miércoles, 1 de octubre de 2014

Violencia contra mujeres, un mal imparable e impune en Honduras // Video: A punto de estrangular a su compañera

Autor del artículo: Proceso Digital /Por Karla Fernández
Tegucigalpa – Una mujer con ocho meses de gestación fue objeto de una golpiza propiciada por su marido, en plena vía pública, en Tegucigalpa, la capital hondureña. El hecho ocurrió en las últimas horas.
Frente a la vista de  transeúntes, José Antonio Ruíz,  golpeó incansablemente a su mujer, quien con ocho meses de embarazo sufrió severas lesiones. Ruíz fue detenido por miembros de la Policía Milita
Es cotidiano que en las postas policiales hondureñas se registren detenciones y denuncias de violencia intrafamiliar. Las mujeres son víctimas permanentes, la violencia en su contra no para y se reedita en diversos sectores de la sociedad.
Recientemente un reconocido académico hondureño cumplía su trabajo comunitario en un plantel de la alcaldía capitalina. El hombre, docto y de exquisitas letras, había ejercido violencia contra su compañera. Poco antes un popular empresario limpiaba vidrios en oficinas públicas para cumplir su servicio comunitario por la misma causa.
Igualmente cumplen su servicio comunitario deportistas, políticos, periodistas, empresarios, albañiles, contadores, médicos, sastres y hasta ancianos. Todos con el común denominador de ser agresores en sus hogares.
También una que otra mujer realiza su trabajo comunitario. Los casos de mujeres agresoras son infinitamente inferiores en proporción a los hombres.
Está comprobado que la violencia doméstica comienza con un grito o un empujón, pero que muchas veces concluye con la muerte de  mujeres. Los recientes casos que están ocurriendo en el país, han puesto de nuevo en la palestra pública el tema que en muchas ocasiones resulta poco relevante para la población hondureña, una nación con un alto porcentaje de feminicidios y donde la mayoría de muertes quedan impunes.
Pero la violencia contra las mujeres aparece reflejada en los medios de comunicación ocasionalmente, cada vez que el caso transgrede los límites “normales” por la saña o la espectacularidad que le ronda. El más reciente es el de un hombre que estuvo a punto de estrangular a su compañera frente a sus pequeños hijos en el caribeño Trujillo.
La referida madre llevaba en brazos a su hijo de meses, caminaba en compañía de otros dos pequeños cuando el marido se apareció en el camino y la golpeó brutalmente hasta derribarla, aún con su hijo en brazos la mujer fue auxiliada por una persona que evitó su potencial estrangulamiento.
La violencia contra la mujer no discrimina estatus social, ocurre en todos los segmentos de la sociedad.
Recientemente, la relatora especial de Naciones Unidas sobre Violencia contra las Mujeres, Rashida Manjoo, expresó que esa problemática está propagada y es sistemática en Honduras al estar vinculada a la situación económica y social y su impacto se manifiesta de numerosas formas, como la agresión intrafamiliar y el tráfico de personas.
Agregó que durante su visita al país centroamericano tomó nota de "un sinnúmero de preocupaciones en relación a los altos niveles de violencia doméstica, feminicidios y violencia sexual".
Indicó que los asesinatos de mujeres en Honduras aumentaron un 263.4 por ciento entre 2005 y 2013, y el 95 por ciento de los casos están impunes, señaló la alta funcionaria de la ONU, sin ofrecer cifras anuales.
Añadió que la violencia doméstica sigue siendo la causa principal de los crímenes que se denuncian en Honduras, donde cifras oficiales señalan que cada 13 horas ocurre el asesinato de una mujer.
Hechos impactantes
En los últimos meses, la violencia doméstica en este país centroamericano ha concluido en la muerte violenta de mujeres por parte de sus agresores en diferentes sectores de Honduras.
El pasado 2 de septiembre, un hombre le cercenó el brazo a su esposa, quien fue trasladada a un centro asistencial, pero lamentablemente falleció a causa de la gravedad de las heridas de arma blanca que recibió en su cuerpo. El hecho ocurrió en la occidental Santa Bárbara.
Unos días después, en la colonia Sinaí de Dos Caminos, Villanueva, Cortés, norte del país, una operaria de maquila, también habría sido asesinada por su compañero de hogar.
Entretanto, el 14 de septiembre, por presuntos celos, un hondureño mató a machetazos a su ex mujer un sector de Alianza, Valle, zona sur del país.
Según versiones de sus familiares, el hechor sacó un filoso machete y atacó a su víctimas frente a los cuatro hijos que ambos habían procreado, infiriéndole varias heridas que le provocaron la muerte al instante.
El 22 de septiembre, luego de ser capturado por considerarlo sospechoso de dar muerte y enterrar a su ex mujer, un hombre confesó con naturalidad cómo cometió el crimen.
Exigua judicialización
Como estos son muchos los casos de violencia contra las mujeres. En ese sentido, las estadísticas de denuncias por esos hechos continúan incrementándose, no así los casos judicializados.
De acuerdo a datos del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), hasta agosto pasado, 50 mujeres habían perdido la vida en manos de sus esposos o parejas sentimentales.
La coordinadora del OV-UNAH, Migdonia Ayestas, informó que entre el 2012 y el 2013, unas 700 mujeres han muerto en estas circunstancias, por lo que se pueden señalar como feminicidios.
Por su parte, el portavoz de la Fiscalía de Delitos contra la Vida, Roberto Galindo, precisó que a la fecha, se registran más de 82 feminicidios a nivel nacional en lo que va del año.
No obstante, reveló que de esos casos, solamente 10 han sido judicializados por falta de pruebas y seguimiento.
Otras cifras
CDMDe su lado, el Centro de Derechos de Mujeres (CDM), hasta junio pasado, tenía registros sobre 338 mujeres víctimas de manifestaciones de violencia, de esa cantidad, 187 féminas perdieron la vida en forma violenta y 108 fueron víctimas de violencia sexual.
Esta información también resalta que de las 187 mujeres que murieron de forma violenta, el CDM identificó características de feminicidios en  83 casos, lo que implica que por cada 10 muertes violentas de mujeres, cuatros son tipificados como feminicidios. 
Además, los hechos violentos contra mujeres, ocurrieron especialmente en los departamentos de Cortés y Francisco Morazán, en el primer semestre de año.
El CDM también brindó cifras de 2013, en el que registra que las mujeres víctimas de violencia son de todas las edades, pero la mayoría son jóvenes entre 15 a 29 años.
La organización feminista, también apunta que las 207 mujeres muertas de manera violenta, oscilaban en las edades de entre 15 y 29 años y de 445 muertes violentas de mujeres, en 314 casos, el agresor es un hombre y de esos, en 29 casos, se estableció que éste tenía o tuvo una relación sentimental con su víctima.
Demandan derechos de la mujer
En Honduras se reformó al artículo 23 de la Ley Contra la Violencia Doméstica, que dictaba que los juicios contra violencia doméstica pasarían del ámbito público al privado y que además prohibía a los medios de comunicación publicar o divulgar información relacionada con dichos procesos.
En ese sentido, el 20 de agosto pasado,  en el Congreso Nacional, la diputada del Partido Innovación Nacional y Unidad (Pinu), Doris Gutiérrez, presentó una iniciativa de ley que fue aprobada y que permitió la derogación de esa reforma.
Con la derogación se pueden exponer a los agresores, al igual como se muestra a los que comenten otro tipo de delitos, destacaron en la Cámara Legislativa.
La jefa de la bancada del Partido Anticorrupción (PAC), diputada Fátima Mena, manifestó que la derogación a la reforma del artículo 23 de la Ley Contra la Violencia Doméstica, es una reivindicación de los derechos de las mujeres hondureñas.
De su parte, la diputada del partido Libertad y Refundación (Libre), Claudia Garmendia, expresó que la reforma a esa ley debe ser el inicio para que la legislación también vaya orientada a favor de todas las mujeres hondureñas.
“Esa relación de violencia, insisto nuevamente, no sólo se traduce si hay golpes o violencia física, recibimos violencia en muchas de las acciones de las estructuras sociales en las que vivimos”, arguyó Garmendia.

Medidas tibias para los agresores
Actualmente, la ley no penaliza con prisión a los que se comprueba cometen violencia doméstica, solo impone medidas como servicios a la comunidad de uno a tres meses.
Esas medidas se cumplen a través de oficinas que las alcaldías municipales designen y entre ellas figura la limpieza de calles, podado de áreas verdes, arreglos en centros educativos públicos, reforestación, elaboración de piñatas y teñido de aserrín utilizado en alfombras de Semana Santa.
Es por ello que especialistas en el tema de la mujer, son del criterio que esas medidas son burladas y muy tibias para los agresores y resultan insuficientes para prevenir y castigar la violencia doméstica.

 Video: A punto de estrangular a su compañera
 http://youtu.be/pXPrwAji8es

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