Danlí, El Paraíso.- En Honduras es importante el que manda a matar y no el comunicador que denuncia la corrupción, a ése lo matan, Mario Argeñal.
A cinco años de la búsqueda de justicia
por el asesinato del comunicador social, Juan Carlos Argeñal, ha sido un
tiempo terrible, peor aún en una dictadura, declaró Mario Argeñal, su
hermano.
Con su asesinato, se perdió a un
hermano, un padre, un amigo, un compañero, y hay una madre llorando la
ausencia de un hijo que, con valentía por amor a su pueblo, denunció la
corrupción en el hospital de “Gabriela Alvarado” y en la alcaldía
municipal de Danlí, ciudad principal del departamento de El Paraíso.
Mario, dirigente magisterial, social y político en el oriente de
Honduras, lamentó que, en un país donde persiste el Estado que
militariza a la sociedad, pero que no le ha interesado arrestar a los
responsables de crímenes de alto impacto como el ocurrido contra su
hermano, la tarde del sábado 07 de diciembre del 2013.
Persiste el diseño de acallar voces de
los que denuncian la corrupción, persiste el diseño de meterle miedo a
la sociedad hondureña para que no se atreva a luchar contra la
corrupción, persiste el diseño de mentiras, persiste el diseño de tener
inmovilizado al pueblo hondureño, por que cuando no se hace justicia, se
inmoviliza para llevar a la derrota.
La familia Argeñal se siente derrotada
con el asesinato de Juan Carlos, una derrota, pero que no los ha
inmovilizado, ya que han hecho uso de todos los espacios para seguir
denunciando en estos 60 meses con esa ausencia que les llevó también la
sonrisa.
Según informe de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), del año 2015, establece la
obligación de los Estados para proteger la vida de los y las defensoras
de derechos humanos. Sin embargo “este Estado que no pudo proteger la
vida de Juan Carlos, hoy tampoco hace justicia” por el crimen, detalló
Mario.
En el 2015 se creó la Ley de Protección
para Defensores/as de Derechos Humanos, Periodistas, Comunicadores
Sociales y Operadores de Justicia, con ella un Mecanismo de Protección y
una Fiscalía Especial para este grupo, sin embargo continúan los
asesinatos, hostigamiento, persecución y criminalización contra quienes
denuncian actos de corrupción, el más reciente fue contra el periodista
Jairo López, el 10 de noviembre en Choluteca, actualmente goza de
medidas diferentes a la prisión.
Es diversos eventos, lugares y
reuniones, el profesor Mario, ha destacado que para la búsqueda de
verdad y justicia ha contado con el acompañamiento del Comité de
Familiares de Detenidos
Desaparecidos en Honduras (COFADEH), que
coordina Berta Oliva, y con una persona que es una institución por si
misma, Carlos H. Reyes.
Años atrás, lograron una reunión con el
Secretario de Seguridad, Arturo Corrales Álvarez, se nos informó lo que
ya sabíamos, que detrás del crimen habían fuerzas políticas
importantes. Jefes policiales de la zona nos han informado lo mismo, que
hay personas importantes.
“Por que, aquí es importante la persona
que manda a matar, es importante el que tiene un cargo dentro del Estado
y que debe garantizar justicia, ése es el importante, no el comunicador
social que denunció la corrupción de más de 50 millones de lempiras en
el hospital.
Que denunció que una ambulancia que
nunca llegó al hospital, gastó millón y medio de lempiras en
combustible, ese dinero si lo gastaron. Por eso asesinaron a Juan Carlos
Argeñal.
Le apostamos a no olvidar, que Juan
Carlos no se nos olvide, que el pueblo le apueste a la causa de Juan
Carlos que es nuestra causa y la causa del COFADEH.
Cómo es costumbre, la familia Argeñal realiza acciones de calle en esta fecha, ya sea una toma de carrera, caminata o plantón frente al hospital “Gabriela Alvarado” que también lo llaman “el monumento a la corrupción”, pero este aniversario es diferente por la represiones que pueden atentar con ellos y ellas.
El ambiente está espeso, denunció Mario, a quién, según sus declaraciones, se le responsabiliza de estar involucrado con acciones de justicia del director de esa institución política (Partido Nacional).
Que son las denuncias de Mario, las denuncias de COFADEH impulsadas por Mario, las denuncias de PEN (organización internacional de Libertad de Expresión) impulsadas por Mario las que provocaron las presiones al gobernante de turno, Juan Hernández, a entregar a implicados por el caso “Pandora”, investigado por la Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (MACCIH), en el que se implica a varios líderes políticos y diputados en actos de corrupción.
Tenemos por nuestra seguridad, por las acciones o lo que le pueda suceder a ese hombre que por años ha estado al frente del Partido Nacional en El Paraíso, agregó.
Frente a un régimen que militariza a la sociedad, que impulsa violaciones a los derechos humanos, que no enjuicia a ninguno que comete delito, para la familia Argeñal es una utopía encontrar justicia, pero eso no les impedirá seguir seguir en esta exigencia.
“La muerte de Juan Carlos no fue por su familia, no fue por la sociedad hondureña, fue por el pueblo que pretende acceder a salud, a servicios médicos gratuitos. No alzó su voz por él, la alzó por todos, y como familia tenemos la obligación de seguir el legado de Juan Carlos, vamos a seguir peleando por justicia pese a que este Estado no edifica Justicia”.
Hay equipos -medicos- que deberían estar en el hospital Gabriela Alvarado, están en clínicas privadas, medicamento que debería estar en el hospital, se encuentra en lugares que ni siquiera son farmacias. No hay jeringas ni gasas, pero afuera del hospital sí hay, afirmó.
Uno de los pioneros en denunciar la
corrupción en el sector salud, hoy cumple cinco años de asesinado en su
casa de habitación que también funcionaba su canal de televisión VidaTv.
Meses antes Juan Carlos Argeñal también denunció amenazas contra su
vida, en Danlí no se hizo nada para dar con los autores materiales e
intelectuales y trasladó en caso al Ministerio Público en Tegucigalpa,
donde está engavetado.
http://defensoresenlinea.com/en-una-dictadura-es-terrible-buscar-justicia-para-el-comunicador-juan-carlos-argenal/
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