El personal médico demandó al Gobierno prestar atención para no afectar a los miles de pacientes que a diario buscan asistencia en el Mario Rivas de San Pedro Sula.
San Pedro Sula, Honduras. / Personal de las salas de operación del hospital Mario Rivas realizaron un plantón este lunes para demandar al Gobierno los insumos y medicamentos para atender a los pacientes.
Actualmente no hay ni esparadrapos ni como lavarse las manos en esas salas donde la higiene es fundamental para evitar la propagación de bacterias.
El personal del Rivas demandó al presidente Juan Orlando Hernández atender esa necesidad ya que los pacientes deben comprar o ver cómo consiguen lo necesario para ser operados; los médicos y técnicos de los quirófanos también se ven en la necesidad de comprar los insumos porque las operaciones no se pueden cancelar y hay pacientes cuya vida corre peligro si no son intervenidos.
Los protestantes también denunciaron que se les está exigiendo dar aportaciones de su salario al Partido Nacional y que para renovar sus contratos o querer concursar a una plaza en el sistema sanitario se les pide la firma o recomendación de un político.
En el plantón participaron médicos cirujanos, técnicos e instrumentistas quienes ya se integraron a sus labores porque no pretenden afectar a los pacientes.
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La salud mental relegada al último lugar en Honduras
*Por Marvin Palacios
La historia registra que El Dr. Mario Amado Mendoza, promovió la creación de un Hospital Psiquiátrico de Agudos que fue inaugurado en 1973 con su nombre, en memoria de su abnegado trabajo por su construcción y que no pudo verlo funcionar por su muerte prematura.
El Hospital Psiquiátrico de Agudos "Dr. Mario Mendoza" está ubicado en la Colonia Miramontes de Tegucigalpa muy cercano a la Facultad de Ciencias Médicas y del Hospital Escuela e inició sus funciones en enero de 1973 bajo la dirección del Dr. Francisco León Gómez.
Estos breves antecedentes históricos denotan el interés que profesionales de la medicina promovieron para mejorar la atención e investigación en la salud mental, que deben formar parte integral de las políticas de Salud Pública del Estado de Honduras.
Sin embargo en el presente, miles de hondureños y hondureñas que luchan por su estabilidad mental y emocional y que llegan al hospital Mario Mendoza desde todas las regiones de esta Honduras, encuentran rótulos en las ventanillas de despacho, en los que se señala que no hay un tan solo medicamento en existencia.
Pude corroborar las denuncias de los pacientes, cuando cierta mañana, muy temprano acudí a este centro asistencial para realizar un trabajo de observación observé los rostros de mis compatriotas que asisten a sus consultas programadas. Sus miradas reflejan la frustración, el miedo, la desesperanza, el abandono y la tristeza, pues aunque son atendidos por los especialistas, no encuentran un psico-fármacos para aliviar sus penas.
Y si hay fármacos en las farmacias privadas, éstos se venden a precios inalcanzables. Para el caso la medicación de última generación que deben consumir los pacientes que padecen de esquizofrenia y otros trastornos llega a costar 3 mil o 5 mil lempiras. Si pensamos que un ciudadano o ciudadana (como es la gran mayoría), proviene de las zonas rurales, de lugares remotos y que subsiste con menos de un dólar el día, la suerte está echada para estas personas que necesitan la medicina.
Atraídos por la falsas noticias que algunos medios de comunicación del país lanzan al aire, asegurando que los hospitales cuentan con suficientes medicinas, centenares de enfermos hacen enormes sacrificios desde regiones remotas y acuden a los centros asistenciales, y cuando llegan al Hospital Mario Mendoza, encuentran que la realidad es otra, es decir que no hay medicamentos.
Es de hacer notar, la labor de médicos especialistas, hombres y mujeres que comprometidos a través de su profesión para servir a los demás, gestionan donaciones a nivel nacional y en el extranjero, que puedan suplir las necesidades que requiere un pueblo enfermo y ávido de atención. Es a través de estas iniciativas individuales, porque debería ser el mismo Estado el gestor de estas ayudas, lo que permite que los pacientes tengan a su alcance psico-fármacos de última generación.
Tuve la suerte de que el día viernes 30 de mayo de 2014 que recorrí los pasillos del único hospital psiquiátrico del país, me encontré con la noticia (por cierto muy inusual) de que se anunciaba a los pacientes que había en existencia Scitabrán, Quetiapina y Risperidona y que estaban disponibles para los pacientes de forma gratuita.
Fue una buena noticia, porque según expresaron varios pacientes, transcurren meses y la farmacia del hospital permanece vacía de medicamentos de primera generación como la imipramina, el litio, la amitriptilina, que el Estado adquiere a bajo costo.
También indagué que entre las personas que acuden en busca de ayuda, padecen enfermedades psiquiátricas como depresiones crónicas, esquizofrenia, bipolaridad, psicosis (maniaco depresiva, epiléptica, traumática y senil), paranoia, alcoholismo y demencia, entre otras.
En la última fase de mi recorrido por el Hospital Mario Mendoza, me encontré con la grata presencia de la Dra. Irma Donaire, su fama como excelente psiquiatra había llegado a mi conocimiento desde hacía muchos años y tuve la oportunidad de conocerla personalmente.
La Dra. Donaire es una psiquiatra excepcional, una persona solidaria, dotada de un gran conciencia social en torno a los problemas que aquejan al país, colaboradora y muy querida por el personal médico del Hospital Mario Mendoza.
Me enteré que ella está próxima a jubilarse y me habló de sus nuevos proyectos que implican continuar sirviendo a los demás por medio de su profesión. Pensé en mi mente y reflexioné acerca de la cantidad de pacientes a los cuales, la doctora Irma Donaire ayudó a paliar el dolor de su sufrimiento y a cuántos logró sanar de sus dolencias.
*Periodista
marvin.palacios@yahoo.es
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