A
raíz del escándalo que ha levantado dentro del gobierno y la sociedad
de los Estados Unidos la masiva migración de niños y niñas no
acompañados, se han puesto en marcha iniciativas con el fin de tocar las
raíces que han dado origen a este fenómeno, tanto por parte del
gobierno estadounidense como por parte de los gobiernos de los países
del triángulo norte y México, y por diversos sectores de la llamada
sociedad civil.
Unos
meses atrás el presidente de los Estados Unidos se reunió con los
presidentes de Honduras, Guatemala y El Salvador para instarlos a buscar
respuestas dentro de cada uno de los países para reducir las
condiciones de violencia y falta de oportunidades como condición para
que se reduzca el fenómeno. Y en ese empeño el gobierno de Estados
Unidos se comprometía a apoyar los esfuerzos e iniciativas que
internamente hiciera cada uno de los países.
En
estos días los presidentes del triángulo norte regresan a Washington
para dar cuenta al presidente Obama de lo que se han propuesto hacer
para cumplir con la tarea encomendada. Bajo el brazo llevan la propuesta
que han dado en llamar “Lineamientos del Plan de Alianza para la
prosperidad del triángulo Norte”.
En
dicha propuesta los presidentes manifiestan su decisión por impulsar un
plan que conlleve una iniciativa económica unida a la infraestructura,
reducción del costo energético, el desarrollo de recursos humanos, una
política de seguridad y una política de transparencia y rendición de
cuentas.
Los
gobiernos no presentaron nada nuevo. Aprovecharon la petición que les
hizo el presidente Obama y el ofrecimiento de apoyo, para consolidar los
planes elitistas que se vienen impulsando desde hace varios años, y que
tienen como base la concentración de capitales y recursos en unas pocas
familias, las mismas que controlan todos los hilos de las política y de
las relaciones internacionales.
Solo para conocer una de sus propuestas citamos textualmente: “Con
el objetivo de fomentar el desarrollo de áreas geográficas más
rezagadas, planteamos la creación de zonas económicas especiales donde
se brindará un tratamiento diferenciado a nuevas inversiones. Esperamos
que las firmas allí establecidas generen oportunidades de empleo de
calidad, mientras que el Estado proveerá la infraestructura y servicios
públicos necesarios para dinamizar la actividad económica. La selección
de estas áreas y los mecanismos que utilizaremos para atraer la
inversión extranjera directa se basará en criterios costo-efectivos y
transparentes, explorando estructuras alternativas de financiamiento y
minimizando su costo fiscal”. Hasta aquí la cita.
Dicho
sin tapujos. La crisis humanitaria que ha desatado el fenómeno de niños
y niñas migrantes no acompañados, producto de las políticas económicas
de las élites centroamericanas, ha servido de pretexto para que esas
mismas élites relancen y legitimen su proyecto de profundizar sus
inversiones basadas en el extractivismo, las ciudades modelo o ZEDES,
solo que ahora con el apoyo de fondos públicos del gobierno de los
Estados Unidos para que les construyan su infraestructura y les
financien la seguridad militar y policial.
Es
inevitable: el afán desmesurado de ganancias y de concentración de
capitales ha llevado a estas élites económicas y políticas a ponerle a
su cinismo el nombre de gobierno, y sus presidentes son el vivo retrato
del cinismo andante.
Derechos compartidos, citando la fuente | Contáctenos | Misión | Historia | www.radioprogresohn.net
|
miércoles, 12 de noviembre de 2014
Honduras / Nuestra Palabra: Cuando el cinismo tiene el nombre de gobierno - Miércoles, 12 de Noviembre de 2014.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario