El presidente Kennedy firmó la proclama el 3 de febrero de 1962. Un dia antes de entrar en vigor el embargo, el 7 de febrero de ese año, que prohibía la venta de productos cubanos en EEUU, le pidió a su Consejero de Prensa, Pierre Salinger, que le comprara 1,000 puritos cubanos U. Upmann, sus preferidos. Así lo reveló Salinger a «Cigar Aficionado» en 1992. (Foto Cecil Stougton-Cortesía Biblioteca J.F. Kennedy-Boston).
El embargo, o bloqueo como le llaman en Cuba, no ha servido para derrocar al régimen comunista cubano y solo es usado por los dirigentes de la isla como un buen pretexto para justificar la ausencia de alimentos básicos en los mercados, una inflación asfixiante de casi un 70 por ciento y una ineficiente política económica, donde no existen las empresas privadas.
Lo está sufriendo el cubano de pie que tiene que levantarse a las cuatro de la mañana para hacer cola en el mercado del barrio. Y que, después de varias horas de espera, al llegar su turno para comprar algo de arroz y frijoles, encuentra que se han agotado las pocas existencias que llegaron ese día.
Y encima, ya no recibe las remesas que le enviaban los familiares en Miami que, además, ya no pueden visitarlo. Ni puede ir al puerto con su bicicleta-movil porque ya no llegan cruceros con turistas como antes. Todo por el embargo.
El salario mínimo de los cubanos es de 2,100 pesos (unos 87 dólares) al mes. Y la economía solo subió el año pasado un 2 por ciento, por debajo del 6 por ciento programado por el gobierno.
El expresidente Barak Obama abrió las puertas para mejorar las relaciones entre los dos países, hasta con un inesperado viaje, con su familia, a la isla. Pero Donald Trump dio un portazo. Y el actual presidente, Joe Biden, ha endurecido las sanciones y hasta ha aprobado unas nuevas.
El presidente Barak Obama visitó Cuba en marzo de 2016. A su llegada a la Habana con la Primera Dama, Michelle Obama y sus hijas Malia y Sasha. (Foto cortesía Casa Blanca).
Una tanda de documentos secretos del entonces gobierno han sido “desclasificados” y dados a conocer por el Archivo Nacional de Seguridad, adscrito a la Universidad George Washington. En uno de ellos, Lester D. Mallory, ex Secretario Adjunto de Estado, enumera en un memo confidencial de abril de 1960 los objetivos de un embargo comercial contra Cuba: “Toda clase de medidas deberían tomarse para debilitar la economía cubana, provocar hambre, desesperación y derrocar al gobierno”.
Sesenta años después, todos esos objetivos se han cumplido, menos el derrocamiento de la dictadura castrista, que lleva en el poder más de seis décadas. Es decir, el más afectado ha sido el cubano de pie. Los fidelistas o los raulistas por el hermanísimo Raúl Castro, siguen gobernando a trompicones, aunque el gran líder ya no está.
El embargo se ha convertido ya en un asunto moral y de reprobación mundial. Por 29 años consecutivos la Asamblea General de las Naciones Unidas lo ha denunciado por 184 votos y solo dos en contra (Estados Unidos e Israel). Y en las encuestas de opinión a nivel global, un 57 por ciento pide que termine y un 29 lo apoyan.
He vivido más de 15 años en Miami, como periodista, y he percibido la gran influencia decisiva que tiene el voto de los exiliados cubanos del sur de Florida (los de mayor edad, no los jóvenes) en las decisiones que se tomen en Washington sobre el embargo. Ningún partido que gobierne se atrevería a perder esos votos de los ya cubanos-americanos.
“Por seguir con el embargo, el gobierno de Joe Biden ha permitido que una minoría de viejos exiliados cubanos de Miami decidan las directrices de política exterior de todo un país”, escribe el diario británico “The Guardian”, quien alega que ya es hora de acabar con el embargo.
En su campaña electoral de 2020, Biden prometió (promesa que no ha cumplido) anular las medidas de Trump “que han causado mucho daño al pueblo cubano y no han hecho nada por avanzar la democracia y los derechos humanos”.
Según un informe de las Naciones Unidas, el embargo norteaméricano a
Cuba ha causado unos 130 mil millones de dólares en daños, incluyendo
las multas a bancos y multinacionales que han tratado de violar el
embargo. Este informe alega que el embargo no solo afecta un ámbito
local (por Cuba), pero también al sistema multilateral, por amenazar de
sanciones a las empresas que intenten invertir en la isla.
El diario madrileño “El País” lo dice muy en claro cuando califica el embargo contra Cuba como “seguramente, la medida punitiva mas larga de la historia moderna”.
La revista económica americana “Forbes” describe el embargo en tres palabras: “Desfasado, hipócrita y contraproducente”.
https://proceso.hn/eeuu-cuba-el-embargo-comercial-a-la-isla-cumple-60-anos-y-ya-es-tiempo-de-anularlo/
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