jueves, 23 de julio de 2015

Honduras: Tolerancia y Derechos Humanos

A la vez que se resiste a escuchar la exigencia popular el presidente de la república demanda tranquilidad y diálogo. Excepto que no existe diálogo entre sordos. En vez de temerle al cambio el gobernante debería admitir su propia ineptitud para responder al pueblo, enfrentar los retos y procurar el bienestar ciudadano, que es su obligación como jefe de Estado.
Aunque durante cien años el tradicionalismo partidarista aportó alguna estabilidad aparente y ciertas épocas de calma política, su conducta cívica acabó degenerando y transformándose más bien en obstáculo para la participación ciudadana, ya que los partidos asumieron el papel de interlocutores e intérpretes universales y exclusivos de la sociedad, creando condiciones propicias para su impunidad y corrupción. Esas engañosas condiciones institucionales y políticas se agotaron y estallaron con el golpe de Estado de 2009, cuando en vez de desaparecer ––y a causa de la ineficiencia y escasa visión de líderes y dirigentes comunales–– se reificaron y prosiguen siendo hoy motivo de contradicción, confrontación y polarización de la sociedad, algo que se superará sólo cuando el país, por consenso o por fuerza, genere nuevas formas de convivencia, que es decir de un moderno pacto social.

Ética: la más natural ideología
La corrupción monstruosa que hizo colapsar al Instituto de Seguridad Social ––y que no es única pues falta aún la revelación de similares sucesos en otras instituciones estatales capturadas por el conservadurismo–– ha disparado hoy una nueva contradicción pero también, y afortunadamente, el despertar de conciencias otrora dormidas, particularmente de una clase media que, a pesar de ser de las más directamente afectadas, tardó en reaccionar a tanto escándalo y delito.
Las llamadas a la insubordinación por parte de los partidos ascendentes, de grupos contestatarios, entes de resistencia y frentes de contra poder, aun cuando fueran así expresamente formuladas, resultaron insuficientes para hacer que grandes masas de pueblo se lanzaran a la protesta. Fue la repugnancia ante tanta inmoralidad la que por fin sembró a la gente en las calles, lo que prueba, en primera y afortunada instancia, que las reservas de principios y valores éticos continúan siendo el fundamento ideológico de la identidad hondureña.
El ciudadano común ––se hace oportuno retornar al empleo del más digno de los epítetos democráticos: Ciudadano–– el individuo, pues, no ducho en la política y sus artimañas pasó por intuición deductiva de defender personas a defender principios comunales, ya que estos personifican sus derechos, particularmente los otorgados por el Artículo 3 de la Constitución Política vigente (Título I, Capítulo I).
Tras la usurpación, en 2009, de lo que había sido la voluntad ciudadana de sufragio, el régimen neoliberal nacionalista procedió a conculcar los derechos laborales rasgando el espíritu equitativo que caracterizaba al Código de Trabajo; corrompió el derecho a la tierra por vía de la emisión de leyes violatorias de los históricos protocolos de etnias y ligas agrarias; dañó al sano comercio a través de tasas abusivas, cargas impositivas y militaristas como el Tazón de Seguridad; corrompió el derecho a la superación personal al privatizar –– con maquillados medios–– la educación pública; alteró el derecho a la salud alquilando ––y no socializando–– los sistemas de medicina preventiva y curativa para favorecer a empresas de lucro locales y transnacionales, así como pone en sumo riesgo el derecho a la libertad electoral ya que niega la participación colectiva en la dirección del Tribunal Supremo Electoral, ausencia que debe ser remediada pronto o amenaza el caos.
Aunque no supieran anticiparlo, eso es lo que las antorchas iluminan. Pancartas y consignas recusan la corrupción y claman transparencia; repudian los andamiajes construidos para manipular oculta y aviesamente fondos públicos, acto con que se burla e irrespeta a la población honesta.
Se viola permanentemente el derecho humano al agredir y hostigar a periodistas, marchantes, protestantes y huelguistas, atropellos con largo historial de infamia; al negar el verdadero diálogo ––no su falsificación, vergonzantemente apoyada por “apóstoles” espirituales y comarcales de dudoso cuño–– y particularmente cuando se niega el derecho a disentir y se obstaculiza que el pueblo redacte su biografía política: la de decidir si un mandatario, jefe de Estado, presidente o mandamás prosiga ejerciendo el poder a pesar de que más de la mitad de la población lo rechaza y le resta credibilidad...
Peor aún, el sistema y el régimen niegan el derecho a la vida pues es ya obvio que las políticas militaristas que adoptara para combatir la inseguridad fracasaron y que es urgente ingeniar nuevas y audaces soluciones, particularmente re-educativas. Las estadísticas no mienten.
En cualquier país del mundo ––desarrollado o no–– un mandatario sometido a tanta ansiedad pública, duda y presunción, cual las provoca el señor Juan O. Hernández, se sometería a la interpelación legislativa, renunciaría o convocaría al referéndum revocatorio, pues quien nada debe nada teme...
Pero en el caso presente es obvio que el conservadurismo neoliberal no está dispuesto, ni por milímetros, a dejar que el pueblo exprese su disenso, por lo que este va siendo obligado a la búsqueda de recursos no usuales, tales como el paro parcial o definitivo, la toma por horas o continua de espacios estratégicos, a fin de que tuerza su brazo el brazo del poder mal ejercido. Si hay algo de lo que todo mundo está ahora consciente ––y es otra luz que las antorchas proporcionan–– es de que la praxis de la mentalidad cachureca ––o sea conservadora y violadora de derechos––, ya se tiña como liberal o nacionalista, es la mayor desgracia que puede acontecer a un país.

País de Indignados, Julio 23, 2015

ISMAEL MORENO, sj ………………………………………………………..DARÍO EURAQUE
RODOLFO PASTOR FASQUELLE……………….…………………………….VÍCTOR MEZA
EDUARDO BÄHR…………………………………….…………………….PATRICIA MURILLO
WILFREDO MÉNDEZ…………………………….………………………….HUGO NOÉ PINO
HELEN UMAÑA………………………………………………..EFRAÍN DÍAZ ARRIVILLAGA
MAURICIO TORRES MOLINERO……………………..RAMÓN ENRIQUE BARRIOS
JULIO ESCOTO

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