*Rodolfo Pastor Fasquelle
Casi
olvidadas ya las denuncias del Juez Echenique, en medio de nuevas
denuncias contra la secretividad con que los Notables –representantes de
los sectores pudientes— eligen a los prospectos de nuevos jueces,
contra quienes proliferan las denuncias, y en medio del escándalo del
manifiesto abuso y manoseo vulgar de la justicia, en la conversación
grabada entre el Magistrado Lozano y el Vicepresidente del Consejo de
la Judicatura, Bonilla que, amenazan con demandar a la fiscalía por
publicarla, aflora hoy la condena, a todas luces política y
antijurídica, pero aplaudida por Casa Presidencial, contra el periodista
David Romero E. por supuestos delitos de calumnia y difamación contra
terceros particulares y funcionarios.
Delitos
por los cuales la condena puede ascender a ocho años de prisión. Y, por
contraste con esas tinieblas, trascienden las imágenes luminosas de la
pancarta improvisada y las consignas cantarinas antier, en el Estadio
Olímpico de San Pedro, lleno de aficionados que gritan Fuera JOH, para que lo sepa el mundo aunque lo quiera ocultar TVC.
He
ahí los contrastes. Los susurros de los comisionados para elegir
prospectos de magistrados, las voces grotescas y vulgares de los togados
actuales, los silencios cómplices del cuarto poder comprado y los
reclamos de desengaño, reproches y gritos de libertad del pueblo… aun en
el Circo, a la luz del día.
Los
medios públicos y las denuncias se pueden abusar y ese abuso esta
reconocido. Las leyes que tipifican ese delito en el código buscan
salvaguardar el honor de personas particulares contra la facilidad de la
calumnia pública. Pero esas salvaguardas aquí han sido usadas como
escudos políticos y pretextos de impunidad. Y en una democracia, quienes
detentan o aspiran a detentar el poder público tienen que someter ese
derecho particular al mayor bien del interés general.
En
el concepto democrático de la sociedad, el derecho a la información es
un derecho universal, así se consigna en la normativa internacional y en
la constitución es al menos un derecho cívico fundamental. El demos
tiene derecho a saber quien lo quiere gobernar. Llámese María Cristina,
Juan Orlando o Rafael Leonardo.
Hay
que ser radical y contundente en la exigencia. Porque en otros países
ese derecho del publico y de todos esta protegido contra los reclamos
del honor del publicano. Pero aquí no. Alguna vez me demandó y me tuvo
Rafael L. Callejas en el umbral de la cárcel, perseguido en las calles
por los secretarios de sus juzgados para notificarme, por opinar
desfavorablemente sobre su honradez, antes que le dieran 12 cartas de
libertad. Me salvó la pericia de M. Jiménez.
Hace
ya mas de medio siglo, en la época progresista de los tempranos
sesentas, la Corte Suprema de EUA juzgó que en una sociedad abierta,
como la que queremos preservar, el derecho del publico a ser
adecuadamente informado sobre el comportamiento de los funcionarios esta
por encima del derecho, privado e intimo de los susodichos al honor o
contra la deshonra. Y por lo tanto sentó precedente y estableció que los
funcionarios y los hombres públicos no pueden apelar a las leyes contra la difamación y la calumnia para proteger su privacidad y honor personal.
¡Son
los únicos que no pueden recurrir a esas leyes! De tal forma que en EUA
seria imposible una demanda como la que se acaba de utilizar para
intimidar a Romero Ellner. Seria imposible también que Teodoro Bonilla y
el Magistrado Lozano amenazaran demandar a La Fiscalía. Y resulta
hipócrita y contradictorio que la clase política cachureca, que tanto
admira y complace al gringo, pretenda como desde hace años endurecer las
penas para silenciar las criticas. No es mi amigo, no lo conozco.
Nunca
he conversado con el. David Romero no es mi tipo ideal de periodista.
Respeto pero disiento de su estilo para llamar la atención de la gente y
mantenerla en suspenso. Por hoy, se ha convertido en el periodista
emblemático del momento, denunciando los actos de corrupción que
resultan cruciales para entender lo que ha venido pasando en este país y
que nadie más se atrevió a hacer público, por miedo a la represalia, a
esta represalia entre otras muchas y varias peores. Que incluso han
venido tratando de encubrir los otros medios, esa prensa vendida que
solo defiende la libertad cuando se amenaza desde el poder desfasado a
su capital corporativo.
Hay
que luchar desde aquí y desde ahora por los derechos de todos los
periodistas amenazados. Porque así como en este país se asesina
violentamente a una mujer cada 16 horas, aunque lo quiera esconder la
manipulación mediática, cada tantos otros días se secuestra y mata a un
periodista, defensor de derechos humanos o comunicador. Sin que se
identifique nunca a los autores intelectuales de esos crímenes que son
contra todos.
No
es solamente por los nuevos medios y las redes sociales en particular,
si no porque aun hay espacios de comunicación públicos independientes,
como la Radio Globo, Radio Progreso, periódico EL LIBERTADOR y cientos
de medios comunitarios, y porque hay periodistas dispuestos a
arriesgarse para defender nuestra libertad que sobrevive aun una opinión
critica generalizada, a la que no ha podido sofocar la propaganda
asfixiante del régimen, la que los medios manipulados presentan como noticia positiva,
el circo en que el propio Juan sin miedo participa vestido de gladiador
y rodeado de guardaespaldas o su hermana, la dueña de los palacios,
otorga pergaminos y recibe premios por la publicidad con que manipula al
cardenal y al cuasi Nóbel como embajadores de la marca país que, si Ud.
estudia bien, lector, en vez de deletrear Honduras a colores, deletrea
Vergüenza
Con
media docena de amigos (Manuelito Torres, Félix Molina, Manuel Gamero,
Sandra Sánchez) David Romero es lo que queda del periodismo hondureño.
Es lo que salvaguarda nuestro derecho a saber. Todos somos David. Lo
sabe el pueblo. Lo sabe el cura. Y lo sabe JOH.
Felizmente
Honduras está cambiando. Y no se va a dejar. Si estuviera funcionando
como quieren el cerco mediático, la gente no tendría la disposición que
manifestó en el Estadio Olímpico antier, la disposición a corear una
consigna que ni siquiera ha salido ni se ha escuchado en los medios
tradicionales… y no sabríamos aun, como ya sabemos cual es la ruta.
· . * Historiador hondureño, exsecretario de Cultura, Arte y Deportes y analista político.
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/avance/750-honduras-opinion-judicatura-bananera-cerco-mediatico-y-libertad-en-riesgo
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