En ese contexto, Duarte demanda que se haga justicia y exige al nuevo gobierno que su caso no quede en la impunidad, porque el responsable de haberle pegado el disparo fue identificado.
“El que me disparó fue identificado e incluso uno de los compañeros de él testificó en su contra. Tengo entendido que estuvo unos días detenido, ahí anda en libertad”, expresó José Duarte, quien se dedica a labores de la albañilería.
Narró a defensoresenlinea.com que el 29 de abril de 2019 él se movió a eso de las 8:00 de la mañana a la colonia San Ángel a realizar un trabajo y a su regreso a eso de la 1:00 de la tarde el taxi lo dejó en las cercanías de la antigua Penitenciaría Central (PC), debido a que en el centro se realizaba una manifestación en favor de la salud y educación pública.
Caminó por la zona del arbolito lugar donde fue abordado por periodista, donde dio declaraciones en contra de lo que estaba haciendo el régimen de Juan Orlando Hernández en esos días, donde quería privatizar la educación y la salud.
“En el trayecto que di las declaraciones al portón de las Clínicas Viera me quedé unos cinco minutos ayudándole a una gente que les habían tirado unas bombas lacrimógenas debajo de un bus y en eso me di vuelta y de repente recibí el disparo”, narró Duarte quien no esconde el dolor que aún siente en la parte superior del tórax del lado derecho, lugar donde tiene alojado el proyectil que recibió.
Añadió que una vez que recibió el balazo no recuerda nada, “creo que perdí el conocimiento cuando me llevaban en la ambulancia y volví en si cuando me estaban abriendo aquí en el costado para meterme una manguera para drenarme la sangre, es ahí donde me doy cuenta que estoy dentro de un centro hospitalario”.
Don José es una persona cristiana y “nunca pensé en morirme, creo en Dios y en ningún momento se me vino a la mente morirme”.
Añadió que “siempre ando cuidándome de la persona que me hizo esto porque solo estuvo preso como dos días y salió, y uno no sabe con qué persona se topó y va a querer a venirme a hacer daño”.
Desde los años 80 José Duarte se ha involucrado en la lucha social por las injusticia que se han cometido contra el pueblo y además desde el primer día del golpe de estado de 2009 ha estado en resistencia.
“Desde esos tiempos yo he venido apoyando manifestaciones del Cofadeh (Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras), nunca creyendo que iba a necesitar de ellos, nunca pensé que me iban a pegar un tiro, nunca pensé que iba a estar una semana interno”, expresó José Duarte.
Cuenta que mientras permaneció interno en el hospital una defensora de los derechos humanos se le acercó para que diera su testimonio, pero él se negó, a lo que ella respondió que los agentes de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) que lo estaban cuidando lo estaban haciendo porque lo investigarían por lavado de activos y narcotráfico.
Eso lo sorprendió porque él nunca ha estado preso, nunca ha violentado las leyes, pero porque se estaba en un gobierno que acusaba al que se manifestaba en su contra, la duda de que fuera verdad le entró en su mente.
“Imagínese a mi queriéndome acusar de lavado de activos y de narcotraficantes sin tener un trabajo y ese día andaba ganándome 400 lempiras, cosas injustas”, manifestó.
Añadió que “gracias a Dios Cofadeh estuvo presente y les preguntaron a los de la ATIC si había alguna orden de captura y de que me estaban acusando, y ellos dijeron que no sabían, y gracias a Dios que no pasó a más”.
Desde que fue víctima del balazo, José Duarte ahora tiene dificultades para realizar sus labores, ya que la bala que tiene incrustada en la parte superior del tórax, no le permite realizar su trabajo, lo que dificulta que pueda llevar el sustento a sus familia.
En estos tres años, señala, si ha trabajado seis meses ha sido mucho, porque el lado donde tiene el proyectil se le inflama y no lo deja trabajar.
“Después del tiro ha sido difícil porque me ha dejado como lisiado para trabajar e incluso en estos tres años he estado tres veces interno por la misma causa. El año pasado, en octubre, me internaron en el hospital El Carmen porque se me inflamó la parte del tiro. He estado que no puedo trabajar porque lueguito estoy inflamado. Han sido duro estos tres años, han sido muy difícil”, narró a defensoresenlinea.com. “Tengo clientes que les trabajo un día, dos días y así he estado pasando; difícil, porque a veces sin suplir algunas cosas que uno necesita y eso me ha ocasionado bastantes problemas, porque yo antes estaba bien y hoy en día no soy el mismo”.
Luego del incidente, don José ha quedado con miedo “e incluso aquí en Cofadeh me estuvieron dando atención psicológica algunos días, porque caí en una depresión porque estuve unos días acordándome de lo que me pasó y todo lo que me había provocado al quedarme sin trabajo, al no tener fuerza para trabajar, entonces todo eso me trajo a una depresión y por eso me internaron un día y luego me tuvieron con una psicóloga aquí mismo en Cofadeh”.
Asimismo mencionó que “en los días que me pasó esto recibí mucha ayuda de personas, y de Cofadeh me han apoyado, incluso me compraron una máquina para respirar, es una máquina manual que cuando yo me siento que me estoy quedando sin aire con ello succiono aire hacia dentro y así me ayuda, y me ha ayudado también con lo del juicio y han estado pendiente de mi”.
José Duarte espera que con el nuevo Gobierno que asumió la administración del país el pasado 27 de enero, se haga justicia, que su caso no vaya a sumar a las estadísticas de la impunidad.
“Tal vez ahora con el cambio del Gobierno las cosas se agilicen más para que haya justicia, porque es difícil andar y estarse escondiendo, porque uno no sabe el tipo de persona que hizo esto, entonces uno tiene que andarse escondiendo”.
Agregó que “ya son tres años, y según nos dijeron en el Ministerio Público porque ellos se pusieron un poco más las pilas, es que esto se ha investigado, de lo contrario ahí estuviera parado el caso”.
El año pasado se realizó la primera audiencia y según le han informado las abogadas del Cofadeh, organización que le lleva la representación legal, y los fiscales, “las cosas van caminando bien hasta ahorita”.
Confesó que tiene paciencia para que se haga justicia y que no tiene remordimiento y odio contra la persona que le hizo el daño, pero es de los que cree “que si hay justicia él tiene que pagar lo que hizo, porque si no paga lo que hizo él lo puede seguir haciendo con cualquier otra persona, si a mi no me mató otra puede morir”.
Es consciente que hay miles de casos estancados y que hay prioridades en algunos casos, solo espera que la nueva Corte Suprema que venga sea diferente, que traten de agilizar la justicia.
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