Es
común escuchar a personas adultas criticar el comportamiento de los
jóvenes. Que su forma de vestir no es la indicada, que les gusta la
música de locos, que en los tiempos de sus padres incluso de sus
abuelos, nada de eso pasaba. Que la vida era mejor, sin tanta violencia,
haciendo una relación directa entre los hechos criminales que ocurren
en el país y la juventud.
En
estos días los comentarios se extienden hasta los medios de
comunicación. Diariamente escuchamos a periodistas acusando a jóvenes
estudiantes de ser generadores de caos, revoltosos que no quieren
estudiar. Simplemente VAGOS sin arte ni parte, manipulados por sectores
de la sociedad que únicamente están interesados en generar crisis.
Es
en este contexto que debemos interpretar el conflicto entre el gobierno
y los estudiantes de secundaria. Los chavos y chavas de colegios
públicos exigen que se mejoren las condiciones a lo interno de sus
aulas. Que el discurso de 200 días de clases sea sinónimo de calidad
educativa y oportunidades para la juventud.
Creer
que el problema en este momento es por la extensión de 5 minutos a la
hora clase es atizar el conflicto. Es convertirse en parte del problema y
no tener la capacidad de entender que el sistema educativo en Honduras
requiere de reformas que conduzcan a refundarlo. Dar respuestas al
conflicto es buscar consensos con las autoridades, padres y madres de
familia, estudiantes y sociedad en general.
Es
recuperar un sistema carcomido por la corrupción impulsada y
patrocinada por los políticos. Es avanzar en aprobar presupuestos que
privilegien la educación y salud, alejándose de las armas y los
militares. Es crear espacios que fortalezcan la institucionalidad, que
seguir estudiando no sea un golpe de suerte, sino oportunidades para
todos y todas.
Es
garantizar a los estudiantes que luego de sus estudios tendrán un
empleo seguro donde puedan desarrollarse y aportar a un país que busca
consolidarse y seguir brindando oportunidades a su gente. En pocas
palabras la educación es la base fundamental e innegociable para el
desarrollo de los pueblos.
Y
en medio de un conflicto que parece no tener salida, le apostamos a
espacios donde los distintos sectores de la sociedad puedan aportar para
buscar respuestas a los estudiantes que buscan que la calidad educativa
sea una realidad cotidiana en escuelas y colegios y no una de discurso
desgastado y vacío. Escuchar y descargar Nuestra Palabra
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