Secciones: Libertad de Expresión, Investigaciones• Un testigo escuchó cuatro disparos y luego dos disparos más, supuestamente hechos para rematar al comunicador.
Escrito por Equipo de Investigación | Diciembre 13 del 201/ Serie 2/2
Tegucigalpa, Honduras (Conexihon).- El
brillo metálico despuntó del arma en la mano del asesino de Nery
Francisco Soto Torres, el hombre corría de la casa del periodista, en
medio de la bruma oscura que rodeaba, aseguró un testigo.
El asesino escapó por la bocacalle
principal con el arma en la mano sabiendo que sólo había pasado un
instante cuando retornó el servicio público de energía eléctrica a
Olanchito, departamento de Yoro. Soto Torres había salido para meter la
motocicleta a su casa…el sonido de los balazos se oyó uno a uno…alguna
gente dice que escuchó siete.
Con
un recorrido se constató que en la salida de la citada bocacalle está
un poste de alumbrado eléctrico, en mal estado. Ese acceso converge con
una calle de tierra que conduce hacia el centro de Olanchito y, en el
extremo contrario, a varios solares baldíos, con caminos hacia otros
lugares, uno de estos es la comunidad de Agalteca a donde supuestamente
marchaba el sicario.
La
Fiscalía no tiene todas las pruebas científicas para comprobar ese
relato y demostrar la culpabilidad de los asesinos del periodista porque
en el juicio, los fiscales sólo acreditaron testigos protegidos que
vieron cuando el asesino material huía de la escena del crimen del
periodista.
También la Defensa presentó testimonios para demostrar que la persona acusada estaba ese día con ellos.
Sin embargo, en el pleito
judicial, el Ministerio Público lidera la investigación criminal y no
cree en las pruebas de los defensores. Entre tanto, la Defensa Pública
carece de capacidad para aportar pruebas que muestren la inocencia del
sospechoso.
Y si no fuera porque el Juzgado de Letras Seccional de Olanchito, departamento de Yoro,
ordenó la exhumación del cadáver -tres meses después de su entierro-
tampoco existiría la autopsia para determinar científicamente las
lesiones y otras pistas de las circunstancias de muerte del comunicador.
Supuesto sicario de alta peligrosidad
La
víctima es descrita por las autoridades con un perfil vulnerable por la
actividad a la que se dedica; el victimario, como un sujeto con
antecedentes penales, supuesto integrante de una banda de sicarios,
capaz de presionar mediante sobornos (pagos) a las autoridades
policiales para lograr su liberación y con peligrosidad de evadir la
justicia si se le deja en un centro penal como el de Olanchito.
Si
se compara con otros procesos penales por asesinatos de periodistas, en
el juicio por el crimen de Nery Soto, la fiscalía abusa del recurso de
testigos sin rostro, carece de prueba científica para demostrar que el
imputado estuvo en la escena del crimen y comprobar que este fue un
asesinato y no un homicidio, según el análisis del expediente judicial
realizado por Conexihon.hn.
Además,
como en los demás juicios, el miedo y la falta de colaboración de la
gente aparece como una causa de la impunidad, las autoridades
desatienden los detalles a la hora de investigar; hasta ahora sólo hay
un indicio balístico, recolectado en la escena del crimen un día después
del hecho.
Hasta cinco días después del
asesinato, empezaron a vigilar al sospechoso, encontraron supuesta
complicidad judicial y hubo intentos de sobornos para liberarlo,
denunció la policía.
Sólo sicarios enjuiciados
Con
la poca evidencia descrita, la Unidad Especial de Muertes de Alto
Impacto de la Fiscalía de Delitos contra la Vida pretende probar la
culpabilidad del presunto miembro de una banda de sicarios ante el
Tribunal de Sentencia de La Ceiba, departamento de Atlántida.
Supuestamente,
el sicario recibió el pago y la orden de asesinar por parte de un
político local, detenido por la policía a inicios de este año por
presuntos ilícitos ligado al crimen organizado y ese sería el autor
intelectual de esta muerte.
No
obstante, la falta de investigación científica deja esta hipótesis como
una superstición capaz de producir la impunidad del asesino
intelectual.
Si
eso pasara, sería la misma historia de los últimos cinco años en el
sistema judicial puesto que de siete casos judicializados por muerte de
comunicadores no hay ni un asesino intelectual procesado, mucho menos
condenado.
Hasta ahora no hay una explicación para justificar por qué un político habría de querer matar al periodista Nery Soto.
Los periodistas de Olanchito le restan credibilidad a la versión policial
. Además, Nery Soto no reúne las
características de un periodista con un perfil crítico, más bien era un
profesional “bastante moderado” cuentan sus colegas.
Otra
hipótesis policial es que al periodista lo mataron por confusión. Sin
embargo, el acta de levantamiento legal describe que tenía disparos en
el rostro como si fueran balazos de remate.
Lea además:
- El arrullo que nunca llegó, el silencio del periodista Nery Soto
- Relatoría especial condena asesinato de periodista en Honduras
- Periodista es acribillado a tiros frente a su residencia
Las primeras investigaciones
El
principal sospechoso del crimen es Carlos Javier Martínez Ponce,
trasladado del Centro Penal de Olanchito, Yoro a la Penitenciaría
Nacional de El Porvenir, de La Ceiba, porque los operadores judiciales
temieron que en la cárcel penal se produjera un rescate del detenido.
Al
mismo tiempo, la Fiscalía realiza una investigación criminal en el
Juzgado Penal de Olanchito ya que Martínez Ponce tenía medidas
sustitutivas de cárcel por los presuntos ilícitos de portación ilegal de
armas y tentativa de homicidio.
En
el momento que lo empezaron a investigar por el asesinato de Nery Soto,
detectaron que el investigado ya no iba a firmar al juzgado para
cumplir con las medidas sustitutivas.
Una hipótesis por confirmar es que
algún empleado judicial le avisó a Martínez Ponce que entraron las
primeras diligencias para investigarlo por el asesinato de Soto Torres.
Conexihon
habló con la empleada judicial que aparece mencionada en este caso.
Ella admitió que le dio su número celular a Martínez Ponce, pero lo hizo
de buena voluntad, pues Martínez Ponce le había dicho que trabajaba y
no le daban permiso para ir a firmar, “No tengo nada que ver con él",
afirmó.
Ahora
la Fiscalía está investigando si alguien firmó en vez de Martínez Ponce
para que no apareciera como que estaba incumpliendo las medidas
sustitutivas en el mismo período que la policía lo buscaba por el crimen
del periodista.
Desde
el momento del crimen, la Fiscalía empezó a seguir la pista del
supuesto asesino, luego presentó la acusación criminal y solicitó orden
de captura.
Los detectives empezaron el
rastreo del imputado y el 25 de agosto, 11 días después del asesinato
del periodista, les informaron que el sospechoso iba en un automóvil. La
Policía Nacional
Preventiva montó un operativo y detuvo al sospechoso, junto a su primo Marcelino Edilberto Soto Martínez.
Ambos fueron trasladados a la
estación de policía, en atención a la orden de captura que emitió el
juzgado por el delito de asesinato en contra de Soto Torres.
En la cárcel de Olanchito
solamente quedó interno, por el delito de portación ilegal de armas,
Marcelino Edilberto Soto Martínez.
Dentro de la posta, la policía encontró un arma de fuego en los genitales del sospechoso de asesinar al periodista.
Tras la muerte de Soto Torres, la
policía hizo varios interrogatorios preguntando por una persona blanca
de ojos verdes, contextura gruesa, supuestamente vinculada a los
asesinos de Nery Soto.
Por ahora, la investigación
criminal está buscando pruebas científicas como pericias de trayectoria
de las balas, el tipo de lesiones y se buscan testigos que venzan el
miedo a declarar.
Otra
teoría de los comunicadores de la zona es que Soto denunció que cerca
de su casa funcionaba una bodega para guardar electrodomésticos robados
de una tienda que cerró su local unos días después de la muerte del
comunicador y otro supuesto es que el periodista pudo presenciar algo y
por eso lo mataron. A juicio de los colegas del fallecido, esas
presunciones también deberían ser investigadas por las autoridades.
Un
ejecutivo del Canal 23 indicó que desconoce porqué mataron a Soto, no
quiso dar información porque afirmó que sentía desconfianza del equipo
de C-Libre. Reveló que los detectives de la DNIC le solicitaron todo el
material periodístico producido por el periodista antes de su muerte,
pero que se negó a entregarlo porque ninguna orden judicial lo obligaba a
hacerlo.
C-Libre ha registrado tres
agresiones a periodistas del mismo canal, uno de ellos se vió forzado a
salir temporalmente de la zona, por temor a perder su vida.
En
general, en Olanchito ocurren delitos típicos de zonas con crecimiento
de operaciones delictivas tal como lo demuestran los requerimientos
fiscales, presentados en el Juzgado de Letras de Olanchito entre el 14 y
26 de agosto; en el Libro de Entradas se registran acusaciones por
desobediencia a la autoridad, lesiones leves, uso público de nombre
supuesto, homicidio simple, hurto y asesinato.
Hablaron algunos testigos
Uno
de los testigos declaró ante el juez que “el 14 de agosto de 2014,
siendo aproximadamente 9:00 y 10:00 de la noche, Soto Torres se
encontraba en su casa de habitación en la colonia La Conquista, de esta
jurisdicción de Olanchito, Yoro.
“Este
tenía estacionada su motocicleta rojo y blanco afuera de su vivienda,
en el momento que el señor Soto intentaba introducir la moto a su
vivienda, recibió varios disparos lo que le causó la muerte de forma
instantánea, posteriormente, el sospechoso se salió en veloz carrera
huyendo del lugar siendo que la víctima recibió varios disparos quien en
vida se dedicaba a transmitir noticias en Canal 23 de esta ciudad de
Olanchito, Yoro.
Por
tratarse de una víctima considerada como perfil vulnerable por la
actividad a la que se dedica, se desarrollan diligencias investigativas
de forma inmediata para poder dar con la verdad de los hechos. Es así
que ubicó a un testigo que tiene conocimiento de los hechos quien ha
manifestado tener temor por su vida o que ejecuten actos de represalia
contra su familia o por sus bienes, por el testimonio que ha de rendir”.
Las
deposiciones de los testigos se tomaron bajo la modalidad de prueba
anticipada en virtud de la gravedad de los hechos “y por tratarse de un
caso sumamente complejo se corre el riesgo de no contar con la
declaración de testigos al momento de la audiencia inicial. Es necesario
tomar esta declaración bajo el protocolo de prueba anticipada”,
justificó la Fiscalía.
http://conexihon.hn/site/noticia/libertad-de-expresi%C3%B3n/miembro-de-%E2%80%9Cbanda-de-sicarios%E2%80%9D-enjuiciado-por-crimen-contra-periodista
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