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Agencias / EL LIBERTADOR
Ciudad de México. Un grupo de alrededor de mil 500 personas, miembros de organizaciones estudiantiles y sociales, marcharon sobre la avenida Paseo de la Reforma con rumbo al Monumento a la Revolución para pedir la aparición con vida de los j43 estudiantes desaparecidos en Iguala.
La marcha integrada por más de ocho contingentes arribó al Monumento a la Revolución donde realizaron un mitin. La caminata se desarrolló de forma pacífica y las protestas se centraron en consignas y pancartas en las que se exige al gobierno que busquen con vida a los jóvenes de Ayotzinapa.
Durante el trayecto se registraron dos incidentes en los cuales algunos de los manifestantes realizaron pintas en tablas de madera que se encontraban en una construcción sobre la avenida Insurgentes. Los jóvenes pintaron” #Ayotzinapa, Son43 Yo Pinto, El Gobierno Mata”.
Al tiempo, en el sur de la Ciudad de México, también se realizaron protestas pero se desarrollaron de forma violenta cuando un grupo de 50 encapuchados cerraron una importante avenida y prendieron fuego a estructuras metálicas que tomaron de una gasolinera cerca de Ciudad Universitaria, la sede principal de la Universidad Autónoma de México.
Elementos de la policía capitalina acudieron después para apagar el fuego y señalaron que no hubo personas lesionadas ni detenidas.
En Chiapas, La caravana de padres y normalistas "Daniel Solís Gallardo" concluyó este domingo su recorrido con una marcha pacífica en la que pidieron al gobierno que "se deje de juegos" políticos y entregue vivos los 43 estudiantes desaparecidos.
En la protesta que inició de la sede la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) a las afueras del Palacio de Gobierno, se reunieron alrededor de cinco mil manifestantes.
Los inconformes responsabilizaron y "condenaron" al gobierno federal de los actos en contra de los estudiantes de la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos.
Por su parte, en Guerrero, varias personas salieron a las calles vestidas de blanco para pedir un alto a la violencia que aqueja al país y que pare la ola de protestas violentas que comenzaron las la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa.
En tanto, en el marco del Día Internacional para la tolerancia, la Presidencia de la República indicó, a través de un comunicado, que esta representa el cimiento más fuerte para la paz.
En un texto difundido a través de su portal de internet, la presidencia encabezada por el presidente Enrique Peña Nieto aseveró que la tolerancia permite la creación de un país más justo, sin violencia y sin discriminación.
Cabe señalar que el comunicado constituye un llamado a la paz, en el marco de los disturbios que han tenido lugar en último días en el país en los que algunos jóvenes han recurrido a protestas violentas para exigir la aparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
http://www.ellibertador.hn/?q=article/masivas-movilizaciones-en-m%C3%A9xico-por-estudiantes-desaparecidos
**************************************************
Reporte UNAM,
acabamos de estar en CU, hay barricadas en los accesos por Insurgentes y
por Universidad, solo esta abierto el acceso por Copilco, sin embargo
hay presencia abundante de los Granaderos, en las inmediaciones cercanas
al Campus,
Ciudad de México. Un grupo de alrededor de mil 500 personas, miembros de organizaciones estudiantiles y sociales, marcharon sobre la avenida Paseo de la Reforma con rumbo al Monumento a la Revolución para pedir la aparición con vida de los j43 estudiantes desaparecidos en Iguala.
La marcha integrada por más de ocho contingentes arribó al Monumento a la Revolución donde realizaron un mitin. La caminata se desarrolló de forma pacífica y las protestas se centraron en consignas y pancartas en las que se exige al gobierno que busquen con vida a los jóvenes de Ayotzinapa.
Durante el trayecto se registraron dos incidentes en los cuales algunos de los manifestantes realizaron pintas en tablas de madera que se encontraban en una construcción sobre la avenida Insurgentes. Los jóvenes pintaron” #Ayotzinapa, Son43 Yo Pinto, El Gobierno Mata”.
Al tiempo, en el sur de la Ciudad de México, también se realizaron protestas pero se desarrollaron de forma violenta cuando un grupo de 50 encapuchados cerraron una importante avenida y prendieron fuego a estructuras metálicas que tomaron de una gasolinera cerca de Ciudad Universitaria, la sede principal de la Universidad Autónoma de México.
Elementos de la policía capitalina acudieron después para apagar el fuego y señalaron que no hubo personas lesionadas ni detenidas.
En Chiapas, La caravana de padres y normalistas "Daniel Solís Gallardo" concluyó este domingo su recorrido con una marcha pacífica en la que pidieron al gobierno que "se deje de juegos" políticos y entregue vivos los 43 estudiantes desaparecidos.
En la protesta que inició de la sede la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) a las afueras del Palacio de Gobierno, se reunieron alrededor de cinco mil manifestantes.
Los inconformes responsabilizaron y "condenaron" al gobierno federal de los actos en contra de los estudiantes de la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos.
Por su parte, en Guerrero, varias personas salieron a las calles vestidas de blanco para pedir un alto a la violencia que aqueja al país y que pare la ola de protestas violentas que comenzaron las la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa.
En tanto, en el marco del Día Internacional para la tolerancia, la Presidencia de la República indicó, a través de un comunicado, que esta representa el cimiento más fuerte para la paz.
En un texto difundido a través de su portal de internet, la presidencia encabezada por el presidente Enrique Peña Nieto aseveró que la tolerancia permite la creación de un país más justo, sin violencia y sin discriminación.
Cabe señalar que el comunicado constituye un llamado a la paz, en el marco de los disturbios que han tenido lugar en último días en el país en los que algunos jóvenes han recurrido a protestas violentas para exigir la aparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
http://www.ellibertador.hn/?q=article/masivas-movilizaciones-en-m%C3%A9xico-por-estudiantes-desaparecidos
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Ayotzinapa-PSYOP
by Pedro Echeverría V.
Reporte UNAM,
acabamos de estar en CU, hay barricadas en los accesos por Insurgentes y
por Universidad, solo esta abierto el acceso por Copilco, sin embargo
hay presencia abundante de los Granaderos, en las inmediaciones cercanas
al Campus,
lo cual tiene implicaciones de una posible "PSYOP" u Operacion
Sicologica (de la CIA-CISEN) de propiciar un enfrentamiento inducido con
los estudiantes, sea con provocadores exprofeso
http://www.eluniversal.com.mx/ciudad-metropoli/2014/descubren-estudiantes-rostro-a-34infiltrado-34-1054717.html
, o con los grupos radicales universitarios, lo cual podria derivar en
escenarios violentos de nueva cuenta, creemos que es inconsecuente la
actitud del Gobierno del DF, tomando en cuenta lo que la historia de
1968 y 1999 nos muestra, adicionalmente, hay autos sospechosos muy cerca
como un VW Jetta gris placas 129 YMG del DF, tripulado por un gringo de
Eugene, Oregon, y un BMW blanco placas 516 ZAB de Edomex......hay que
extremar precauciones para no caer en provocaciones esteriles y mantener
Ojo, mucho Ojo....
no vaya a ser que EPN esté buscando desviar la atención mundial de
Iguala, hacia la UNAM y encuentre el ambiente adecuado para generar un
nuevo ATENCO
(Articulos de El Universal, Reforma, La Jornada, PROCESO)
De rebeliones y provocaciones
Víctor Flores Olea
Ex director de la Facultad de Ciencias Politicas
http://www.jornada.unam.mx/2014/11/17/opinion/018a1pol
En los días recientes, en relación con el horror de Ayotzinapa, hay
dos hechos relevantes que deben señalarse: primero, que dentro de la
protesta, que se multiplica en el país, los organismos policiacos del
Estado vuelven a echar mano de un viejo recurso: la provocación, con el
propósito de desvirtuar o desviar la atención del objetivo principal de
la protesta, y de abaratar la misma hasta el punto de que los
principales medios de comunicación le otorgan casi mayor importancia a
los incidentes de la provocación que a la sustancia de los reclamos.
Hoy, en casi toda la prensa, están en el mismo nivel los desmanes de los
manifestantes (en el Zócalo de la capital, en el aeropuerto de
Acapulco, en el centro de Chilpancingo), que el asesinato a mansalva de
los 43 estudiantes de Ayotzinapa, lo cual resulta un grave contrasentido
político y moral.
La
provocación como recurso policiaco se debe a que la protesta masiva en
el país, por los intolerables crímenes de Estado, está sobre todo en
manos de los jóvenes y de sus casas de estudio; segundo, son los jóvenes
en el país otra vez quienes toman la batuta de la protesta y contra
ellos se lanza la provocación como importante efecto distractor de la
atención pública, desviando la atención de los crímenes cometidos. Los
más importantes medios de comunicación se encargan de agitar las aguas
para lograr tales efectos de contención y desviación ante los cuales la
opinión pública parece estar indefensa. Quienes tenemos largo tiempo
trabajando en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
conocemos bien antecedentes como éstos, y la persistencia con que son
utilizados por los órganos policiacos del Estado para disminuir la
presión política.
Digamos
que los importantes incidentes ocurridos en varios lugares, como
consecuencia de los asesinatos de Iguala (Chilpancingo, Acapulco o la
puerta mariana del Palacio Nacional, en el Zócalo), fueron llevados a
cabo invariablemente por encapuchados sin identidad y, sobre todo, sin
que ningún grupo identificable haya reivindicado hasta ahora tales
acciones, lo cual hace pensar que se trata precisamente de actos de
provocación para desvirtuar y desprestigiar las legítimas protestas
masivas ante los graves hechos ocurridos. Y que no se trata de actos de
radicales anarquistas, como algunos los han llamado, porque tal
denominación además carece de pies o cabeza.
¿Hay
radicales que se han comprometido con tales actos de destrucción
arbitraria? La lógica elemental sería entonces que tales grupos los
reivindicaran y sostuvieran con un mínimo razonamiento para explicar su
postura, porque de otra manera es como si no los hubieran llevado a
cabo, quedando en una indiferencia o clandestinidad política que no
resulta útil en ningún caso, y menos para los mercenarios grupos de
choque que consideran actuar con las características de violencia oculta
que vemos. La real clandestinidad de tales grupos incapaces de
presentar o confesar su filiación nos remite, una vez más, a su origen
de provocación policiaca o militar. Y, repetimos, tienen un efecto de
inhibición o contención de la real protesta.
Un
reciente ejemplo en contrario podemos verlo en el caso del Instituto
Politécnico Nacional en que, es obvio, el gobierno se ha propuesto
mantener la integridad de los protagonistas, y en el cual no se produjo
ningún incidente desagradable que pudiera conducir a sospechas
desviacionistas, no obstante que de parte de ese instituto nacional se
dieron sobre todo al principio manifestaciones de cientos de miles de
estudiantes. Aquí tenemos problemas manejados con distinta finalidad por
parte del gobierno: en un caso para desprestigiarlos y rebajarlos, en
el otro, ¡felizmente!, para mantener viva la tesis de que entre
civilizados se puede llegar a acuerdos favorables.
Pero
vayamos al meollo no oculto de las masivas protestas que ha presenciado
el país en los días recientes. Que corre sobre todo a cargo de los
jóvenes estudiantes. Pero en este caso, me atrevería a decir, con una
amplitud que rebasa desde luego los límites nacionales y se ha
internacionalizado en muchos sentidos. Además de que, por distintas
vías, ha rebasado el ambiente estudiantil y magisterial, y comunicado a
otros sectores sociales, también a la clase laboral, y a variedad de
integrantes de las clases medias que sienten como propia la ofensa
criminal y que han reaccionado con una indignación profunda que han
hecho suya.
¿Cuánto
durará la protesta juvenil y estudiantil? Imposible de predecir, aun
cuando sí podría decirse que su solidez dependerá mucho de las alianzas
que logren construir, incluso con sectores obreros, lo cual no es fácil,
pero tampoco imposible en la medida en que se hagan coincidir en el
reclamo otros hechos nacionales de la mayor importancia actual: la
desnacionalización o la privatización del petróleo, en general una
situación económica profundamente desfavorable a la población de menores
ingresos y una escandalosa concentración de las riquezas, es decir, la
eficiente fábrica de pobres que es el neoliberalismo, cuyo conjunto
favorece a la alianza entre sectores y clases, a veces análogos y otras
con importantes diferencias entre ellos.
Los
hechos sumados de los meses recientes sitúan a las izquierdas del país
en un momento en principio favorable, aun cuando tenga dudas de que esa
buena situación se refleje también en las izquierdas partidarias.
Morena
escucho decir pudiera ser el partido más favorecido, aun cuando de otro
lado me llegan los reproches que se le hacen a todos los partidos: su
carácter vertical, dicen algunos.
Existe,
en todo caso, una situación de crítica generalizada a la estructura
actual de los poderes, y sobre todo a sus rapaces beneficiarios: ¿se
modificará en alguna medida la situación? Veremos... (Sábado 15 de
noviembre 20:15 horas.)
Peña
Nieto llegó con la espada desenvainada Lo ultimo que faltaba después de
los terribles acontecimientos y de la penetración con balas de la
fuerza pública en la UNAM, que todos repudiamos y con la cual nos
solidarizamos.
(Domingo 16 de noviembre, 12:00 horas.)
Presenta UNAM denuncia tras agresión a estudiante en CU
Víctor Flores Olea
Ex director de la Facultad de Ciencias Politicas
http://www.jornada.unam.mx/2014/11/17/opinion/018a1pol
(Domingo 16 de noviembre, 12:00 horas.)
MÉXICO,
D.F. (proceso.com.mx).- El rector de la UNAM, José Narro, informó hoy
que presentó una denuncia por las lesiones que sufrió un alumno durante
los hechos ocurridos este sábado en CU.
Narro destacó que la presencia de la fuerza pública no es deseable en las instalaciones.
Luego
que un policía de la Procuraduría del DF baleara en la pierna al
estudiante, el rector exigió que no vuelva a ocurrir un hecho parecido.
Recibo
con satisfacción el pronunciamiento de las autoridades del gobierno de
la Ciudad y les pido respetuosa, pero puntualmente, que no se repitan
hechos como los registrados ayer en CU, indicó en conferencia de prensa.
Destacó
que es necesario ejercer la libertad de expresión sin violencia y que
el cumplimiento pleno de la vida académica de la UNAM debe preservarse.
Reconozco
el momento complejo por el que transitamos en la Universidad y en el
País. Exhorto a todos los universitarios a mantenernos en el marco de la
ley, a preservar nuestra institución, el trabajo sistemático de la
Universidad.
Y añadió: Ejerzamos la libertad de expresión sin violencia de ninguna naturaleza, al igual que mantener la unidad.
Jóvenes instalan plantón
Un
grupo de aproximadamente 30 estudiantes de la UNAM instalaron esta
noche un plantón frente al edificio de Rectoría donde colocaron fogatas.
A las puertas del edificio colocaron unas velas y colgaron unas mantas sobre los muros.
Aproximadamente
a las 9 de la noche encendieron una fogata a varios metros de la
puerta, alrededor de la cual se sentaron y entonaron cantos.
Hasta el cierre de esta edición los jóvenes permanecían en ese lugar.
Esto luego de que ayer un policía de investigación baleó a un estudiante en las instalaciones de CU.
(Con información de Mathieu Tourliere)
Gobierno del DF pide disculpas por balacera en CU
La Redacción
16 de noviembre de 2014
16 de noviembre de 2014
Agente de la Procuraduría del DF balea a dos jóvenes en CU.
Foto: Miguel Dimayuga
Foto: Miguel Dimayuga
MÉXICO,
D.F. (proceso.com.mx).- El Gobierno del Distrito Federal pidió una
disculpa a la UNAM y a la opinión pública por los hechos ocurridos en
Ciudad Universitaria y garantizó que se actuará con estricto apego a la
ley.
Esto,
luego de que este sábado un estudiante de la UNAM fuera herido de bala
por un policía de investigación de la Procuraduría General de Justicia
del Distrito Federal (PGJDF).
Héctor
Serrano, secretario de Gobierno del DF, refrendó el respeto a la
autonomía universitaria y anunció que el agente Luis Javier Aguinaga
Saavedra será remitido al Reclusorio Preventivo Varonil Norte.
Lo
anterior fue dado a conocer durante una conferencia de prensa, donde se
dio lectura a un comunicado. Estuvieron presentes el procurador
capitalino, Rodolfo Ríos y el secretario de Seguridad Pública, Jesús
Rodríguez Almeida.
No
obstante al estar en cumplimiento de una orden ministerial, (el
policía) omitió su estricto deber de cuidado en el uso de la fuerza, por
lo que en breve será trasladado al Reclusorio Preventivo Varonil Norte,
señaló Serrano.
Informó que Aguinaga Saavedra será consignado por lesiones y abuso de autoridad.
'Yo no me canso'
Grupo Reforma
Martha Martínez
Cd. de México (16 noviembre 2014).- A diferencia del procurador Jesús Murillo Karam, el padre Alejandro Solalinde no se cansa.
Cd. de México (16 noviembre 2014).- A diferencia del procurador Jesús Murillo Karam, el padre Alejandro Solalinde no se cansa.
"Yo no me canso; si me canso, descanso y le sigo", asegura.
"De
lo que estoy cansado es de la hipocresía de la clase política, del
abuso, del adormecimiento de la gente, de la indiferencia, de la falta
de respuesta. Me canso de la resignación de las personas que piensan que
todos los problemas que tenemos se van a resolver de arriba a abajo,
cuando tenemos un gobierno irresponsable e insensible que no ha estado a
la altura de las circunstancias que vive México", sostiene.
A
nueve días del "ya me cansé" dicho por Murillo Karam al término de una
conferencia de prensa sobre los 43 normalistas desaparecidos en
Ayotzinapa, Guerrero, Solalinde recuerda que el 10 de diciembre de 2012,
cuando le entregaron el Premio Nacional de Derechos Humanos, el
presidente Enrique Peña Nieto se comprometió a lograr que el respeto a
los derechos humanos pase del papel a la realidad.
Han
pasado casi dos años, y dicho compromiso no se ha cumplido. "Esa
promesa, como muchas otras, no se puede cumplir, porque estos políticos
no se han formado en el respeto a los derechos humanos, en el
reconocimiento a la dignidad humana. Ellos antes de entrar ya traen
agenda, ya traen compromisos políticos", advierte.
Para
el director del albergue Hermanos en el Camino, de Ixtepec, Oaxaca, el
caso de los normalistas desaparecidos no sólo es una confirmación del
desinterés de los tres niveles de gobierno por el respeto a los derechos
humanos, es también un recordatorio de que en el país hay más
violencia, desapariciones forzadas y crímenes sin resolver.
El
sacerdote que en mayo de 2012 abandonara el país tras recibir amenazas
de muerte por el trabajo que realiza a favor de los migrantes en
tránsito por México, asegura que si Peña Nieto escuchara a la gente, se
evitarían muchas tragedias.
Recuerda
que desde el año pasado solicitó una reunión con el mandatario a fin de
llevarle las voces y propuestas de afectados por la violencia. La única
cita que le habían confirmado fue cancelada.
"Quería
platicar con él, con Miguel Ángel Osorio Chong, con Murillo Karam y con
los que ellos quisieran, pero no en la oficina, no en una reunión
formal, sino como seres humanos, de persona a persona, no de personaje a
personaje. Le dije que quizá yo como sacerdote que había vivido y que
vivo con gente de abajo, con gente excluida que sufre mucho, tenía
algunas voces que pasarle y que ojalá cambiáramos México. No les iba a
decir cómo hacer un nuevo México, sino que escucharan a la gente, yo
tengo mucha fe en la gente.
"Fijamos
una fecha, el 27 de septiembre del año pasado, pero vinieron los
huracanes Ingrid y Manuel y ya no se pudo llevar a cabo la reunión, pero
tampoco volvió a refrendarse. Hice el intento de que el gobierno
escuchara a la gente y ni siquiera me escuchó a mí", rememora.
Señala
que la administración de Peña Nieto no se ha caracterizado por la
defensa de los derechos humanos. Por eso, afirma, no cree en la promesa
realizada el 7 de noviembre pasado por el mandatario de detener y
castigar a todos los involucrados en la desaparición de los 43
normalistas.
"No
le creo, ni a él ni a su gabinete, no le creo porque no es
transparente, tampoco a su partido que jamás se ha caracterizado por la
transparencia y por una gestión honesta hacia el pueblo", explica.
'Ayotzinapa llegó a mí'
El
17 de octubre pasado, Solalinde lanzó un reto al gobierno federal:
"ojalá me demostraran que soy mentiroso, que los 43 normalistas están
vivos, pero sé de una buena fuente que no será así"
.
Ese día, el sacerdote había declarado públicamente que, según testimonios recabados por él, los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos estaban muertos y a algunos de ellos los habían quemado vivos.
.
Ese día, el sacerdote había declarado públicamente que, según testimonios recabados por él, los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos estaban muertos y a algunos de ellos los habían quemado vivos.
Eso lo puso en el centro de la polémica de un caso que llegó a su vida de manera azarosa.
Recuerda
que el 11 de octubre, tras su participación en la presentación del
libro Los Migrantes, del escritor Óscar Martínez, en la Feria del Libro
del Zócalo capitalino, un testigo de las agresiones a los normalistas se
le acercó a contarle lo que sabía; horas más tarde, recibió el segundo
de los cuatro testimonios que días después entregó por escrito a la PGR.
Dichos testimonios, indica, no fueron dados en secreto de confesión.
"En
realidad a mí me llegó el caso Ayotzinapa, porque yo no lo busqué como
no busco muchas cosas. Yo estaba muy quitado de la pena, de verdad, es
más, en un ambiente hasta recreativo, cultural, hablando en la Feria del
Libro del Distrito Federal, cuando de repente me llega esta persona y
me suelta eso, fue un impacto para mí tremendo, pero yo todavía no sabía
qué hacer; en la tarde me llega el otro, la otra información,
confirmando exactamente esto, entonces ya me empecé a preocupar y me
empecé a sentir responsable de saber esas cosas", relata.
Explica
que no se comunicó con los familiares de los normalistas antes de decir
públicamente lo que sabía, porque no tenía números telefónicos o
direcciones a través de las cuales establecer contacto con ellos.
'No es protagonismo'
A partir de ese momento, Solalinde se convirtió en un personaje polémico, pero también clave en el caso.
El
20 de octubre pasado, acudió a la PGR a entregar por escrito los
testimonios recabados por él, pero debido a que el titular de la
Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia
Organizada, Rodrigo Archundia, no se encontraba, los agentes
ministeriales se negaron a recibirlo.
Tres
días después, el 23 de octubre, se reunió con el procurador Murillo
Karam. Durante el encuentro, al que lo acompañaron la escritora Elena
Poniatowska y dos personas más, le entregó personalmente los
testimonios. Con ello, asegura, concluyó su colaboración con la PGR.
El
sacerdote recuerda que en esa reunión Murillo Karam le dijo que, de
acuerdo con la información de la PGR, la desaparición de los normalistas
había ocurrido en el marco de un enfrentamiento entre narcos. Hipótesis
que tuvo que descartar ante la presión de los familiares.
"Le
preguntamos ¿qué había pasado en Ayotzinapa?, y él dijo, así con esta
expresión: 'ay, es muy simple, es una cuestión de ataque de cárteles.
Los Guerreros Unidos atacaron a Los Rojos que venían con los
estudiantes'.
"Días
después empezó a tratar de filtrar eso, a dejar caer esa tesis de que
había sido pleito entre narcos; entonces, inmediatamente reaccionaron
las familias indignadas y la Procuraduría tuvo que recular, a tal grado
que cuando las familias van a dialogar a Los Pinos con Peña Nieto, uno
de los acuerdos que se toma es no criminalizar a los estudiantes",
indica.
No
obstante, sus declaraciones sobre el destino de los 43 normalistas
generaron descontento. Los familiares de los jóvenes le reprocharon que
no les entregara la información que tenía sobre el caso antes de hacerla
pública; mientras que un sector de la sociedad lo calificó de
insensible y protagonista. Finalmente, el 28 de octubre ofreció
disculpas a las familias de los normalistas.
Al
respecto, el defensor de derechos humanos asegura que su intervención
en el caso Ayotzinapa es un compromiso con su conciencia y no un afán de
protagonismo.
"Para
mí la cuestión no es el protagonismo, sino el deber de conciencia; yo
me encuentro, y lo digo con mucha claridad, ente muchas personas que
saben cosas y que tienen miedo de hablar. Podría decirle que todas las
personas que se acercan a mí, confidentes, son personas que tienen
conciencia, les falta valor, y yo lo entiendo, yo he corrido ese riesgo y
si alguien tiene que hacerlas públicas para bien de la justicia, yo voy
a correr ese riesgo, lo demás no me interesa", sostiene.
Sus
declaraciones no fueron negadas por el gobierno federal. El 7 de
noviembre pasado, el procurador presentó una teoría del caso que
coincide con la versión Solalinde.
Nueva polémica
Con
el paso del tiempo, y ante la falta de resultados concretos en la
indagatoria del gobierno federal, el sacerdote se ha convertido en una
referencia obligada para el caso: da conferencias, es entrevistado por
medios nacionales y extranjeros y es invitado por diversas universidades
del país. Pero también sigue generando polémica.
El
11 de noviembre, en la Universidad de Guadalajara, aseguró que José
Luis Abarca, ex alcalde de Iguala, y su esposa, María de los Ángeles
Pineda, acusados de homicidio y crimen organizado por estos hechos,
fueron capturados en Veracruz (gobernado por el PRI) y "sembrados" en el
Distrito Federal (bastión perredista) en un intento por hacer un uso
político del caso.
Indica que esta información la obtuvo de un habitante de Veracruz, cuyo nombre prefiere mantener en el anonimato.
A
pesar de que el 26 de octubre pasado los familiares de los
desaparecidos le impidieron oficiar una misa en la Normal Rural de
Ayotzinapa, Solalinde asegura que su relación con ellos es buena.
En
opinión del sacerdote, el dolor y la indignación que ha generado el
caso es una oportunidad para hacer un alto y plantear una nueva
construcción del país que tenga como protagonista a la sociedad.
"Es
un llamado, un grito de dolor, pero también es una interpelación muy
fuerte para construir un nuevo México. Puedo percibir que ya estamos en
el punto en el que podemos pasar a una organización nacional para
articular una propuesta alterna la de este gobierno que no hace lo que
debería hacer", concluye.
Leer más: http://www.reforma.com/aplicaciones/articulo/default.aspx?id=393662&v=2#ixzz3JH1XQJ4H
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La llama de la indignación
Andreas Schedler
Cd. de México (15 noviembre 2014).- Hasta
finales de septiembre, México estaba bailando alegremente sobre una
catacumba de unos 95 mil muertos y 25 mil desaparecidos a manos del
crimen organizado. Ahora, con el secuestro y asesinato de los 43
estudiantes de Ayotzinapa, se interrumpió la música, se paró el baile.
Hemos visto algo enteramente nuevo: una ola de solidaridad que sacude el
país, con discusiones públicas y conversaciones privadas sin
precedentes, con marchas y huelgas estudiantiles en todo el país.
El
país llevaba bailando un buen rato. Desde la inauguración oficial de la
democracia en el año 2000, México se encuentra inmerso en una guerra
civil sin querer reconocerlo. Las guerras civiles, como las define la
ciencia política contemporánea, son enfrentamientos entre grupos armados
dentro de un Estado que causan más de mil muertes al año. México lleva
superando este umbral desde el primer año de la democracia.
Emocionalmente,
la política, los medios y los ciudadanos mexicanos han logrado mantener
la violencia a distancia al pensarla como "narcoviolencia" o
"narcoguerra", en la que carteles luchan contra carteles, narcos contra
narcos, malos contra malos. Concebir la violencia de esta forma inhibe
la solidaridad ciudadana de muchas maneras. Hace invisible la violencia
predatoria que los grupos criminales cometen contra la población civil y
la violencia ilegal que el Estado comete contra cualquiera. Además,
crea una división tajante entre ciudadanos y víctimas. Como la "guerra
de las drogas" es una guerra entre criminales, se infiere que sus
perpetradores son criminales, pero sus víctimas también. Son víctimas
culpables, víctimas voluntarias. El lenguaje cotidiano lo expresa de
muchas formas: "se lo buscaron", "se metieron en
malos pasos", "anduvieron con los malandros", "algo debían", "algo
habrán hecho"...
No
hay tierra más fértil para la indiferencia que la idea de las víctimas
culpables. La indiferencia hacia las víctimas ha tenido una expresión
institucional muy clara: la impunidad. Los homicidios atribuidos al
crimen organizado se contabilizan, pero no se persiguen. El porcentaje
de "narcoejecuciones" que lleva a condenas judiciales firmes es cercano a
cero. En los hechos, el Estado mexicano ha consentido la privatización
de la pena de muerte.
La
indiferencia estructural hacia las víctimas cotidianas de la
"narcoviolencia" también se ha visto en la opinión pública. A finales
del año pasado, la Encuesta Nacional de Violencia Organizada elaboró un
mapa amplio de actitudes ciudadanas hacia la narcoviolencia. Encontró
una ciudadanía que vivía la guerra como lejana y deseaba mantenerla así.
Ante una guerra anónima, cuyas víctimas no tenían cara ni historia,
únicamente el 10 por ciento de los ciudadanos se acordaba del nombre de
"alguna persona asesinada o desaparecida por el crimen organizado". Sólo
el 17 por ciento podía evocar algún caso de asesinato o desaparición
que le hubiera "conmovido en particular". La gran mayoría compartía la
apuesta por el silencio del gobierno de Peña Nieto. El 60 por ciento
decía que hablaba "nada" o "poco" de la
narcoviolencia en su vida privada. El 62 por ciento estaba de acuerdo
con la idea de que "hay muchas cosas buenas en México", por lo que
"deberíamos dejar de hablar tanto de la violencia" (los datos y reportes
de la encuesta están disponibles en http://biiacs.cide.edu).
Los
hechos atroces de Iguala han permitido que la opinión pública mexicana
diera el salto, largamente esperado, de la negación a la indignación.
Por fin, se prendió la llama de la solidaridad ciudadana. Esto fue
posible gracias a la capacidad de movilización de los estudiantes de
Ayotzinapa. Pero aún más importante, fue posible porque se descarriló la
narrativa cómoda de una guerra entre criminales. Dos hallazgos
irritantes, la inocencia transparente de las víctimas y la
responsabilidad transparente del Estado, rompieron la indiferencia
pública hacia víctimas y victimarios.
¿Ahora qué sigue?
La
llama de la indignación es débil. Lo más probable es que las
preocupaciones de la vida cotidiana la terminen sofocando en muy poco
tiempo. En estos días, muchas voces hablan de un momento de crisis y
ruptura. ¿Pero cómo lograr que la solidaridad ciudadana no se disipe
rápidamente? ¿Cómo lograr que esta nueva matanza estudiantil no sea un
episodio más en la guerra civil mexicana? ¿Cómo lograr que la
movilización estudiantil se siga ampliando y lleve a una dinámica
transformadora? ¿Cómo convertirla en el inicio de una verdadera
construcción de un Estado de derecho en México?
Antes
que nada, la solidaridad ciudadana tendrá que ampliarse a todas las
víctimas, incluyendo las sospechosas. La movilización actual se ha
nutrido de la imagen de víctimas inocentes, de estudiantes pobres que no
querían hacer otra cosa que aprender y enseñar y que fueron víctimas de
una represión política atroz e irracional. De manera implícita, han
quedado de lado las víctimas sospechosas de todos los días. Durante
todas las semanas de movilización, ha seguido el goteo cotidiano de
"narcoejecuciones", como los registra, por ejemplo, el Blog Menos Días
Aquí ( http://menosdiasaqui.blogspot.mx).
Naturalmente, salvo algunas excepciones, no han sido objetos de
preocupación pública. Si el movimiento de Ayotzinapa quiere
convertirse en motor de cambios institucionales, debe extender su
solidaridad a todas las víctimas del crimen organizado, aunque sean
sospechosas de pertenecer ellas mismas al crimen organizado.
Luego,
la construcción del Estado de derecho no es un problema administrativo,
sino un proyecto político. En un Estado democrático de derecho, el
derecho no es un instrumento de dominación de los poderosos, sino un
instrumento de protección de los débiles. Cualquier cambio, sea
constitucional, legal o burocrático, es ilusorio mientras no conlleve
transformaciones estructurales de poder. ¿A quiénes habría que
"empoderar" de manera radical y sistemática? ¿Quiénes son los más
débiles y los más interesados en transformar el sistema? Las víctimas.
¿Cómo se podría aumentar su capacidad de defensa de manera
significativa? Dos iniciativas concretas podrían detonar la movilización
de recursos hacia los movimientos civiles de víctimas: un fondo para la
canalización de recursos financieros y una red para la canalización de
la participación
ciudadana.
Infraestructura
de financiamiento: propongo la creación de un fondo fiduciario que
canalice recursos públicos y privados hacia las asociaciones cívicas de
víctimas (no hacia víctimas individuales). Este Fondo Mexicano para la
Justicia podría estar administrado por un organismo internacional, como
el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Recibiría
donaciones privadas nacionales e internacionales. Sin embargo, siguiendo
ejemplos internacionales, debería financiarse primeramente con el
dinero, todo el dinero, que el Estado recaude con la subasta de bienes
incautados a las organizaciones criminales. De esta manera, las
victorias de la justicia alimentarían la lucha por la justicia.
Infraestructura
de participación: propongo el desarrollo de una plataforma virtual de
participación, una mezcla de página web y red social que vincule a los
ciudadanos con los movimientos de víctimas. La solidaridad ciudadana
necesita canales de expresión. Si los ciudadanos no encuentran vías
concretas de acción, su simpatía hacia las víctimas y su indignación
hacia los victimarios se disipan. Páginas de Internet como meetup.com
permiten que vecinos con propósitos comunes se encuentren. La Red
Mexicana para la Justicia facilitaría la formación de movimientos
locales de víctimas, la coordinación entre las asociaciones existentes y
también su comunicación con la ciudadanía. De manera crucial,
permitiría que todos los ciudadanos solidarios pudieran ofrecerles a las
asociaciones de víctimas sus talentos personales, sea como abogados,
panaderos,
psicoterapeutas, taxistas, programadores, músicos, diseñadores
gráficos... o simplemente como gente común que quiere prestar su voz e
inteligencia a la causa de las víctimas.
Tanto
en lo político como en lo técnico, ambas iniciativas demandan un diseño
cuidadoso. Tienen que ser incluyentes, profesionales y transparentes.
Requieren de ciertos consensos políticos, sobre todo entre actores de la
sociedad civil. Ninguna de las dos es fácil, aunque ambas son
eminentemente viables. Ambas pueden ser iniciadas desde el centro, pero
tienen el potencial de crear efectos multiplicadores en todos los
rincones del país. Su potencial transformador no depende de una
burocracia racional que sabemos que no existe en México. No depende
tampoco de la voluntad política de las élites, que dudamos que exista.
Depende enteramente de la indignación moral, del coraje y de la
inteligencia colectiva de víctimas y ciudadanos solidarios. Hasta ahora,
las élites políticas mexicanas han fracasado en sus (débiles) intentos
de construir el Estado de derecho
desde arriba. Si no ampliamos la infraestructura financiera y
participativa para que una sociedad civil fuerte y contestataria vigile y
desafíe el Estado desde abajo, seguirán fracasando.
El autor es profesor-investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
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