En
los sondeos de opinión pública que ha realizado el ERIC en los últimos
cinco años, tres instituciones son las que gozan de mayor credibilidad
en medio de un trasfondo sombrío de una sociedad desconfiada,
conservadora y deprimida. Estas tres instituciones, como sabemos, son
las iglesias Católica y evangélicas, los medios de comunicación y las
fuerzas armadas.
En
el actual contexto de deterioro objetivo y de inseguridad, violencia y
miedo real e inducido, estas tres instituciones pueden jugar –y lo están
haciendo—un papel decisivo en la confección de la conciencia de la
población. Basta recordar que los militares tienen ya varios años
impulsando el programa infantil “Guardianes de la patria” que no es otra
cosa que amasar la conciencia de la niñez en torno al proyecto y
disciplina militarista.
Basta
también ver el proceso de control que los militares están ejerciendo en
cada vez más instituciones del Estado, incluyendo el ministerio de
Seguridad, la supremacía sobre la policía y hasta control para decidir
qué jueces tienen capacidad para dictar sentencias y qué jueces deben
ser separados del poder judicial.
Por
su parte, los liderazgos eclesiásticos cada vez parecen acentuar mucho
más la cercanía al poder que en el lugar pastoral en donde la gente se
juega la vida, así como el ámbito religioso parece cada vez más
fusionado con el ámbito militar y policial como la oficialización de la
oración conducida por unos oficiales de la policía y del ejército con
las devotas posturas de pastores evangélicos.
¿Qué
hacen los medios de comunicación? Fusionan toda la realidad de manera
que todo mundo pueda estar convencido que las amenazas a la sociedad
provienen de sectores juveniles de barrios y colonias y de
organizaciones que presionan con sus demandas al gobierno, mientras un
sector de empresarios, políticos y militares están haciendo todos los
esfuerzos por salvar a la patria. Y en el centro, el perfil de un
presidente que con su sonrisa y su aplomo ha recibido la bendición de
Dios para hacer lo que tenga que hacer para protegernos del mal.
Estas
tres instituciones no solo están contribuyendo a que la conciencia de
la sociedad hondureña acentúe el miedo, el conformismo y la demanda de
respuestas de fuerza, sino que contribuyen, por activa y por pasiva, a
facilitar la tarea de Casa Presidencial de impulsar la campaña para la
reelección indefinida de Don Juan Orlando Hernández. Escuchar y descargar Nuestra Palabra
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