Tavo Morales, nació el 17 de septiembre de 1947, y desapareció el 18 de
marzo de 1984 a manos de agentes del Estado que lo secuestraron
mientras se conducía en su vehículo hacia su centro de trabajo, se
desempeñaba como Subdirector de la Lotería Nacional de Tegucigalpa y era
miembro del Sindicato de Trabajadores del Patronato Nacional de la
Infancia, SITRAPANI.
El 26 de octubre de 1995 sus restos mortales fueron exhumados, y
plenamente identificados el 6 de febrero de 1997. Y algo que le
encontraron en el bolsillo de su pantalón, fue su licencia de conducir,
que logró doblar en varias partes y se conservó en el tiempo.
No debemos olvidar el padecimiento de las torturas a las que fue
sometida, pero cuando ya les damos cristiana sepultura, hay que sentir
la alegría del deber cumplido, manifestó este día la coordinadora
general del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras,
COFADEH, Bertha Oliva.
Por lo que es de alegría que Gustavo Morales haya sido adoptado por sus
compañeros del SITRAPAINI, es un enorme homenaje a su memoria y al
resto de detenidos desaparecidos, nuestra puesta es que la mayoría de
organizaciones sociales que tienen desparecidos los adopten, y hagamos
acciones conjuntas no sólo para recordarlos sino para demandar,
analizar, reflexionar y poder demostrar el nivel de impunidad que
Honduras ha estado sumergiéndose y hoy está hundida.
Oliva afirma que el tema de la Memoria Histórica no le gusta a los
violadores de DDHH y perpetradores de graves violaciones como es la
práctica de desaparición forzada, porque el rescate de Memoria conlleva
aprendizaje, y no como quieren que la piense la generalidad del país,
que vaya llena de odio y sed de venganza.
Es un tema de aprendizaje, documentar, incidir, exhibir a los
violadores de DDHH, demandar al Estado proyectos que puedan ser
reparadores, que vayan más allá de cómo han querido comercializar el
tema de las desapariciones forzadas. Tiene que tener el resarcimiento
económico porque el Estado está obligado, pero no es la intención de
fondo, sino capacitar, trabajar, hacer pedagogía, para no repetir hechos
como los que estamos viviendo en la actualidad, compartió la defensora
hondureña.
Para el caso, a Oliva le resulta impresionante como el ex jefe de las
Fuerzas Armadas de Honduras, que cometió un delito de lesa humanidad y
lesa Patria, cuando impulsa un golpe militar de Estado aceptado y
condenado por el mundo entero, hoy anda promoviendo su verdad y
queriendo decir que hay que hacer lazos de amistad, para sembrar la paz,
pero encima de la impunidad, él lo que debería colocar su verdad, pero
que se investigue para someterse a la ley.
Pues los que cometen delito se convierten en negociadores de paz en lo
público para su caudal político, que los que cometieron crímenes de
lesa humanidad se convierten en grandes asesores en materia de seguridad
en un país que no ha podido darla, porque si se niega la justicia, es
lógico que no habrá seguridad ciudadana, social, ni pública.
La coordinadora del COFADEH, recalca que esto no es odio, es que el
pueblo que tiene memoria y debe tener historia, por eso abraza con
emoción y siempre está esperando para esta fecha el homenaje para honrar
al compañero Gustavo Morales en el SITRAPANI.
Por lo que hacer un homenaje anual en el que se honra la memoria de los
y las desparecidas, no es tarea del COFADEH, nosotros nos volemos
cómplices de un evento que nos llena de energía para recordar a Tavo
Morales y todos los detenidos desaparecidos que el Estado ha negado, y
no ha querido dar respuestas, además los ha estigmatizado, no solo a
ellos sino a sus familiares y su entorno, que son los luchadores y
demandantes de derecho, declaró Oliva.
Y es que estos encuentros son espacios oportunos para trabajar y no
olvidar, porque un pueblo que olvida es un pueblo condenado a recordar
la misma historia.
Agregó que, casi nos metieron en la cabeza que nosotras éramos malas
hondureñas porque trabajamos en favor de la memoria, pero hoy sabemos
que es un trabajo que ha valido pena, porque tenemos que heredarle al
pueblo dignidad, el rescate de la memoria y la certeza que con las
acciones que estamos haciendo van a ser beneficiada la mayoría de la
población hondureña, porque los que hoy son impunes mañana van a ocupar
del trabajo de la verdad, aplicación de justicia y reparación.
Y es que, si no se logra de esa acción colectiva, el país se hundirá
más de lo que ya está, y eso no es lo que se desea, “eso no lo queremos,
vamos a trabajar desde la óptica que nosotras tenemos como amantes de
la paz, pero la paz con verdad y justicia, no la paz vendiendo libros,
mentiras, que quiere conseguir olvidando y descalificando las acciones y
las tareas de los que hemos dedicado la vida al apostolado de la
verdad y a favor de la vida”, agregó Bertha Oliva.
Estos actos conmemorativos permiten ya no recordar a Tavo con tristeza,
sino con alegría porque se ha logrado instalar en la memoria colectiva
de la ciudadanía.
Exhumación con enfoque de Derechos Humanos
Y es que debe haber un acercamiento a la familia, honrar la memoria del
desaparecido, hacerle culto, tratarla con cariño y dar confianza a la
familia que espera que allí –en el lugar de la exhumación- estén los
restos de su familiar, y que en efecto le van a decir la verdad, si está
o no.
El proceso en la exhumación de Tavo, fue colectiva, funcionaba muy bien
la institucionalidad el Estado, la Fiscalía de DDHH y el Ministerio
Público, tenía un interés de esclarecer la tragedia que había vivido el
pueblo hondureño en la década de los 80 con las desapariciones forzadas,
que registró 184 casos.
Era difícil preparar a la familia, pero la necesidad de saber era
superior al dolor de acercarse a la verdad de lo que había sucedido 13
años antes, hubo amenazas para no continuar con este proceso, pero eso
no nos detuvo, aseveró la coordinadora del COFADEH.
Se logró unificar a la mayoría de familiares de
Detenidos-Desaparecidos, a la familia de Gustavo, e involucrar a las
autoridades del estado como el MP, Comisionando Nacional de Derechos
Humanos, CONADEH, y de la Corte Suprema de Justicia, CSJ, “logramos que
nos escucharan” afirmó la defensora.
Ella recuerda cuando se aproximaban al Maguelar, pues significa
acercase a un lugar donde se les oculta la verdad, el riesgo que
conlleva y el dolor de la herida que se vuelve abrir, pero a todo eso,
no se ha logrado justicia, pero sí se obtuvo la verdad y que sus hijos
se reencontraran con su familia, y que tengan un lugar cuando ellos
quieran y pueda irlo a visitar, pues a diferencia de los demás
familiares que continúan la búsqueda de sus desaparecidos, no tienen un
lugar.
Mencionó que este proceso de exhumación fue una decisión bien planificada, concebida, se prepararon emocional y técnicamente.
Honras públicas para alguien que es del pueblo
“Honramos la memoria de Gustavo, y pese a que algunas personas se
oponían a que lo veláramos públicamente, pero el al igual que los demás
detenidos desaparecidos ya había pasado a otra dimensión, ya no le
pertenecía a sus familiares, sino al pueblo”, enfatizó Oliva, a quien
agentes del Estado desaparecieron de manera forzada a su esposo el
profesor y líder social Tomás Nativí, en 1981.
Los restos de Morales fueron entregados en medio de una multitud de
personas que por años guardaban la esperanza de encontrarlo, al igual de
que los demás detenidos desaparecidos, el féretro fue llevado en
hombros desde las oficinas de la morgue judicial- que era en la antigua
Penitenciaria Central (PC), hasta llegar a la Plaza Los Desaparecidos
–antes conocida como plaza La Merced, todo en el centro de la capital
hondureña.
Ahí estaba el pueblo, sindicalistas, estudiantes, familiares y por
supuestos las mujeres con sus pañuelos blancos, las madres, esposas
hijas, miembros del COFADEH, “lo velamos con un acto hermoso, y en la
madrugada del día siguiente, fue recibido en el pueblo que lo vio nacer,
se honró su memoria en la Centro Cultural de Olanchito, una ciudad de
poetas, por lo que lo enterramos con poemas, risas, cantos, alegría”,
mencionó Oliva.
Con “Tavo” hay todos esos recuerdos hermosos, preparar estos homenajes
hizo que sus conocidos y amigos nos conociéramos, uniéramos, hemos
creado buenas prácticas, reitero que justicia no ha habido, se han
cometido varias cosas que el Sistema de aplicación de justicia no ha
querido y ha sido cómplice y participe de la impunidad, pero ahora no
van a decir que “como no habían aparecido en el código procesal penal no
contemplaba la figura, por lo tanto se lavaba la manos el sistema de
justicia para no sancionar, hoy se han quedado como ratas, sin
comentarios sobre el tema, porque logramos la identificación, se coloró
en tiempo quienes fueron los que participaron en su captura, y no hay
ningún iteres, por lo que el Estado sigue teniendo deuda en materia de
aplicación de justicia”.
Hoy sus compañeros y compañeras del Sindicato conmemoran este 31
aniversario, con alegría, música, recuerdos y sus ideales que siguen
actuales.
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