La
eterna crisis de la ENEE es la eterna crisis de nuestros gobiernos y de
nuestra economía. Tiene que ver con la crisis fiscal, presupuestaria, y
del cuestionamiento al partido del poder pues evidencia una vez más lo
que se puso de manifiesto desde el inicio de su presidencia: gobernar
por medio de impuestos, que es el mecanismo más rápido, eficaz y
sencillo para JOH.
Es
el presidente del Banco Central de Honduras quien nos resume en cinco
puntos qué hacer para rescatar la Empresa Nacional de Energía
Eléctrica: 1) reducción de las pérdidas no técnicas que es el principal
problema 2) reestructuración institucional reduciendo empleados y
bajando costos 3) focalizar los subsidios solo para los consumidores
menores de 75 KW 4) renegociación de los contratos de energía térmica
y 5) ajuste de tarifas para recuperar el costo real de la electricidad.
La
respuesta de los diferentes actores sociales no se ha hecho esperar.
Para Carlos Rosenthal, del grupo Continental, el ajuste tarifario
complicaría a la industria local, a la población en general y
disminuiría la competitividad. En el país no hay una política de
generación de energía a largo plazo. Piensa que el ajuste de tarifas
tiene que ver con la firma de un acuerdo con el FMI.
Los
diputados prefieren otras medidas ya que eso implicaría ponerse la soga
en el cuello a modo de un suicidio político: debería ser la última
carta del Gobierno. LIBRE no apoya más paquetazos, incrementos de
tarifas a los servicios públicos ni nuevas cargas tributarias. Los
sectores vinculados al turismo lo ven como una pérdida de competitividad
frente a otros países: subiendo impuestos o tarifas no mejorará el
turismo.
Y
el COHEP, por su parte, se pregunta hasta cuándo el pueblo aguantará
más ajustes. Hubo medidas que no se tomaron a tiempo por razones
políticas para no perder las elecciones. Son muy críticos con los
gerentes que ha tenido la ENEE debido a que los cargos han sido
políticos sin capacidad y experiencia. Lo que se necesita es una
institución que funcione bien desde el punto de vista técnico.
Según los expertos “una administración eficiente de la ENEE que baje las pérdidas a un 15% significaría un alivio de 5,000 millones de lempiras. Si a esto se suma la reducción de 650 empleados y una renegociación de contratos térmicos, el ajuste sería mínimo”. Es por eso que el presidente del STENEE aseguró que “haciendo un plan de reducción de pérdidas, la renegociación de contratos y la depuración de personal, el ajuste no debe ser más del 4.8%”. Por ello concluye que “la falta de auténtica política de Estado en materia energética por todos los gobiernos es la responsable de la actual situación”.
Según los expertos “una administración eficiente de la ENEE que baje las pérdidas a un 15% significaría un alivio de 5,000 millones de lempiras. Si a esto se suma la reducción de 650 empleados y una renegociación de contratos térmicos, el ajuste sería mínimo”. Es por eso que el presidente del STENEE aseguró que “haciendo un plan de reducción de pérdidas, la renegociación de contratos y la depuración de personal, el ajuste no debe ser más del 4.8%”. Por ello concluye que “la falta de auténtica política de Estado en materia energética por todos los gobiernos es la responsable de la actual situación”.
Para
el subgerente de la ENEE el gran problema está en las pérdidas,
especialmente el robo. Lo que la está matando es que no factura lo que
vende, por incapacidad para censar a todos los consumidores y porque no
cobra todo lo que vende, y eso representa pérdidas por un 19%; hay
cientos de pegues clandestinos, clientes sin medidor, errores de
facturación y otros fraudes.
Después
de este pequeño recorrido la conclusión es evidente. No hay aceptación
social para nuevas tarifas porque se puede hacer una “operación
rescate” con los elementos que tenemos sin recurrir a la “fácil
respuesta gubernamental y neoliberal” de aumentar los impuestos a toda
la sociedad. Escuchar y descargar Nuestra Palabra 
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