miércoles, 19 de noviembre de 2014

Alerta por las desapariciones de mujeres y feminicidios en Honduras Foro de Mujeres por la Vida

Desde hace  más de 11 años el Foro de Mujeres por la Vida, ha denunciado sistemáticamente ante instancias nacionales e internacionales la problemática de  feminicidios  en Honduras y la responsabilidad del Estado ante las vidas de mujeres arrebatadas. También desde hace cinco años, insistentemente hemos manifestado con preocupación que la problemática de desaparición de mujeres en Honduras se ha agravado, ante los oídos sordos de las instancias responsables de proteger la vida y los derechos humanos de las mujeres.

 En los últimos  6 años las denuncias de mujeres desaparecidas pasaron de ser 91 en el 2008 a 347 en el 2013, lo que significa un incremento de 281% en los casos de mujeres, niñas y adolescentes que son reportadas como desaparecidas a nivel nacional. A esto es necesario sumarle 155 denuncias más por delitos que implican desapariciones como privación injusta de la libertad, secuestro y tráfico de personas.[1]  Solo en esta semana  en los medios de comunicación aparecen 4 casos de mujeres desaparecidas.

 La desaparición  en el contexto actual se rela­ciona en principio con la impunidad en que terminan estos casos cruzada  con situaciones de violencia entre parejas, venganzas, acciones de grupos delincuenciales, y conflictos agrarios y políticos, entre otros. Así como al fenómeno de la trata. Aunque el Ministerio Público solamente registra 27 denuncias por el  delito  de trata interpuestas por mujeres durante el año 2013, la connotación trasnacional de esta delincuencia organizada indica un mayor número de víctimas. Según investigaciones[2], el perfil de las víctimas de trata en Centroamérica es mayoritariamente niñas menores de edad y mujeres de diferentes edades; y en más de la mitad de los casos la trata tenía que ver con fines de explotación sexual. En un hecho reciente se desarticuló una red de Trata que según la Fiscalía de la niñez ofrecía mujeres y niñas a un grupo de clientes entre ellos policías y militares.[3]

 En todas estas historias, las noticias ponen al descubierto la angustia de los familiares ante el tiempo transcurrido, y las interminables visitas a hospitales y a la morgue, donde esperan saber algo sobre el paradero de la joven o de la niña.[4]

 Sumado a lo anterior, y en algunos casos en relación con ello, el monitoreo de medios del observatorio de violencias y seguridad de las mujeres, constata que en el país se descubren constantemente cementerios clandestinos con múltiples víctimas que posiblemente hayan sido denunciadas como desaparecidas, y en muchos otros casos ni siquiera llegan a ser reportadas. Como ejemplo en Octubre  de 2014  en el sector de la Colonia López Arellano se encontraron 6 cuerpos y dos en la Rivera Hernández. El año pasado, en Junio de 2013,  se descubrieron 8 cuerpos en la Aldea el Calan, Villanueva, 7 cuerpos enterrados en la Aldea el Calan y 7 en Chamelecón. Solo en el primer trimestre del 2012, se encontraron tres cementerios clandestinos en la zona norte del país en los municipios de Tela, Ceiba y San Pedro Sula. En uno de estos cementerios se encontraron también fatigas militares”[5] Mientras que en  2011 fueron descubiertas 13 fosas comunes en el Sector Planeta, cuatro de las víctimas eran mujeres.

 Particularmente grave es que muchos casos denunciados y ca­lificados como rapto, secuestro, detención forzada o desaparición, después de un tiempo, pasan a engrosar la lista de feminicidios. Tal es el caso de las jóvenes,  María José Alvarado y Sofía Alvarado, mujeres jóvenes, desaparecidas el Jueves 13 de Noviembre, cuando iban de camino de Santa Bárbara a Copan para celebrar un cumpleaños y que a la fecha, se confirma fueron encontradas sin vida.

 Lo doloroso e indígnate es que si bien el caso de estas  dos hermanas ha trascendido públicamente por la participación de María José en un concurso internacional, ellas como otras tantas hondureñas que  han sido desparecidas o asesinadas; son víctimas de un sistema y un Estado que además de incumplir sus responsabilidad y fomentar la impunidad, es generador de violencia y criminaliza a las víctimas a través de declaraciones irresponsables como la hecha por el presidente del Congreso Nacional,  quien prácticamente culpabiliza a la familia y a las mismas jóvenes al decir “esta es una lección de vida que debemos aprender los hondureños, los padres de familia, de tener esa permanente vigilancia sobre el qué hacer y sobre las amistades de nuestros hijos. “La mejor seguridad se la brinda uno, teniendo una actitud prudente, teniendo el cuidado de escoger sus amistades y los sitios que uno visita”.[6]

 La pregunta central aquí es ¿dónde está la seguridad que el Gobierno dice brindar? ¿Son acaso todos los feminicidios y desapariciones lecciones para las mujeres? ¿Cómo se afirma que la violencia ha bajado cuando cada día más familias lloran la desaparición o asesinatos de sus hijas, madres, hermanas, amigas? ¿Cómo se justifica toda la inversión en militarizar nuestro país y  todos los millones de la tasa de seguridad ante el dolor de un pueblo? Mientras las preguntas circulan  por las comunidades y las mujeres siguen siendo asesinadas, el esfuerzo central del gobierno apunta a que se eleve a  rango constitucional una policía militar que genera miedo, represión, violencia en las comunidades y que a todas luces no representa seguridad para las mujeres

 Como mujeres organizadas hacemos un llamado a la población y a la comunidad internacional para denunciar un Estado  feminicida que justifica la violencia contra las mujeres y la impunidad intentado demostrar que somos las mujeres, las familias y las comunidades que sufren, las mismas responsables de las violencias que vivimos.  

Miércoles  19 de  Noviembre 2014.

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