martes, 21 de julio de 2015

Honduras : La teoría del diálogo‏ // A proposito de la ocupación policial de la Universidad

   Estos son los novisimos fundamentos teóricos del discurso académico que permite persuadir,por  medio de la razón,a los estudiantes y a los políticos que los engañan;con esos instrumentos pedagógicos  hay que  hacerles  ver sus pésimos modales  y que acepten la pluralidad.


El campus  tomado, basura regada,sin bañarse,oponerse  a los avances más  notables  en la ciencia  y ponerse capuchas,ello impide  dialogar.  


Esos nuevos contenidos  científicos tal vez sean el más importante desarrollo conceptual logrado en la UNAH; además, se apoya en  el sistema  jurídico y de seguridad  con más  credibilidad  en el país:  el sistema  de  jueces,el Ministerio Publico y la Policía.  

Totalmente  honorables,absolutamente decentes y el más importante ejemplo ético para toda la institucionalidad.  


  A proposito de la ocupación policial de la Universidad

Gustavo Zelaya.


En estos días se conoció la opinión de una funcionaria universitaria acerca de la toma de la universidad de parte de grupos de estudiantes indignados con la administración de esta institución.  Algo de lo sostenido por la señora Leticia Salomón cuestionando la toma de la universidad apareció en un su página de Facebook y va entre comillas, lo demás son comentarios personales que, espero con cierta ingenuidad, debido al tenso clima interno y por las experiencias de otros colegas, no van a provocar  persecución ni audiencias de descargo. En principio, aquí tenemos el espacio perfecto para la convivencia de las ideas, así que no hay riesgos. Consideren que la firmante del artículo es funcionaria importante de la Unah y los criterios que vierte son hechos desde su papel como tal. Los párrafos comentados los seleccioné arbitrariamente. El artículo tiene una primera parte llamada “El aspecto académico”, la cual no comento por considerar que lo principal está en la parte que sigue.

“(2/2) El aspecto IDEOLÓGICO en la toma de la universidad”

“Hacia adentro de la universidad, los criterios que deben utilizarse para tratar temas de importancia para la vida universitaria, deben ser estrictamente académicos, lo que incluye también los criterios para seleccionar o elegir a la representación estudiantil, de la misma forma en que se elige ahora las autoridades universitarias”.

¿Cómo es esa forma de elección de autoridades? ¿Cuáles fueron los criterios que se impusieron cuando ocurrió el concurso de elección a rector? ¿Cuáles fueron los criterios que primaron cuando se reformó la ley para reelegir a la rectora? ¿Cuáles son las autoridades universitarias elegidas según criterios académicos? Usted ha conocido las convocatorias para concurso a plazas de docentes y es seguro que se ha dado cuenta que en ellos se violenta el principal criterio académico establecido en el estatuto del docente y se publican otros. Incluso, cuando los consejos locales dictaminan, cuestión que no pasa de ser una recomendación, en la instancia siguiente se decide otra cosa. También estoy seguro que sabe de contrataciones de docentes permanentes o por hora al margen de los concursos ¿o cree que sólo es un rumor mal intencionado? Si se investigara tal situación y se consultara a jefes de departamento y los coordinadores de carrera, tendría material suficiente para presentarlo en una semana científica.

El domingo 19 de julio, ese triste día del desalojo del campus con una jueza luciendo chaleco blindado de la policía encabezando encapuchados fuertemente armados y a petición de las autoridades  universitarias, ese domingo una funcionaria académica con el nombre de Rutilia Calderón, afirmó: “el estudiante que se gradúa en tres años y medio no tiene la madurez académica que exige el mundo”. Esa es una tesis científica ya que está hablando la vicerrectora académica. En la dirección de investigación científica debe existir el documento que prueba tal cosa, debe contener la metodología utilizada para sostener que existe determinada madurez académica exigida a nivel mundial. Tendrían que explicar cuándo se realizó tal investigación, en qué países, cuál fue la muestra investigada, qué otras conclusiones se derivan de esa investigación, quién realizó tal tarea y cuándo se publicó tal documento científico, etc. Y casi siguiendo el estilo de los voceros oficiales del gobierno de Juan Hernández, otro de  los que hablan a nombre de la autoridad sostuvo que  "En la UNAH se criminaliza algún tipo de protesta", Pablo Carías dixit. Son perlas dignas del peor joyero de la corona.

Más adelante se lee: “Hacia afuera, la Universidad debe tener el suficiente pluralismo y tolerancia para promover la coexistencia de la diversidad ideológica o política, el debate académico sin restricciones y el posicionamiento consecuente de los diferentes grupos de profesores o estudiantes en torno a los problemas nacionales, todo ello con el debido rigor académico, lo más alejado del panfleto y la diatriba”.

 Dice “Hacia fuera”. Sería suficiente si hacia adentro existiera tal cosa. Si se considerara que el resultado del debate académico es generar ideas más completas y propuestas algo acabadas de la vida nacional para intentar cambiar un poco la situación de crisis, si eso fuera así, no es mucho lo que aporta la universidad. No hay un solo documento oficial que se refiera a la crisis nacional desde 2009 a la fecha, que sea fundante, no es que tenga que dar pautas políticas, económicas o culturales,  pero si mostrarse como real conciencia crítica, que propone, sin que sean determinantes las diferencias políticas en el campus. Posiblemente alguien prefiere el silencio de la institución frente a los problemas nacionales, en especial si está de por medio el quedar mal frente al poder ejecutivo. Ese cuestionar ya lo hacen muchos miembros de la universidad pero como entes aislados, particulares, con sus puntos de vista. Eso de que “LA UNIVERSIDAD SOMOS TODOS” no es más que una frase común y así nadie se compromete ni pone en peligro inversiones, presupuestos, convenios y traslada a todos los que no estamos en cargos de dirección la responsabilidad que corresponde a la autoridad. Eso de las inversiones y conexos es lo que les importa a muchos funcionarios y funcionarias de la universidad y, lo principal, la relación fundamental entre estudiantes y profesores, sale sobrando. Esa frase es muy similar a las expresiones de los políticos en el poder cuando sostienen que de la crisis nacional “todos somos culpables”; que aquí “todos nos conocemos”. Eso una falsedad completa. Ellos son los culpables, ellos son los que corrompieron  las instituciones y los que han provocado la falta de credibilidad de la institucionalidad.

Sigue su escrito: “…quiero pronunciarme ante la forma ligera, por no decir malintencionada, en que diversas personas, grupos y sectores realizan su interpretación sobre la toma de la universidad por parte de los estudiantes, entre ellas:

* En la universidad "no se permite la libertad de expresión",

 * "Se realiza persecución política contra los estudiantes que defienden sus derechos",

 * "Los estudiantes son víctimas de las acciones dictatoriales de la Rectora",

 * "Hay una persecución contra los jóvenes indignados",

 * "En la UNAH se criminaliza la protesta".

Intentar resolver la protesta estudiantil con requerimientos judiciales, que un juez resuelva prohibir a estudiantes que entren al campus de Unah-Vs, sitiar ciudad universitaria con casi 700 policías uniformados, helicóptero y dos tanquetas lanza agua,  que se presente una jueza con chaleco blindado de la policía. En fin, montar un gran operativo para hacer efectivo el desalojo del campus, fotografiar y filmar toda esa actividad, infiltrar agentes de inteligencia en ciudad universitaria y un largo etcétera; ¿no es muestra suficiente de persecución, de criminalización de la protesta y de acciones de fuerza desde la autoridad universitaria? Y esto no es un invento increíble, pudo verse  en toda su brutalidad el 19 de julio en ciudad universitaria. También puede verlo en las siguientes protestas internas en donde guardias de seguridad uniformados o de civil, con su jefe a la cabeza, fotografían a los que participan en esas acciones. Ese despliegue bélico, la ostentación de equipo de combate y la ocupación policial de Cu, eso sí es increíble.

Se lee en el texto que “En el país y en la UNAH, TODOS tenemos derecho a la libre expresión de nuestras ideas y si alguien nos viola ese derecho, tenemos derecho a denunciarlo en todas las instancias que sea necesario. También tenemos derecho a protestar SIEMPRE Y CUANDO respetemos el derecho de los demás, porque esta es una norma elemental de la convivencia en la diversidad… y manifestar sus cuestionamientos ante todas las instancias”.

Esto es de lo más sorprendente, sobre todo viniendo de alguien que presume ser “experta en asuntos militares y de seguridad”. A menos que se haya confundido y esté hablando de algún país nórdico como Finlandia o Noruega. Supongo que sabe el significado de ese “TODOS tenemos derecho a la libre expresión” y a los otros derechos que usted menciona. Entonces,  voy a poner en práctica mi derecho a la libre expresión asistiendo a una de las grandes empresas de comunicación del país para que me publiquen opiniones en contra del gobierno actual; también tiene puerta abierta en esos medios cualquier persona de la colonia 21 de febrero o de Las Torres. Y como ese derecho es real y efectivo en la UNAH, esto que escribo seguramente será publicado íntegramente en los medios de prensa de la universidad.

Hay un momento de la historia nacional en donde se vio claramente el significado de ese derecho, me refiero al golpe de Estado, en donde el gobierno garantizó plenamente la vigencia de esos derechos ¿O fue de otra forma?   Es probable que podamos manifestar nuestro descontento ante todas las instancias. Es lo que muchos llaman el derecho al pataleo. Eso lo vemos a cada rato en las sesiones del congreso nacional cuando la directiva permite que la oposición presente proyectos y todo pasa sin novedad, se rechaza, se hace burla y al final se vota en contra. Igual ocurre en la Unah, la autoridad o algún enviado pude escuchar propuestas justas, correctas, pero si no son parte del proyecto oficial son inmediatamente rechazados. Pero, claro, se escuchó y se ejerció el derecho respectivo. Así se convierte todo el sistema de derechos ciudadanos en un ejercicio de simulación. Pero, ahora, apelar al Estado de Derecho y al papel de los funcionarios reconocidos legalmente, apelar, repito, al sistema de jueces y a la seguridad como garantes del respeto y el orden público, es problemático cuando hemos visto el descredito y la corrupción de ese sistema, cuando bien se conoce la forma en que desde los grupos de poder se controla la Corte Suprema de Justicia. Cuando ese sistema jurídico y de seguridad no ha sido transparente y ha sido penetrado por la narcoactividad y el clientelismo.

Dice también: “En ese contexto…se produce una vinculación artificial y forzada con el movimiento de los indignados que es otra cosa, que se concentra en la lucha contra la corrupción y no en las reivindicaciones particulares de todos los grupos… Pueden estar indignados por el procedimiento de aprobación de las normas pero no están indignados por las mismas razones de los que marchan en las calles con sus consignas claras y contundentes”.

¿Desvincular las partes del todo? Se puede por cuestiones de método y así conocer componentes de esa parte sin relación con lo demás. Pero hacer de tal procedimiento de abstracción una concepción general es propio de las posturas positivistas-inductivistas. Si estoy errado espero me corrija. El asunto es mucho más complicado cuando hay un sistema social-educativo-cultural que nos condiciona para suponer que algunos conflictos sociales no se relacionan entre sí, que hay que ver los fenómenos con cierta autonomía. Por ello puede creerse que la política no se relaciona con la tecnología, que la informática es independiente de valoraciones morales, que el deterioro del sistema de salud no está ligado con el golpe de Estado, que la lucha contra la corrupción no tiene que ver con el atraso agrícola, que la degradación del sistema de seguridad no tiene vínculos con el sistema educativo, y de ese modo puede suponerse que la extensión de la narcoactividad no tiene lazos con la necesidad de reformar el sistema jurídico, que la lucha feminista es independiente del poder político y que el deterioro del ambiente no se conecta con el saqueo de los fondos públicos; esa concepción pretende que se interprete la existencia  de modo parcial, superficial, y que estemos en la sociedad sin saber que hay una íntima relación entre todos los fenómenos sociales.

Esa misma concepción que nos pone el mundo como puesto a pedazos es la que impulsa la fuerte campaña propagandística que pide no contaminar el movimiento de la ciudadanía indignada con la presencia de los partidos, no politizar la movilización, no ligar  las peticiones de los estudiantes indignados con las exigencias de las movilizaciones de las antorchas, porque son de grupos particulares, tampoco hay que permitir que la consigna política se introduzca en la demanda estudiantil. Eso es lo que pontifican los expertos; los que portan nociones acerca de la realidad como ordenada en parcelas separadas, sin conexión entre ellas y no son capaces de concebir la realidad como una totalidad, como un sistema de contradicciones.

Ello es una reproducción del sistema fabril y de la oficina que pone a la cabeza de los procesos a los directivos, gerentes y funcionarios, luego los demás siguiendo las pautas del especialista. Es el sistema de administración de la calidad total con su benchmarking que nos lleva a una finalidad utilitaria hasta generar eficacia y productos listos para competir en el mercado y  para reproducir el sistema. Todo se acata, todo se  acepta, nada se cuestiona. Todo se ejecuta conforme a las pautas del sistema y la eficacia se garantiza si cada parte se mantiene dentro de límites establecidos. Algo así sostienen los defensores de la necesidad de “La Tabla”. El nuevo santo grial que debe ser reverenciado a toda costa, porque está bien hecho, es científico y conforme a normativas internacionales. La validez de “La Tabla” es de los elementos esenciales en este sistema fabril, perdón, académico; y lo esencial es conservarse dentro de las funciones instauradas, nada de política ni de presencia de entidades defensoras de derechos humanos; desviarse de las funciones establecidas  puede conllevar a requerimientos fiscales. Y esas ONG que defienden derechos humanos les valen pija a las autoridades. No se ruboricen que no es lenguaje obsceno, es popular y se utiliza en el nivel superior de la academia.

Así, el estudiante a sus libros, el profesor a sus clases, el directivo a la gestión, el policía a su papel, el cantante a sus canciones. Pero las alarmas se disparan cuando algunos se saltan las ocupaciones establecidas por la autoridad y el Estado de Derecho. Aferrarse a tal mecanicismo implica perder autonomía individual, capacidad de participar, debatir y protestar por la injusticia y la desigualdad. Alguien experto en la ciencia social tendría que darse cuenta que los momentos de crisis y de conflictos nacionales tienen que ser enfrentados como un todo, que pueden resolverse considerando al sistema. La lucha de los estudiantes indignados es parte de esa crisis, al igual que la indignación ciudadana y la participación de la academia y de las organizaciones políticas. Es claro que algunos elementos de la crisis pueden superarse con el diálogo pero no al estilo del que promueve el poder central, con sus condiciones y dialogando con sus socios. Esta situación debe enfrentarse con el dialogo respetuoso, sin arrogancias, sin burlas descalificadoras, con la intención de acercar las diferencias y mejorar la actividad universitaria.


21 de julio de 2015.



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