viernes, 24 de junio de 2016

Honduras: “Siete años después”: editorial y portada EL LIBERTADOR / junio 2016

“Desprecia tu pueblo, pero no hables de democracia; entrégate al extranjero, pero no hables de patria; roba, pero no hables de honor; mata y cierra los medios que sirven a la ciudadanía, pero no hables de libertad; ignora al empobrecido, pero no gobiernes; vive en opulencia, pero con tu dinero”. 
Editorial
Aún no se disipaba la densa niebla del gas lacrimógeno de aquellas 210 jornadas de resistencia, aún la ropa olía a desprecio, a llantas quemadas, a sepelio y a cruel represión, cuando el pueblo traicionado hasta por las iglesias, asistió de nuevo a las urnas del fraude por quienes en siglos jamás estuvieron a la altura del honor y sapiencia popular.


Pero esos indignados fueron con reservas al casino electoral creyendo en el cambio estructural del país delegado en sus líderes, y no porque todavía esperen que el inicio de otra Honduras se vaya a firmar en la oficina del bipartidismo, ahora pagando cualquier precio por un mando de largo plazo a través de la reelección presidencial que dio el tiro de gracia a una oposición que la sociedad proclamó y, en las urnas de 2013, la hizo capaz de derrotar el aviso continuista del alicaído e impopular gobierno nacionalista que contó apenas con 36 por ciento del total de votantes y con el magistrado que también presidirá la próxima elección. 

No ocurrió así, la falta de un rápido programa de unidad hacia adentro y hacia afuera una agenda común de país que combatiera la inacción, la inmadurez, la vanidad y la codicia personal de diputados y liderazgos de Libre y Pac, echó por tierra el sufragio soberano y acentuó mayor daño nacional con la entrega al régimen de los poderes legislativo y judicial.   

La oposición política se conformó con las migas de la fiesta, fue tan inútil que el Partido Nacional le robó hasta diputados y diputadas, unos ávidos de apariencia, atención y cargos, otros vivos anhelaban un asiento con la gente que reparte el presupuesto y decreta quién sube y quién baja en la escala pública, luego los usó para blindar la impunidad y la reelección, en tanto, de manera simultánea empezó la difusión masiva de dos conceptos de control mental del electorado, la del presidente trabajador sin interés político y, la otra, el desprestigio de opositores de Libre y Pac que en votación limpia arriesgan la eternidad diseñada en Casa de Gobierno.

Los que hablan hoy de reelección por eso mismo activaron el golpe de Estado el 28 de junio de 2009, saben que clima de conflicto y detención de los caminos pacíficos van unidos, esa ha sido la lógica del gobierno real en estos años posgolpe, sólo así se entiende que la comunidad internacional y la mayoría de hondureños tengamos una visión opuesta de la realidad. 
Más de 60 mil asesinatos en estos siete años bastan para imaginar otros indicadores de nuestra nación; desestimar esta gravedad y la decisión colectiva forma parte de la misma trama geopolítica de Washington en 2009.

En la región, por menos han caído mandatarios contrarios a EE.UU. Viene a tono de la elite política criolla –aclaro— por la bajeza humana que es intemporal y universal la última carta de Petronio a Nerón, hilvanada magistralmente en la obra "Quo Vadis”: “Roma se tapa los oídos por no oírte, y el mundo se ríe de ti y te desprecia…Salud, augusto, y no cantes; asesina, pero no hagas versos; envenena, pero no bailes; incendia, pero no toques la cítara“. Este es el último consejo del Arbiter Elegantiorum".

En nuestra tierra puede decirse: “desprecia tu pueblo, pero no hables de democracia; entrégate al extranjero, pero no hables de patria; roba, pero no hables de honor; mata y cierra los medios que sirven a la ciudadanía como Globo Tv, pero no hables de libertad; ignora al empobrecido, pero no gobiernes; vive en opulencia, pero con tu dinero”.  

http://www.web.ellibertador.hn/index.php/avance/1468-siete-anos-despues-editorial-y-portada-el-libertador-junio-2016 

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