardias de seguridad
privada de su compañía, Dinant, fueron acusados de participar de forma
violenta en la apropiación de tierras y de cometer decenas de asesinatos
de activistas campesinos en el Valle de Aguán en Honduras, en beneficio
de su negocio multimillonario de aceite de palma. Cables diplomáticos
publicados por WikiLeaks muestran que Estados Unidos conocía la
participación de Facussé en el tráfico de cocaína pero continuó
financiando al ejército y a la policía de Honduras, que presuntamente
trabajaban estrechamente con guardias de Facussé. Facussé apoyó el golpe
de Estado que en el año 2009 derrocó al presidente hondureño Manuel
Zelaya. Su avión personal fue utilizado para sacar de Honduras contra su
voluntad a la ministra de Asuntos Exteriores Patricia Rodas, historia
que Rodas relató más tarde en Democracy Now! con la ayuda de un
traductor.
PATRICIA RODAS: Patricia
Rodas declaró: “Yo fui expulsada por los militares de mi casa, fui
hecha prisionera en la Fuerza Aérea de Honduras y después expulsada a
medianoche y trasladada en el avión, presuntamente de Miguel Facussé...
en el que fui trasladada forzosamente”.
AMY GOODMAN: Esa
era Patricia Rodas, la que fuera ministra de Exteriores durante su
gobierno. En respuesta a la muerte de Facussé, Chuck Kaufman, de la
organización Alliance for Global Justice, dijo a la cadena de radio de
Colorado KGNU que
“un príncipe de la oscuridad había retornado al infierno”. ¿Cuáles son
sus pensamientos al respecto de su muerte?, y ¿qué significado tiene en
lo relativo a la relación de Estados Unidos con Honduras?
MANUEL ZELAYA: Bueno,
Miguel Facussé acaba de fallecer. Que Dios lo tenga en su seno.
Nosotros volvemos a este país con estas imágenes de dolor que usted nos
presenta. Con estas imágenes que, lógicamente, para nuestra familia,
para nuestro pueblo, nos aprieta el corazón recordando. Pero volvimos a
Honduras, después de casi dos años de exilio, de terrible represión, de
asesinatos, de violaciones a los derechos humanos, de muerte, esperando
que Honduras empezara un proceso de reconciliación nacional para
encontrar salidas, para encontrar soluciones, frente a la nueva agresión
que se ve venía sobre nuestros incipientes o débiles sistemas
democráticos. No ha sucedido, más bien hemos retrocedido en el proceso
de reconciliación. El acuerdo que firmamos con el presidente Juan Manuel
Santos para mi regreso, con el presidente Hugo Chávez Frías, con el
presidente Lobo, y este presidente no lo quiere reconocer, y dice que
ese acuerdo internacional que le permitió a Honduras regresar a la OEA,
que está en los dictámenes de la OEA… dice que ese es un acuerdo
firmado entre dos amigos, entre dos hacendados del departamento de
Olancho: el expresidente Lobo y un servidor. Entonces en Estado de
derecho y el Estado internacional es negado por este Estado. Además, le
voy a dar una información, una información importante. Han pasado seis
años del golpe de Estado, fue expulsado Honduras de la OEA,
Naciones Unidas condenó a Honduras, todos los países del mundo no
reconocieron el gobierno de facto. Han pasado seis años. La comisión de
la verdad, que él mismo gobierno formó, dictaminó que aquí hubo un golpe
de Estado que agredió la democracia y que rompió el sistema y el pacto
social, y el Estado de Honduras, a seis años, todavía se niega a
reconocer el golpe de Estado. Por tanto las víctimas de golpe de Estado
estamos en indefensión total. En ese sentido, se crean precedentes aquí
nocivos para América Latina. Porque si esas son las políticas
exteriores, de negar un crimen de lesa humanidad, de lesa democracia, de
lesa patria, como es un golpe de Estado, ¿qué puede esperar usted?,
¿que combatan la corrupción?, ¿qué traten de hacer justicia?, ¿qué velen
por los pobre o por solidaridad? No. Puede estarse gestando ya la
creación de dictaduras fascistas como las tuvimos en el siglo XX, para
el siglo XXI.
Hay una diferencia, es cierto que hay una restauración conservadora,
pero es cierto que también los pueblos han despertado. Los pueblos ya no
se dejan. Los pueblos salen a la calle y protestan y piden sus
derechos. Esa es la esperanza que se guarda ahora en nuestro país: los
indignados que han salido a la calle.
JUAN GONZÁLEZ: Manuel
Zelaya, usted habla sobre los movimientos de oposición en su país, y de
que le gustaría que las Naciones Unidas se involucraran e investigaran
la corrupción. ¿Qué le gustaría que hiciera Estados Unidos y el gobierno
de Obama al respecto de la crisis que enfrenta su país?
MANUEL ZELAYA: Tal
vez Honduras no es una de las prioridades del presidente Obama pero los
acontecimientos de América Latina deben de llamar la atención de la
administración del partido demócrata en los Estados Unidos, que la
dirige el presidente Obama. Él entró en el 2006 y empezaron los golpes
de Estado, empezaron los intentos de desestabilización. Nosotros le
reconocemos al presidente Obama el hecho de reconocer que el bloqueo a
Cuba fue un genocidio de 55 años que en vez de aislar a Cuba aisló a los
Estados Unidos de América Latina. Ese fue un gesto bueno para América
Latina, pero no aceptamos en este caso que él apoye políticas como las
que están sucediendo en Honduras que son de un gobierno represivo. De un
gobierno que asalta a la instituciones de salud del Estado y otras
instituciones que no se han investigado, porque esa es la punta del
iceberg de la corrupción. El seguro social, ahí están los fondos del
Congreso Nacional que no se han investigado, ahí están los fondos del
Ministerio de Finanzas y de la Presidencia que no se han investigado.
Todo lo que utilizaron para su campaña electoral para montar un fraude y
derrotar a Xiomara Castro, que era la favorita en la encuestas, y el
día de las elecciones las cosas salieron al revés por el fraude que se
montó. El presidente Obama no ha querido escuchar a nuestros pueblos, ha
hecho oídos sordos a los reclamos del pueblo. Primeros los hicimos en
la oposición, a mi me sacaron hace algunos meses del Congreso, del
Congreso Nacional, porque nuestro partido presentó una protesta
pacífica. Nos sacaron con militares. Con gases lacrimógenos dentro del
Congreso, y nos expulsaron a culatazos a la calle, este es el gobierno
que apoya el presidente Obama. Un gobierno que represivo, un gobierno
violador de los derechos humanos, como ha quedado demostrado en la misma
Comisión Internacional de Derechos Humanos en la misma Organización de
Estados Americanos. Se ha demostrado. Entonces, le pedimos una
rectificación, y que sus políticas que aquí las dirige el general Kelly
del Comando Sur sean verificadas por el sistema democrático, no desde el
punto de vista geomilitar sino desde el punto de vista geosocial. Que
es lo que le falta a las políticas de exterior de América Latina.
AMY GOODMAN: Presidente
Zelaya, ¿qué preguntas debería responder respecto al envolvimiento de
Estados Unidos en el golpe en 2009 la entonces secretaria de Estado
Hillary Clinton, que ahora se presenta como candidata para la
presidencia de Estados Unidos?, ¿qué le gustaría saber a usted?
MANUEL ZELAYA: No
quisiera participar en la política interna de Estados Unidos por que sé
que hay una lucha interna, pero sí, yo tengo muchos reclamos de la
conducta ambigua de la secretaria Clinton cuando se dio el golpe de
Estado en Honduras. Uno tiene que tener una posición, especialmente una
potencia como Estados Unidos, definida. Y es de extrema derecha lo que
está afectando a nuestros países. Entonces, tener una posición definida
de apoyo o de combate a eso, pero la posición de Estados Unidos fue
sumamente ambigua. Eso dañó la imagen del presidente Obama. Perdió la
credibilidad de Estados Unidos en América Latina y precisamente por eso
es que América Latina ha reaccionado con organizaciones como las que hoy
tenemos. Hoy tenemos laCELAC, que es una organización fuerte que tiene opinión internacional y opinión mundial. Tenemos organizaciones como el ALBA,
Alternativa Bolivariana para las Américas. Que es otra organización que
también tiene opiniones. Y se han creado organizaciones como UNASUR. UNASUR,
la Unión de Países de América del Sur, tiene opiniones muchas veces
encontradas con los Estados Unidos. Estados Unidos ya no puede seguir
viendo a Latinoamérica como el traspatio de su política exterior. Ya
tiene una opinión. Hay violencia, es cierto, en México, en Guatemala, el
Salvador y Honduras, producida por el tráfico de la droga. Estados
Unidos no quiere corregir sus políticas antidroga. Ellos combaten
carteles de la droga pero no tienen una política contra el tráfico de
las drogas, y eso es importante que ellos lo entiendan. Entonces, si me
habla de la secretaria Clinton, yo desearía que en esta campaña política
ella aclarara por qué fue tan ambigua en el golpe de Estado en
Honduras.
AMY GOODMAN: ¿Cuál cree que es la respuesta ante la guerra contras las drogas?
MANUEL ZELAYA: Las
drogas son un flagelo humano que tiene mucho que ver con la conducta de
cada ciudadano y de cada persona que la consume. Entonces, debe de
haber política integrales. No solo combate a cárteles, porque combaten
un cartel pero dejan que el otro crezca. Y de ahí combaten el otro
mientras el otro crece. Eso no resuelve los problemas del crimen, la
violencia, el crimen organizado que se da en nuestros países y que
corrompe también a nuestras sociedades. Hay lugares de producción de
droga. El Plan Colombia ha fracasado totalmente. En cuanto a la
producción de droga, ahora se produce más droga, tal vez en menos
territorios, pero más droga. Es más droga la que circula, es más cara. Y
va dejando muerte y dolor en todos los lugares que pasa, y nosotros
somos un tráfico obligado de la droga. Entonces, sí es necesaria una
revisión, pero eso no puede ser un acuerdo unilateral. Estados Unidos
tiene que hacer acuerdos internacionales para buscar salidas que eviten
este problema tan grande que está ocasionando muerte, asesinatos,
crímenes, desde México y todo Centroamérica, hasta Colombia.
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/nacionales/446-honduras-es-un-pais-sin-justicia-ni-reconciliacion-expresidente-zelaya
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