jueves, 19 de febrero de 2015

HONDURAS: POBLADORES DE AZACUALPA, COPÁN, SIGUEN AGREDIDOS POR MINERAS // Palacio de las Naciones Unidas / Ginebra,Suiza: Declaración conjunta del Grupo de Trabajo sobre Derechos Campesinos

Rodolfo Cortés Calderón
 Jueves, 19 de febrero de 2015
Con la presente queremos acompañar y testimoniar que los pobladores de las comunidades de Azacualpa, San Andrés, San Miguel y Platanares de La Unión, Copán, desde hace varias décadas o centurias sufren violaciones a sus derechos humanos de parte de las empresas mineras llámense Minerales de Copán, Minosa, Banco Atlántida o Aura Minerales, son la misma mona con diferente vestido, que han violado históricamente los derechos civiles de estas comunidades.

El año 2003 hicimos una Consultoría sobre “Conciliación y Resolución de Conflictos entre estas comunidades y Minosa”, auspiciado por el  Comisionado Nacional de Derechos Humanos de Honduras, CONADEH, donde conocimos en carne propia el daño y el sufrimiento que realizan estas mineras en contra de las personas, comunidades, ambiente y los derechos humanos y civiles.

Conocimos además de cerca la complicidad y contubernio que existe de parte del Estado: SERNA, MUNICIPALIDAD DE LA UNIÓN, CONADEH,  GOBERNACIÓN DEPARTAMENTAL (2003), y DEFOMIN (hoy INGEOMIN) aliados con las EMPRESAS MINERAS en contra de las comunidades.

Existe en poder de CONADEH y otras instituciones, el documento final de esta Consultoría donde se pueden ver con detalle al menos 8 Actas firmadas en varios momentos históricos entre las Comunidades y MINOSA donde se comprueba cómo las mineras incumplen la mayoría de los acuerdos que firman, por eso se cambian constantemente de nombre para no cumplirlas y si cumplen sólo son las inversiones de menos peso como becas, apoyo de transporte, engañosos proyectos productivos, etc.

Ya antes estas MINERAS destruyeron literalmente la comunidad de SAN ANDRÉS, fundada en el siglo XVI, donde borró del mapa toda la comunidad con casas, negocios, solares, iglesia histórica y todo en completa violación a la Constitución de la República.

En SAN MIGUEL en 1997, destruyó una docena de viviendas y emborrachó a sus pobladores para trasladar los cadáveres, algunos aun descompuestos, del cementerio histórico a otro lugar, para construir ahí las pilas de lixiviación.

Los hondureños en general no podemos ser indiferentes ante el dolor y agresión que viven nuestras comunidades rurales sean garífunas, lencas, chortís, misquitas, etc. Es necesario que despertemos ante tanto abuso Empresarial y Estatal.

Por todo esto nos solidarizamos con AZACUALPA y todas estas comunidades de La Unión, Copán.

19 de febrero 2015

“Si no te agrada este artículo, bórralo; si te agrada medítalo y difúndelo”RCC


PATRONATO PRO MEJORAMIENTO DE AZACUALPA, LA UNIÓN, COPÁN

COMUNICADO

Reunidos los miembros del Patronato Pro Mejoramiento, Comité de Apoyo de la comunidad de Azacualpa, La Unión, Copán, en la ciudad de Santa Rosa de Copán con miembros de Organizaciones defensoras del Medio Ambiente y de Derechos Humanos para pronunciarnos en los términos siguientes:

1.- Que el día Domingo 11 de Enero del año 2015 en horas de la mañana se realizó Cabildo Abierto en la comunidad de Azacualpa, La Unión, Copán, con la Corporación Municipal el Alcalde Don Serafín Tábora, los regidores, representantes de organizaciones ambientalistas, de Derechos Humanos y la comunidad en general para tratar el tema del cierre o no del Cementerio de esta comunidad por la explotación de Minerales de Occidente.

2.- En Cabildo Abierto se aprobó por unanimidad de la comunidad NO cerrar el Cementerio de Azacualpa, reafirmando la encuesta realizada en el mes de mayo de 2014 pronunciándose así: en contra del dictamen que dio la Secretaría de Salud, representada por la Doctora Doris Valeska Cardona Fúnez Jefa Regional Departamental de Copán, quien en su dictamen ordenó el cierre del cementerio argumentando “vulnerabilidad del terreno”; problema que ha sido ocasionado por la Minera de San Andrés, La Unión, Copán, creando un problema a los pobladores de Azacualpa.

3.- Nosotros como Patronato nos oponemos a que la compañía Minerales de Occidente siga explotando en el cerro que es base de este cementerio y de nuestra comunidad, ya que por las explosiones de dinamita han dañado seriamente nuestras viviendas las cuales se encuentran en constante peligro de derrumbe, corriendo el riesgo de perder nuestras vidas.

4.-  Denunciamos que La Compañía Minera ha incumplido y violentado los permisos de explotación otorgados por el Estado, ya que están dinamitando y explotando a 50 metros del Cementerio de la comunidad de Azacualpa, causando serios daños a la estructura del cementerio y a las viviendas en general, razón por la cual los pobladores hemos venido protestando, siendo reprimidos por la Policía Militar del sector, el día 15 de abril del 2014; en donde golpearon a niños, mujeres y hombres, agredidos con gases lacrimógenos haciendo uso de sus armas de fuego y golpeando con sus toletes para detener la toma de la calle de acceso a la mina, violentando los derechos de libre reclamo de todos los vecinos de esta comunidad.

5.- La comunidad de Azacualpa siempre ha manifestado su voluntad de diálogo, sin embargo la compañía Minerales de Occidente ha respondido con medidas de intimidación y amenazas al incoar proceso en contra de 19 habitantes de la comunidad por defender sus derechos, demostrando renuencia a resolver este problema.

6.- Hacemos un llamado a las autoridades locales de La Unión, Copán, a las Autoridades del Gobierno Central, Instituto de Conservación Forestal, a la Secretaría de Energía, Recurso Naturales, Ambiente y Minas, a COPECO y a todas las organizaciones de protección ambiental y de Derechos Humanos para que nos brinden su apoyo, ya que todos los pobladores estamos en riesgo de muerte por los daños severos que presentan el medio ambiente y las viviendas.

7.- Esperamos respuesta inmediata del gobierno central en la solución de este problema ya que está en riesgo la vida de más de 2,500 habitantes.

Dado en la ciudad de Santa Rosa de Copán a los 16 días del mes de Febrero del año 2015.

Firman: (12 firmas ilegibles de diferentes organizaciones comunitarias y de la sociedad civil), entre ellas: Comité de Apoyo de la comunidad de Azacualpa ; Patronato de Azacualpa; ASONOG: Coordinadora Regional de Defensoría de Derechos Humanos; Instituto de Derecho Ambiental de Honduras (IDAMHO).  

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Declaración conjunta del Grupo de Trabajo sobre Derechos Campesinos

Publicado el Jueves, 19 Febrero 2015 02:45
(Ginebra, Palais des Nations, Sala XX, del 2 al 6 de febrero de 2015) La Via Campesina, La Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (UITA), el Foro Mundial de los Pueblos Pescadores (WFFP), la Alianza Mundial de Indígenas Trashumantes (WAMPI), el Consejo Internacional de Tratados Indios (CITI), la Federación Internacionales de Movimientos Adultos Rurales Cristianos (FIMARC), Centre Europe-Tiers Monde (CETIM), FIAN Internacional y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
Para la segunda sesión del grupo de trabajo intergubernamental de composición abierta sobre una Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los campesinos y otras personas que trabajan en zonas rurales.
Somos representantes de hombres y mujeres campesinas, pueblos indígenas, pastores trashumantes, pescadores y trabajadores rurales de todo el mundo, es decir millones de personas que vivimos y trabajamos en las zonas rurales, acompañadas, por FIAN Internacional y CETIM y otras organizaciones de derechos humanos. Venimos participando de una forma constructiva en el proceso de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los campesinos y campesinas y de otras personas que trabajan en zonas rurales desde hace muchos años, desde nuestros campos, nuestros pastos y nuestros lugares de trabajo en todo el mundo, y también desde Ginebra. Nos agrada ver el proceso que está en marcha y las aportaciones constructivas de tantos Estados y organizaciones de la sociedad civil.
La Resolución 26/26 del Consejo de Derechos de las Naciones Unidas entregó, en 2014, el mandato a este grupo de trabajo intergubernamental para negociar, finalizar y presentar ante el Consejo un proyecto de declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de las campesinas y campesinos y de otras personas que trabajan en zonas rurales. Dicho mandato pide que se aclaren y consoliden los derechos humanos existentes con el objetivo de promover y proteger los derechos humanos de las campesinas y campesinos y de otras personas que trabajan en zonas rurales.
Compartimos la opinión que la Declaración debería extender los derechos universales al campesinado en general y a todos las personas que trabajan en zonas rurales, y así colmar las brechas legales existentes en la protección. Debería también ser progresista, para tratar las brechas emergentes y, por ende, acabar con las prácticas discriminatorias que afectan a campesinas y campesinos y a otras personas que trabajan en zonas rurales.
Nosotras y nosotros, como representantes de mujeres y hombres campesinos, pueblos indígenas, pastores trashumantes, pescadores y trabajadores rurales, debemos ser reconocidos como parte legítima de la cooperación internacional en relación a la alimentación y al desarrollo rural, puesto que somos el principal grupo de la población que se enfrenta al hambre y a la malnutrición, a la vez que contribuimos sobremanera a la alimentación del mundo. Los dos mil millones de campesinos y campesinas y otras personas que trabajan en zonas rurales poseen un gran conocimiento y experiencia, así como también nuestras propias perspectivas. Entendemos los desafíos actuales a los que se enfrenta el sistema alimentario mundial, y tenemos ideas para una solución. Podemos contribuir al proceso del desarrollo de manera valiosa.
Hacemos un llamado a los Estados a que se unan para reconocer y garantizar en mayor medida la realización de los derechos de los campesinos y campesinas y de otras personas que trabajan en zonas rurales. Los Estados y  las organizaciones de las Naciones Unidas deben seguir trabajando para encontrar la mejor manera de promover y proteger la subsistencia y los  productores de alimentos a pequeña escala y de las poblaciones rurales. Esta tarea incluye un impulso fuerte para la adopción de medidas antidiscriminatorias, como ya se mencionó en el proyecto de declaración sobre los derechos de las mujeres, pueblos indígenas, pastores trashumantes, pescadores y trabajadores rurales, hombres y mujeres. Opinamos que, con estas medidas, los campesinos y campesinas y otras personas que trabajan en zonas rurales tendrán una mayor seguridad y podrán trabajar arduamente en producir alimentos adecuados y nutritivos para la humanidad.
Para nosotras y nosotros, la relación con la Madre Tierra, sus territorios y aguas constituye la base física, cultural y espiritual de nuestra existencia. Debemos mantener esta relación con la Madre Tierra para la supervivencia de las generaciones futuras, y asumimos con mucho gusto nuestro papel de guardianes y guardianas de la misma.
Más allá de las fuentes ya mencionadas en el preámbulo, desearíamos enfatizar la relevancia de incluir la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el día 13 de setiembre de 2007 y las convenciones relevantes de la OIT, así como el trabajo realizado por el Comité sobre la Seguridad Alimentaria y el derecho a la alimentación.
Los Estados, la sociedad civil y las agencias de las Naciones Unidas han hecho un arduo trabajo a lo largo de esta semana para hacer aportes y desarrollar una Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los campesinos y campesinas y de otras personas que trabajan en zonas rurales. Encomiamos la naturaleza inclusiva del proceso, especialmente el lugar brindado a las organizaciones de la sociedad civil, para participar plenamente en él. Ha llegado el momento de aunar fuerzas y trabajar por el bien de nuestra identidad, integridad y derechos.
Como organizaciones que representan a campesinas y campesinos y a otras personas que trabajan en zonas rurales, estamos listas para cumplir con nuestra parte y asumir nuestras responsabilidades. Instamos a los Estados y al sistema de las Naciones Unidas a cumplir con sus obligaciones y a que sigan participando de buena fe y de una manera proactiva para garantizar una discusión democrática en consonancia con la Carta de las Naciones Unidas.

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