9 Octubre,2019 / Redacción ConfidencialHN
El excongresista Juan Antonio Tony Hernández confesó a agentes de la
DEA sobre cómo operaban los cárteles de la droga en Honduras, el
aterrizaje de narcoavionetas, el trasiego de estupefacientes en
recipientes inusuales a fin de ser ingresados a EE.UU. durante varios
años hasta que algunos capos fueron arrestados y extraditados hacia ese
país.
En las investigaciones que realizó Radio Globo y ConfidencialHN
durante varios años fueron refrendados por el excongresista que afronta
juicio ante un tribunal federal de Nueva York, por lo que se reafirman
los nexos entre la clase política y la delincuencia organizada.
En el extenso relato, el detenido asegura que recibió dos pistolas
Glock, un reloj y una yegua de uno de los capos de la droga, quiénes
estarían involucrados en el negocio del trasiego de estupefacientes
hacia EE.UU., la participación de algunos alcaldes en la delincuencia
organizada y sus intentos de esquivar los señalamientos hechos por la
DEA, ante el tribunal federal de Nueva York al sostener que nunca tuvo
relación a pesar de que sus entrevistadores lo desafiaron a que
observara las evidencias que penden en su contra.
Afirmó conocer a los hermanos Valle Valle, Héctor Velásquez Torres, Toño Frontera,
a quien le imputan de conspirar para matar al exembajador James Nealon y
que fue el intermediario para ofrecerle mucho dinero y un helicóptero a
cambio de convertirlo en diputado por Lempira junto a su propietario
Samuel Reyes.
De acuerdo al interrogatorio, Hernández aseguró que su hermano Juan
Orlando «lo mandaría preso» si supiera que está comprometido con los
cárteles y afirmó que los encuentros con los señalados ocurrieron en uno
de los negocios de su familia y de los cuales era el administrador.
El acusado, quien acudió en octubre de 2016 a EE.UU. para,
supuestamente entrevistarse con funcionarios de aquel país y desvirtuar
las acusaciones en su contra, dijo que conoció personalmente a Vïctor
Hugo Díaz Morales, el Rojo, y se «enteró» de cómo operaba el
negocio de la droga y cómo algunos de sus compañeros de la infancia
perdieron la vida al involucrarse en el tráfico de estupefacientes.
Aunque el defensor de Tony Michael Teinn alegó ante un juez federal
que su cliente había sido interrogado sin la presencia de un abogado
-Manuel Retureta- y que los agentes lo habrían «conminado» a proseguir
con el diálogo, en la entrevista se detalla de que el imputado conoció a
el Rojo a través de Carlos Mauricio Toledo, conocido por el mote de
Manny, quien a su vez trabajó con Héctor Emilio Fernández Rosa, don H;
ambos están privados de libertad en EE.UU.
Dijo que Manny vívió en su casa y que en más de una ocasión le dio
dinero para que solventara problemas económicos y que solía ir a
«trabajar» a San Pedro Sula y con el paso de los días solía traer
güisqui, ropa y mucho dinero, cuando se «percató» de que era un
colaborador del narcotráfico.
El capo Diaz Morales, señala el relato, llegó a Gracias a instalar un
negocio y luego se fue de ese lugar porque le había ido mal. Con el
tiempo, regresó a reclutar gente y «con él inclusive tuvimos una buena
amistad», según dijo Tony. De hecho, al trasluz de la confesión,
Hernández admitió de manera tácita que congenió con el Rojo porque «no
le pedía dinero» y los encuentros se realizaban en una vivienda de San
Pedro Sula.
Afirmó que el Rojo fue quien «pretendió» meterlo al narcotráfico y
que «jamás le recibió dinero» porque sería volverse «recluta» de ellos y
que lo conoció a través del congresista Juan Carlos Valenzuela y que
ellos fueron compañeros de escuela y «hasta montaban toros». «El Rojo me
ofreció trabajar con él…(la droga) la pasaban por Guatemala. Ellos, con
sus tragos, se les salían las cosas».
Recordó que Mario José Cubeta Cálix Hernández también estaba
involucrado con el crimen, por lo que era otro de los operadores del
cártel que había operado en la zona occidental de Honduras; le propuso
«ser parte» de la estructura y que aprendiera a «pasar drogas en
pajilla».
«Era una (buena) persona, pues que ayudaba a bastante gente pero
también tenía un carácter bien fuerte. Y él me decía: ‘Me gusta de vos
que no pedís’… cuando empezaban a hablar de ciertas cosas, ‘mientras
menos sepa, más voy a vivir. Y la realidad es que no quiero interesarme
en los temas que ustedes están hablando’, y seguimos la relación. Y
después también estaba involucrado este muchacho, Mario José Cálix»,
rememoró.
Respecto a Cubeta –quien se entregó a la justicia de EE.UU.- confesó
que estuvo involucrado en el robo de vehículos, tanto él como su padre y
un hermano y que es uno de los pocos sobrevivientes del cártel de el
Rojo ya que los otros fueron ultimados mientras traficaban drogas. Contó
que Cálix mantuvo una buena relación con el Rojo,»cuando ellos se
empezaron a pelear con don H. Hasta donde sé, también como que ellos participaron en varias limpiezas (asesinatos de contrarios) que hacían ellos».
Aunque uno de los interrogadores le advirtió que le presentaría
pruebas sobre su participación en el trasiego de drogas, en su papel de
conspirador, Tony negó formar parte de estructuras mafiosas y rechazó
que los paquetes de cocaína con la leyenda TH (iniciales de su nombre y
apellido) fueran de su propiedad. «¿Cómo voy a poner las propias
iniciales de uno en algo tan delicado? ¿Por qué pondría yo (el
logotipo), si fuera poco inteligente de poner mis iniciales en algo
así?», dijo Hernández y aseguró que los capos «no se vinieron alegres
con el presidente».
Los miembros del clan presidencial, sostuvo, «pasan con miedo» porque
«en cualquier momento alguien de la familia va a pagar por lo que hizo
el gobernante al mandarlos acá (a EE.UU.)» y que su hermano había
emprendido una cacería brutal contra las organizaciones delincuenciales
ya que en el país se había disparado la violencia producto del trasiego
de drogas.
Contó que los narcos lo acusaban de tener unas caletas
(compartimientos falsos) en unos camiones en Santa Bárbara e insistió
que en ningún momento había colocado la marca TH en los cargamentos de
droga que fueron confiscados por la DEA. «Ese señor (el Rojo) confundió
la amistad, él estaba tomando porque ellos no son amigos de nadie.
Carlitos (Toledo) me quedó viendo y me quiso decir ‘pensalo y hoy (das
la respuesta)», expuso.
Aseguró que el flagelo «es un problema de los dos partidos (Liberal y
Nacional)» y que durante el gobierno de Manuel Zelaya no pudo saber
sobre el alcance que podría tener el narcotráfico en las altas esferas
porque no tuvo acceso a los altos funcionarios de la época para conocer
el tema y que él era un «simple mortal… Pasaba desapercibido, tranquilo.
Sólo era el hermano de Juan Orlando, porque él era el diputado en ese
momento».
A sabiendas de que podría recibir otra acusación penal por pretender
despistar a sus entrevistadores, Tony siguió con un juego de palabras
para ocultar cualquier sospecha, entre ellas, decir que nunca tuvo
ganancias en su presunta participación como conspirador y que los
recursos que están consignados a su cuenta de ahorros proviene de la
administración de los negocios familiares.
Uno de los agentes que lo entrevistó en la primera ocasión supo que
el detenido le mintió al afirmar que jamás conoció a los Cachiros y que
tampoco recibió dinero de los hermanos Devis Leonel y Javier Eriberto
Rivera Maradiaga. No obstante, se comprometió con ellos a averiguar del
porqué no se les pagaba un dinero producto de la construcción y, por
casualidad, se «enteró» de que ambos eran transportistas de drogas.
Recordó que los dos cabecillas de la agrupación criminal eran
perseguidos por EE.UU. y por el gobierno hondureño ya que «estaban en el
ojo del huracán», porque su hermano «no les pagó» por los servicios que
prestaron a través de empresas de construcciones civiles. «El
presidente Hernández dijo que no les iba a pagar a esas empresas por
estar en el ojo del huracán».
Acerca de su relación con Toño Frontera, dijo que le advirtió que
«terminaría en problemas como los demás», aunque su interlocutor le
decía que si quería dinero, le podía traer en grandes cantidades y
llegaba a una suerte de finca que le heredó su padre para entablar
pláticas a fin de acercarlo a otros señores de la droga (hermanos Valle
Valle) y darle muchos recursos económicos.
Uno de esos días, según la confesión, llegó Velásquez Torres y tuvo
un cruce de palabras; le aseguró que «alguien los está pajeando
(engañando)… A los señores se los van a llevar. Si hay alguien de la
Policía que les está dando mentiras díganles que es falso». «Nadie va a
detener eso. A esos señores se los van a llevar. ‘Sí, pero el trato’, me
dice, ‘es que no se los lleven’. ‘Bueno, yo no sé quién hizo el trato
porque con Juan no se ha hecho y usted sabe cómo es Juan’. ‘Pero mire
Tony, ayudémosles…’, ‘si hay alguien de la Policía que les está
diciendo’ digo que ‘se los van a llevar’. Ellos sí me mandaron a ofrecer
directamente dinero para y con (Julián) Pacheco nunca tuve acceso a
poder preguntarle algo».
Uno de los métodos que usaban los cárteles para movilizar la droga,
recordó Hernández, era a través de fuertes cargamentos de reses, cuyas
heces suelen distraer a los perros antidroga y «se supone que la están
pasando, han encontrado varias caletas de donde va el ganado» y uno de
los supuestos transportistas fue identificado por el apellido Pinto.
Aseguró que jamás trabajó con los hermanos Valle Valle porque, «al
único que mandaban era a Toño Frontera con pisto y un teléfono para
hablar con ellos y hablé con él una vez y me dijo que me ofrecía
helicópteros, que estaba apoyando a diputados del Partido Liberal y lo
que quería era tener gente en el Congreso para poder manejar el tema de
las extradiciones».
Hubo muchos ofrecimientos de dinero para alcaldes, incluyendo uno de
Gracias, candidatos a diputados por los jefes de los cárteles, hasta le
advirtieron que «no te estés llevando con determinada persona… se llama
WM. El hermano de él estaba teniendo problemas».
«Mirá, me dice, ‘que esa gente se lleva con Moncho Matta
(Waldurraga)’, me dice, ‘y te están teniendo una trampa, te están
tendiendo una trampa, para que te metan a un lío’. ‘No, mire, le voy a
decir: lo único que hace es ejecutarme el proyecto de carreteras. Que él
ande en otras cosas o no… de W me han dicho muchas cosas’, le digo.
‘Pero él viaja a Estados Unidos a cada rato. Él trabaja con medio mundo,
siempre y cuando yo no sepa cuáles son los negocios secundarios… a mí
lo que me interesa es que desarrolle las carreteras. Si anda en
licitación pues yo dejo los fondos en… en Finanzas y que me arreglen la
carretera”. «(Con) Este señor (Fredy) Nájera, Moncho Matta me mandó a
decir con un amigo que yo les había aceptado dinero a los Cachiros,
perdón, a los Valle y que ya me tenían en la bolsa. Con el hermano de
Marlon, que era mi compañero de bufete. ‘Tony, vení y decíme, ¿es cierto
que vos ya le aceptaste dinero a esta gente?» (sic.).
«¿Quién dice? le digo. ‘No, a mí me dijeron donde Moncho Matta’.
Porque Moncho Matta en Tegucigalpa andaba por donde fuera. Y él decía
que no tenía ningún problema –hasta que los tuvo y se vino a presentar o
no sé si lo capturaron. Y algunos bienes se le entregaron nuevamente
que se le habían incautado allá en Honduras, pero el resto quedaron
incautados. Y cuando él me mandó a decir eso… ese mismo día estábamos
bebiendo y le dije: ‘Decíle que nos miremos en algún lado y que nos
volemos la madre. Vos andás con cincuenta personas y yo con seis
muchachos’ pero yo le digo: ‘¿Por qué anda diciendo eso de mí?’».
«A los dos días mi hermano me llamó y me dijo por qué tenía, que
andar diciendo cosas a ese señor (Matta); que iba a terminar muerto o
comprometiendo a la gente que andaba conmigo. Y total, gracias a Dios,
nunca me pude encontrar con ese muchacho. Pero bueno, no le hubiera
dicho nada, era porque estaba con mis tragos, pero sí, él…él siguió
trabajando todo el tiempo después de muerto su papá y tenía una relación
con W.», relató.
En el testimonio de 56 páginas que fue facilitado por el tribunal
federal de Nueva York, Tony afirma de que uno de los miembros del cártel
AA, Hugo Ardón, iba a comprar a EE.UU. maquinaria pesada a pesar de
tener un sueldo de funcionario; admitió que los dos hermanos estaban
involucrados en el narcotráfico.
A lo largo de la confesión, que busca desestimar el defensor Michael
Teinn, Tony es consciente de que su futuro legal está comprometido, en
otras palabras, su estancia en la cárcel será larga por las pruebas que
pesan en su contra.
Al respecto, el defensor dijo en su escrito presentado ante la corte
neoyorquina que se anule la entrevista porque no estuvo apegada a
derecho. «El 23 de noviembre (de 2018), después de la detención de
Hernández…el vídeo refleja que Tony de manera clara e inequívoca pidió
hablar con su abogado Retureta. En este punto (si no es antes), los
agentes debieron detener el interrogatorio. Pero avanzaron, diciéndole a
Hernández. que no pudieron ponerse en contacto con Retureta y le
aconsejaron que incluso si Retureta fuera suya abogado ‘hoy’, no era su
defensor ‘ahora’».
«Ni siquiera pudieron pedirle a Hernández que renunciara a la
presencia de Retureta, solo el abogado podría dimitir a ello. Y
constitucionalmente, una vez que Hernández pidió a los agentes que
llamaran…pudieron arrestarlo legalmente, pero persuadir para que
prestará su cooperación, tuvo que esperar a un abogado. No hay una
manera justa de ver este interrogatorio bajo custodia como algo que no
sea de los agentes. participar en el interrogatorio sustantivo de una
parte representada, que sabían que era representado, en el mismo asunto,
y por lo tanto haciendo una carrera final alrededor de su abogado. La
declaración posterior al arresto debe ser suprimida», solicitó.
En mayo anterior, este periódico reveló que las alianzas mafiosas entre el Rojo con Tony y
un selecto club de personas logró ampliar su red de negocios durante
sus años de bonanza en Honduras; pudo cooptar -y neutralizar- a cuanto
sujeto peligroso atentara contra sus intereses y, por tanto, abundaban
los regalos, dinero y cuanto estuviera a su alcance.
Entre los regalos que dio el Rojo están costosos relojes Rolex, toros
de raza brahman, armas de fuego, carros de lujo y motocicletas, para lo
cual utilizó testaferros o terceras personas que llegaron a formar
parte de la estructura.
Durante esta época, el narcotraficante extraditado a EE.UU. supo
congraciar a sus aliados, destruir a sus enemigos y protegerse bajo el
amparo estatal, por lo que tuvo a Tony como la línea directa al
propio titular del Ejecutivo para sus propios intereses. De hecho, Díaz
Morales supo cortejar a su aliado con un reloj, un caballo y un
vehículo, entre otros obsequios, de acuerdo a las investigaciones
efectuadas.
En esta época dorada, Tony Hernández, el exsecretario de Defensa
Samuel Reyes, el nacionalista Wilson Pineda, el funcionario judicial
Mario Sales Alvarenga, el actual presidente de la Corte Suprema de
Justicia Rolando Argueta, obtuvieron muchísimos beneficios por ser los
operadores políticos del narcotráfico, en especial, por servir con
lealtad a el Rojo.
En el caso de Reyes, posee una amplísima casa de campo, ubicada a
inmediaciones del aeródromo de Gracias; en ese lugar, se llevó a cabo
una reunión entre el exfuncionario, Tony y Héctor Velásquez Torres, más
conocido como Toño Frontera, en la cual este miembro del cártel de los Valle Valle, dio a Hernández una fuerte suma de dinero.
Esta práctica se volvió común entre Toño y Tony
pues se reunieron en varios locales comerciales de Gracias como el
Jardín Café y una gasolinera que opera en las cercanías del hospital
Juan Manuel Gálvez. En uno de las reuniones, el excongresista recibió a
través del emisario del exjefe narco Luis Valle Valle José Antonio
Madrid o Chepe Galeas unos 50 mil dólares y tiempo después le entregó un
paquete en el cual iban más de 250 mil dólares.
https://youtu.be/m4MB-Lzozkc
https://confidencialhn.com/tony-confirmo-en-testimonio-a-la-dea-las-investigaciones-de-globo-y-confidencialhn-por-nexos-con-narcos/
miércoles, 9 de octubre de 2019
Honduras: Tony confirmó en testimonio a la DEA las investigaciones de Radio Globo y ConfidencialHN por nexos con narcos // Video: Tony Hernandez In Honduras Trial Showing Chapo $1M To Prez Juan Orlando Who Replies to ICP: By Matthew Russell Lee, Patreon, Thread
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