jueves, 19 de enero de 2012

En EL SALVADOR: Derecha arremete contra Funes por denuncia de masacre “¿Qué quiere? ¿Guerra de nuevo?”

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Mauricio Funes   presidente  de El Salvador
GEOVANI MONTALVO / TERCERA INFORMACIÓN- Publicado el 1/19/12-

El Presidente de El Salvador, Mauricio Funes, en un acto histórico y simbólico por el vigésimo aniversario de los acuerdos de paz (1992-2012), pidió perdón en nombre del Estado por la matanza cometida contra civiles inocentes por tropas especiales contrainsurgentes del ejército salvadoreño, en El Mozote, en pleno inicio del conflicto armado interno de El Salvador.

Entre el 11 y 13 de diciembre de 1981, fuerzas militares asesinaron a cerca de un millar de personas en los poblados de El Mozote, La Joya, Los Toriles y otros aledaños, en el nororiental departamento de Morazán. Las tropas del Batallón Atlacatl entraron en El Mozote con la misión de exterminar a la entonces guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), ahora partido político.

La derecha salvadoreña reaccionó, luego del acto conmemorativo del 16 de enero, atacando al gobierno y alegando que el Presidente no debe “remover” los hechos del pasado ni “promover la discordia” entre la sociedad salvadoreña, a través del reconocimiento de las víctimas y su familias por el derecho a la verdad y la justicia.

Sigifredo Ochoa Pérez, un militar retirado y ahora candidato a diputado por el ultraderechista partido Alianza República Nacionalista (ARENA), escribió en el muro de su Facebook: “¿Qué quiere Presidente Funes? ¿Guerra de nuevo? ya que su perorata y su falsa actuación a eso apunta… No sea falso Presidente, busque la concordia, no la discordia. Yo como Soldado estoy listo para defender nuestra Patria. Usted, sencillamente, se irá para otra Patria”.

De acuerdo al académico universitario, filósofo y analista Luis Alvarenga, el discurso de Funes benefició en términos políticos al oficialista partido de izquierda FMLN y “el acto implicó un espaldarazo hacia la causa de la justicia y una evolución de una postura que anteriormente negaba la mera posibilidad de tocar la amnistía a otra, que apoya revisar la misma”.
De manera que el perdedor, en términos políticos, fue el partido ARENA, apuntó, y añadió que dichas reacciones “no solo demuestran que la reivindicación de las víctimas de la guerra es su talón de Aquiles”. Así, “querer quitarse el golpe exigiendo que se pida perdón también al ejército o que se equiparen los crímenes de guerra del FMLN a los de las fuerzas gubernamentales en la guerra no les ha dado los efectos buscados”, agregó en su habitual columna de opinión, en el diario digital Contrapunto.
Según el profesor universitario, cada palabra vertida por los representantes del partido ARENA se vuelve un dedo acusador en su contra. “Un mensaje que fue muy concreto, que llamó a la unión de la sociedad salvadoreña para superar las heridas del pasado, pero sin legitimar con ello la impunidad, bastaba para suscitar reacciones en aquellas cabezas para las cuales veinte años no son nada”, acotó.

El Presidente Funes pidió perdón en el marco del acto conmemorativo a 20 años de los Acuerdos de Paz, que pusieron fin a la guerra civil en el país centroamericano. Asimismo, el Jefe de Estado reconoció que integrantes del Batallón Atlacatl fueron quienes cometieron los asesinatos en El Mozote.
El Mandatario acusó -con nombre y apellido- a los tres máximos jefes de ese batallón como responsables directos de la masacre y censuró a quienes veneran a éstos personajes como héroes. Estos militares ya habían sido acusados en el Informe de la Comisión de la Verdad, publicado en 1993 y auspiciado por Naciones Unidas, pero hasta la fecha, ni ellos ni ningún otro militar han sido enjuiciados por los crímenes cometidos durante la guerra civil.
“…Ha habido responsabilidades específicas que deben citarse, de acuerdo con lo expresado por el informe de la Comisión de la Verdad. De él surgen responsabilidades: el Teniente Coronel Domingo Monterrosa, comandante de aquél Batallón; su segundo al mando, el Mayor José Armando Azmitia Melara; Jefe operativo, el entonces Mayor Natividad de Jesús Cáceres Cabrera, y otros, mencionados por la Comisión de la Verdad”, expresó Funes en su discurso del 16 de enero en El Mozote.
“En virtud de ello, he resuelto a partir de este día instruir, como Comandante General de la Fuerza Armada, a la institución la revisión de su interpretación de la historia a la luz de este reconocimiento histórico que hoy, en nombre del Estado salvadoreño y como Comandante General formulo”, agregó.

El Jefe de Estado también anunció medidas de reparación morales y materiales para las víctimas de la masacre. Esta decisión fue comunicada tras el inicio el pasado cinco de diciembre de un proceso de diálogo entre el Gobierno y los representantes de las víctimas.
Además, el mandatario llamó a fiscales y a los jueces de su país a que “revisen lo que tengan que revisar” para terminar con la impunidad en El Salvador, en clara referencia a la Ley de Amnistía aprobada días después de revelado el informe de la Comisión de la Verdad, en 1993.
“Por esa masacre, por las aberrantes violaciones de los derechos humanos y por los abusos perpetrados, en nombre del Estado salvadoreño pido perdón, por esa masacre y por las aberrantes violaciones de los derechos humanos y por los abusos perpetrados, en nombre del Estado salvadoreño, como Presidente de la República y Comandante General de la Fuerza Armada, pido perdón a las familias de las víctimas y a las comunidades vecinas”, dijo Funes en el acto conmemorativo.
Y continuó: “Pido perdón a las madres, padres, hijos, hijas, hermanos, hermanas que no saben hasta el día de hoy el paradero de sus seres queridos. Pido perdón al pueblo salvadoreño que fue víctima de este tipo de violencia atroz e inaceptable. Este pedido de perdón, que no pretende borrar el dolor, es un acto de reconocimiento y de dignificación de las víctimas de esta tragedia”.
Roberto Lorenzana, diputado de la Asamblea Legislativa y vocero del FMLN, aseguró en su blog que, para su partido, los Acuerdos de Paz representan el punto de partida de una nueva sociedad salvadoreña, “es la culminación de un período oscuro, la finalización de una dictadura militar, el inicio de un proceso democrático que sigue su curso, después de la firma de los Acuerdos de Paz”.
Destacó que el FMLN tardó 17 años para llegar a la Presidencia de la República, cuando triunfo con el presidenciable Mauricio Funes en marzo de 2009. “Lo hemos hecho por los métodos legales, utilizando los recursos que dan las Leyes y la Constitución de la República, hemos tenido paciencia para perseverar en un proceso de creciente acumulación de fuerza política, hasta llegar a este momento, dando continuidad al proceso democrático que se inició con los Acuerdos de Paz”, subrayó.
No obstante los logros que él y su partido identifican, reconoció que el déficit principal de los Acuerdos está vinculado al acuerdo económico social. Según manifestó, el principal déficit es la creación del Consejo Económico Social que se definió en los Acuerdos de Paz, ese instrumento establecía la posibilidad que el Estado, la empresa privada y los trabajadores construyeran Políticas que dieran seguimiento al proceso de democratización en el área económico social.
“Eso fue disuelto pronto y no permitió el avance de la democracia en el terreno económico social, si esa parte del Acuerdo de Paz se hubiera cumplido, no tuviéramos los niveles de violencia, de delincuencia, que ahora tenemos”, reclamó.
“Es la derecha que la izquierda necesita”, incluyó en su análisis Luis Alvarenga, parafraseando al economista Aquiles Montoya. “Y no tanto porque la derecha se haya despistado momentáneamente y sus miembros hayan reaccionado con las vísceras, sino porque lo único que tienen que ofrecer al país es el retorno a ese pasado simbolizado en los hechos de El Mozote, enfatizó.
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Ejército obedece en revisar su historia 

Miércoles, 18 Enero 2012

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SAN SALVADORLa Fuerza Armada de El Salvador no demoró en acatar la orden de su comandante en jefe, el presidente Mauricio Funes, de empezar la revisión de su historia y anunció este miércoles la conformación de una comisión encargada de dicho fin.
De acuerdo al ministro de Defensa, Gral. José Atilio Benítez, esta comisión será integrada oficiales de la fuerza armada, académicos y civiles.
De entrada se conocen dos de los nombres de sus futuros integrantes: el firmante de los Acuerdos de Paz y ex combatiente de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), Salvador Samayoa y el actual jefe del Organismo de Inteligencia del Estado (OIE), Ricardo Perdomo.
Estos elementos, junto a los que se divulgarán posteriormente, se encargarán de revisar las acciones de la Fuerza Armada durante el Conflicto Armado (1980-1992), muchas de las cuales se han mantenido en absoluto secreto.
El Gral. Benítez, en tono franco, determinó que la tarea de la comisión será la revisión de “las instrucciones que ha dado el señor presidente, que se haga su conclusión final, sus recomendaciones, y esas se le pasarán al señor presidente, y de acuerdo a lo que él determine, eso es lo que se va a ejecutar".
El pasado lunes, durante el acto que buscaba desagraviar a las víctimas de la masacre de El Mozote, el presidente Funes dijo en su discurso que “no podemos seguir enarbolando y presentando como héroes de la institución y del país a jefes militares que estuvieron vinculados a graves violaciones a los derechos humanos".
Esto, en alusión al Teniente Coronel Domingo Monterroza, quien es señalado por la Comisión de la Verdad como el encargado de ejecutar el operativo que acabó con la vida de alrededor de un millar de personas en El Mozote y otros ocho cantones aledaños al norte del departamento de Morazán, en un plan al estilo “tierra arrasada”, tal como Estados Unidos lo usaba en la guerra de Vietnam.
Hasta el día de hoy, la Tercera Brigada de Infantería situada en la ciudad de San Miguel, lleva el nombre del oficial al mando del antiguo Batallón Atlacatl.
La Comisión de la Verdad, que investigó crímenes de guerra denunciados a partir de la Firma de los Acuerdos de Paz, establece que casi el 90 por ciento de los hechos denunciados los cometió el ejército y el resto la guerrilla.
El anunció despertó la indignación de viejos personeros de la derecha y que estuvieron vinculados a la Fuerza Armada para la época del conflicto.
El coronel retirado Sigfredo Ochoa Pérez, sostuvo que las declaraciones del jefe de Estado no buscaban la concordia, sino la confrontación entre los salvadoreños, incitando así a “otra guerra”.
“¿Qué quiere presidente Funes? ¿Guerra de nuevo? Ya que su perorata y su falsa actuación a eso apunta. ¿Está dispuesto a pedir perdón por los horrendos crímenes de partido? No sea falso presidente, busque la concordia, no la discordia. Yo como soldado estoy listo para defender nuestra Patria, usted sencillamente, se irá para otra Patria.”, exclamó en tono desafiante Ochoa Pérez.
También exigió la renuncia del Gral. Benítez como ministro de Defensa, por presuntamente permitir el “atropello de Funes a nuestra gloriosa Fuerza Armada”.
Por otro lado, el comportamiento de la Fuerza Armada, ante los reclamos de alguno de sus antiguos miembros, podría expresar una nueva actitud de obediencia a la autoridad civil, representada en el presidente de la República.
El mismo presidente Funes otorgó en su discurso un voto de confianza al Ejército, antes de emitir su controvertida orden, declarando que a 20 años de los Acuerdos de Paz, la institución castrense era “diferente, democrática” y precisamente “obediente al poder civil”.
Con todo esto queda pendiente la actitud que el ejército tomara ante el pedido de extradición de España para varios antiguos militares poderosos en la década de los 80, los cuales son acusados de autorizar el asesinato de seis sacerdotes jesuitas en las instalaciones de la UCA, cinco de los cuales eran ciudadanos españoles.
Dicho caso, tratado hasta hoy con evasivas por elementos activos y retirados de la Fuerza Armada, constituye uno de los hechos que empañan la imagen de una de las instituciones más remozadas desde que se firmó el cese al fuego entre gobierno y guerrilla, el 16 de enero de 1992 en el Castillo de Chapultepec, México.
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Se revuelven militares sopechoso de masacres porque revisarán sus acciones en Conflicto Armado (1980-1992)

                    El coronel Ochoa Pérez hace declaraciones escritas y verbales, luciéndo su personalidad prepotente la cual es característica de personajes de su calaña, increpando al Presidente Funes con palabras amenazantes. Esto también para quienes dudan que en El Salvador hay una amenaza latente de un golpe de Estado, el que puede intentar darse en cualquier momento. No hay que olvidar que este militar que se dice retirado, fué separado de su cargo de Embajador en Honduras, por haber recibido una vergonzosa condecoración del gobierno golpista liderado por Roberto Michelletti. Ochoa Pérez como buen soldadito de oligarquia criolla de El Salvador , defendió el golpe de Estado contra el Presidente Manuel Zelaya y se mantuvo relacionado con dicho gobierno golpista , desobedeciendo órdenes superiores.

  Comentario de  P.Q.     

1 comentario :

  1. baya baya, don funes como que se fumo una marihuana, porque ya llamo al soldadito de nuevo y va de confianza,

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