La lucha
de Berta Cáceres no era improvisada, era una mujer formada en
la lucha social, desde muy jóven. Además de ser hija de una mujer que
encerraba grandes cualidades, su defensoría social, participación
política y su compromiso comunitario, dio pie para que Autra Berta
transmitiera a su hija mucha de esa esencia de luchadora social.Berta
Cáceres alcanzó aglutinar su pensamiento en una organización que
ha trascendido a otros pueblos indígenas de HONDURAS.
A finales de los
90' Berta y Salvador Zúniga, en aquél entonces su esposo, encabezaron
varias protestas hacia la capital, en momentos políticos oscuros,
heredados de la violencia, generados desde la doctrina de Seguridad
Nacional, en los 80'. Derribar en aquél entonces, la estatua de
Cristóbal Colón, era un tremendo grito directo al tímpano, de las élites
religiosas, empresariales, militares y de gobierno.
El COPINH estaba en
la ciudad, se sentía. Aunque por sus características físicas, parecían
ser débiles, sus acciones eran fuertes, bravas, como señores de las
montañas, peleando lo suyo. Muy jóvenes aún, Berta y Salvador, tenían
más que claro todo lo que buscaban, estaban cansados del olvido al que
sometan a su pueblo y articulaban en esas luchas a los otros pueblos,
incluyendo al Garífuna.
Berta era una guerrera, cada vez que hablaba su
mensaje era directo, vanguardista, adelantado a su tiempo. Sabía muy
bien definir a los opresores, eran radiografías perfectas de la tiranía
que ya empezaba a poner ojos en los territorios con más riquezas en el
país.Paso a paso, su fuerza y liderazgo fue extendiéndose, para
muchos se convirtió en la líderesa que aglutinaba las causas y objetivos
de los sectores populares en Honduras. Berta era la voz que denunciaba,
la que advertía de los peligros que se originaban en el extractivismo e
hidroeléctricas, en los cultivos transgénicos y uso de pesticidas.
Pero
su mensaje no era local, su mensaje era continental, su visión le
permitía definir los peligros bajo las amenazas geopoliticas. Berta
Sabía de qué hablaba cuando advertía de la intromisión de Estados Unidos
en la política nacional, Berta sabía hace más de 20 años, para dónde se
encaminaba todo en cuanto a amenazas para los pueblos latinoamericanos.
Y en esos últimos años que le tocó enfrentar la criminalización
dirigida desde el sistema de justicia en Honduras, Berta dejó bien
escrito y grabado en la consciencia colectiva que Honduras estaba siendo
entregada a fuerzas y élites externas, señaló a Juan Orlando Hernández
de ser el responsable de la persecución y muerte de los líderes sociales
y defensores del ambiente. Muchas amenazas llegaron a Berta y no
olvidamos las voces de las cúpulas eclesiales y empresariales,
tildándola de loca y pecadora, enemiga del "desarrollo".
Berta era un
amenaza para ellos, era el contraste perfecto que no dejan a avanzar las
máquinas, era la frustración que se llenaba de impotencia en los puños
pintados de dólares de los poderosos. Berta callaba fuerte, como río
embravecido arrasando en tempestad, por ello se reunieron, pues ya no
podían llevarla a la cárcel.
Algunos llegaron desde afuera, se sentaron
en la casa de uno de los verdugos y diseñaron la trama para acabarla,
para dar el toque final a la lucha indígena contra la entrega de los
recursos de este pueblo.
Ellos no podían disparar, pues sus rostros eran
los de las revistas sociales, lo hicieron como siempre lo hacen, desde
la oscuridad, desde ahí, dieron la orden. Una vez que todo parecía estar
bien planeado, llamaron a sus asesinos y dispararon.
Fue un día
triste, fue un día gris en la historia de Honduras, un día de llanto e
indignación y de muchas caras falsas que llegaron hasta su féretro, tal
vez a comprobar que todo se había cumplido.
Y le inventaron historias,
pero no lograr desprestigiar su imagen. Y aunque aún ellos, no van a la
cárcel, la historia de Berta seguirá calando en cada región donde se
pretende matar a un indígena o donde se busca secuestrar los recursos.
Fuente facebook de Gilda Silvestrucci Rivera,periodista y directora del Programa En La Plaza, transmite en Radio Globo, Honduras de 8 a 9 Am. Lunes a Viernes.
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