Por Alberto Cruz.-
El servilismo de la Unión Europea hacia a EEUU pasa factura. Las
sanciones que ha impuesto Rusia a importaciones agrícolas, carne y
pescado dan el golpe de gracia a la UE.
Los
primeros síntomas ya están aquí: Alemania y Francia se estancan, Italia
entra en recesión y la tan propagandizada “mejoría económica” no es más
que humo.
Las
sanciones de Rusia sobre el sector primario de la economía europea van a
suponer unas pérdidas de entre 6.000 y 7.000 millones de euros y pone
en riesgo unos 130.000 empleos vinculados a las exportaciones de
alimentos (1). Hay que añadir los daños potenciales para las empresas
proveedoras de artículos y servicios auxiliares, como el transporte.
Además,
y como reconoce la Organización para la Agricultura y la Alimentación
(FAO), EEUU, la UE, Canadá, Australia y Noruega –los afectados por las
sanciones rusas- tienen que reorientar “rápidamente” su producción
agrícola y ganadera. Pero la pregunta es ¿hacia dónde? ¿hacia China, un
socio estratégico de Rusia en estos momentos y un enemigo potencial en
el futuro –para EEUU lo es ya-? ¿hacia América Latina, un continente
productor de frutas y verduras, así como de carne? ¿hacia África? La UE
se encuentra con que no tiene escapatoria, no tiene mercados a los que
acudir lo que supone un golpe que puede ser irremediable para el sector
agrícola y ganadero.
La
decisión de Rusia tiene un impacto directo claro al tiempo que unas
implicaciones indirectas. El directo: prohibición de fruta polaca,
productos lácteos finlandeses y bálticos, pescado noruego… El indirecto:
los agricultores franceses ya han dicho que no permitirán la expansión
hacia el oeste de la fruta polaca y comienzan los movimientos de
protesta en otros países, como en España. A largo plazo, las sanciones
que ha impuesto Rusia a los productos agrícolas con una duración de un
año, de momento, pueden cambiar la forma de toda la estructura de la
producción y el consumo de la UE. No es una afirmación aventurada porque
ya, en el corto plazo, se está produciendo una saturación del mercado
por algo tan sencillo como que no hay dónde almacenar la producción que
iba destinada a Rusia.
Aunque
la UE ha anunciado una ayuda de 125 millones de euros para la retirada y
distribución gratuita de algunas verduras y frutas perecederas hay que
tener en cuenta que se está en plena temporada en algunos productos y no
hay planes de almacenamiento ni margen para buscar nuevos mercados.
Los
europeos, en una especie de alucinación colectiva, se sumaron a las
sanciones que EEUU impuso a Rusia defendiendo, no se olvide, un golpe
neofascista en Kiev y pensando que, como suele ser habitual, no habría
respuesta. Pensaban que Rusia iba a ver afectado su Producto Interior
Bruto y se frotaban las manos con ello. Pero no ha sido así. El PIB
también era el indicador que esperaba Rusia y cuando vio que continuaba
creciendo, a un ritmo no muy impresionante pero subiendo (el primer
trimestre de este año creció el 0'9%, el segundo trimestre el 0'8%),
asestó el golpe. Un golpe de gracia a la Unión Europea.
Aunque
las sanciones de Rusia apenas llevan un mes implementadas ya se puede
decir que son el factor determinante para que la UE esté a punto de
entrar en una nueva recesión puesto que se producen en un momento en que
la economía de la UE está en una profunda crisis y asentada en el
estancamiento. El Ministerio de Finanzas de Alemania acaba de publicar
su informe mensual (2) en el que reconoce que “la disminución del PIB es
probable que tenga que ver con el efecto de las sanciones y los efectos
negativos sobre la confianza debido a la crisis de Ucrania”. Y añade
que “si la crisis de Ucrania no se agrava más y no se imponen más
sanciones más graves es de esperar que la actual desaceleración
económica sea sólo temporal”. ¿A qué se está refiriendo? Pues al
suministro de gas y petróleo que le llega de Rusia. La producción
industrial de Alemania ha caído el 0'2% y una recesión en este país
arrastraría no sólo al sur de Europa (España, Portugal y Grecia
especialmente) sino también a su más cercana influencia: República
Checa, Hungría y Polonia.
Luego
he aquí una de las razones por las que la UE se ha tentado la ropa con
las críticas a la decisión rusa de enviar un convoy humanitario a
Luganks. No se ha pasado de la crítica verbal porque la UE no puede ir
más allá. Hacerlo equivaldría al haraquiri como ente político y
económico. Y está muy cerca de ello.
El
informe también añade que “otras tensiones geopolíticas”, que no
especifica aunque es de suponer que se refiera a la confrontación de
EEUU y China y a Oriente Próximo y Medio, y “el débil desarrollo
económico en la zona euro han contribuido a la contracción de la zona
euro”. Más claro, agua.
A
la recesión de Alemania, o “ralentización” como han dicho los alemanes,
hay que sumarle que Francia ha visto cómo se reduce su producción
industrial y lo mismo ha ocurrido en toda la UE (el 0'3% en la zona euro
y el 0'1% en el conjunto de la UE). Es evidente que el golpe asestado
por Rusia ha desmontado el discurso de la recuperación y la situación
económica de la UE ha demostrado ser demasiado frágil para resistir
impactos externos y tensiones geopolíticas.
Además,
están comenzando a conocerse encuestas donde se refleja el sentir
popular y en Alemania, por ejemplo, el 46% de la población se opone a
las políticas de Bruselas y Bonn con respecto a Ucrania y Rusia porque
están viendo las orejas al lobo. Los sindicatos consideran que se pueden
perder 21.000 puestos de trabajo y eso erosionaría de forma
considerable al gobierno de coalición que mantienen los
cristianodemócratas y socialdemócratas puesto que éstos se verían muy
presionados por los sindicatos, que fueron su gran apoyo en las pasadas
elecciones (3). Pero no es sólo esta cifra la que asusta. Economistas
críticos elevan esa cifra de posible pérdida de trabajo a los 400.000
porque este es el número de personas que trabajan en empresas ligadas
con el comercio con Rusia, no sólo agrícola y ganadero.
Esta
es una de las razones por las que Alemania, junto a Francia, está
intentando casi con desesperación algún tipo de acuerdo entre Rusia y
Ucrania que permita salvar la cara a la UE por su apoyo al régimen
neofascista de Kiev. Francia ve cómo tambien desciende su producción
industrial, aumenta el paro, el PIB está en números muy cercanos a la
recesión y se ve envuelta en una costosa maquinaria colonial-militar en
África, además de haber sido sancionado uno de sus principales bancos y
sufrir una constante amenaza su industria militar por los acuerdos con
Rusia. Sobre esto volveré más adelante.
No
son los únicos países en pasar apuros. Siguiendo sólo con el baremo
laboral, Polonia va a perder 23.000 empleos, Francia, España e Italia
10.000 y así hasta los 130.000 que estimaba la consultora danesa. Sin
embargo, la única reacción hasta el momento ha sido la de Finlandia, que
ya ha dicho que no se va a sumar a la postura de sanciones de la UE y
que se desvincula de la decisión comunitaria porque “la cooperación con
Rusia es, sin exagerar, una cuestión de supervivencia económica”. Quien
dice esto no es un cualquiera, sino el propio primer ministro. No en
vano, Rusia supone el 10% del comercio exterior de Finlandia y el 25%
del total de las exportaciones de alimentos va para Rusia. Si Finlandia
se sumase a la postura de la UE sería, literalmente, un suicidio. La
oportunidad de América Latina
Rusia
propuso un programa de desarrollo mutuo, un área de desarrollo general
con un régimen comercial preferencial desde Lisboa a Vladivostok. Esta
propuesta fue despreciada por la UE y, en cambio, apostó por la
Asociación Trasatlántica de Libre Comercio. Por lo tanto, es mucho pedir
que los plutócratas de Bruselas hagan alguna autocrítica respecto a su
seguidismo y vasallaje con EEUU, pero lo primero que tendrían que
replantearse es la propuesta estadounidense de crear la ATLC. Si
estuviese ya en vigor, la UE habría quedado atrapada como un insecto en
una tela de araña y si no cambia de táctica política y el enfrentamiento
con Rusia va a más pronto pueden llegar las complicaciones políticas a
nivel interno y externo. Una de ellas, el fortalecimiento del euro
escepticismo y los sentimientos antiestadounidenses. Otra, el
debilitamiento del euro en paralelo al declive del dólar. Sobre ésta
última volveré más adelante.
Las
revueltas de agricultores, aún pequeñas y más bien simbólicas, están
siendo aprovechadas por los plutócratas de Bruselas para amenazar a
otros países con su habitual política amenazadora. La UE ya está
recurriendo a sus habituales tácticas de presión política con los países
que considera más débiles. Es el caso de América Latina. Ya ha habido
amenazas nada veladas sobre que América Latina no debe aumentar sus
suministros de alimentos a Rusia para cubrir el déficit que se genera
con las sanciones a los alimentos europeos, estadounidenses, canadienses
y australianos.
La
neolengua de la burocracia de la UE dice que está “negociando” con los
países latinoamericanos para “federar” al mayor número posible de ellos a
fin de presionar a Rusia. Estos chicos no tienen remedio. Olvidan que
19 países, de los 42 que componen América Latina y el Caribe, o votaron
con Rusia o se abstuvieron cuando en la Asamblea General de la ONU se
votó sobre la anexión de Crimea. Y son estos países, precisamente, los
que más interés tienen en suplir a los productos occidentales en Rusia.
El argumento de Bruselas es curioso: dice que no es oportuno tratar con
un socio “poco confiable” como Moscú y que “sería un error” que los
países latinoamericanos “sacrificaran una relación económica ya extensa
por beneficios a corto plazo”.
Hay
que hacerse una pregunta: ¿hay algún atisbo de inteligencia en la UE?
El comportamiento es claramente colonial. Hay gente que no cambia y la
única forma de que lo hagan es a estacazos. América Latina perdería el
tren de la historia si no aprovechase la oportunidad, máxime teniendo en
cuenta que no hace mucho tiempo, sólo un par de meses, tanto Putin como
el presidente chino Xi Jinping realizaron una gira por el continente y
en ella ambos, pero sobre todo Putin, hablaron de la cuestión comercial.
Fue
el caso de Brasil, sin ir más lejos. Ahora los brasileños ven el cielo
abierto con las sanciones a la UE y EEUU y hasta los empresarios hablan
de “revolución” con las posibilidades que ha abierto la decisión rusa.
Lo mismo pasa con Argentina, inmersa en una batalla a vida o muerte
contra los fondos buitres y amenazada por EEUU. La presidenta Cristina
Fernández es muy consciente y ha dicho que el gobierno va a generar las
condiciones para que el sector privado, con el impulso del Estado, pueda
incrementar las exportaciones y satisfacer la demanda del mercado ruso.
Argentina se ha desviado de forma espectacular del campo político
europeo-estadounidense desde el colapso económico de hace más de una
década y se ha acercado tanto al ALBA como a los BRICS. Seguro que la
batalla que está dando ahora contra los “fondos buitres” tiene mucho que
ver con todo ello.
Las
relaciones de Rusia con Brasil y Argentina conducen inevitablemente a
unas relaciones positivas con Uruguay, el vecino menor de ambos países y
socio del MERCOSUR. También este país ha dicho que está dispuesto a
aumentar sus exportaciones a Rusia.
Lo
mismo ocurre con Ecuador, donde el presidente Rafael Correa ya ha dicho
que no va a pedir ningún permiso a la UE para comerciar con Rusia y
aprovechar esta posibilidad de abrir nuevos mercados para los productos
ecuatorianos, fruta y flores sobre todo. Ecuador tiene mucho que ganar,
máxime teniendo en cuenta que Rusia tiene la intención de invertir 1.500
millones de dólares en el sector de la energía.
El
comercio entre Brasil y Rusia en 2013 supuso más de 3.000 millones de
dólares, de los que 563 fueron en exportación de carne bovina. Ahora se
puede casi duplicar. Muy similar fue el comercio entre Argentina y
Rusia, 2.677 millones de dólares. Así se podría ir país por país y
comprobar que las posibilidades de Chile, Perú, México, Colombia… son
inmensas.
Los
casos de Perú y Chile son curiosos. Miembros de la Asociación
TransPacífico, un bloque neoliberal afín a EEUU y del que también forman
parte Colombia, Costa Rica y México, quieren entrar en el mercado ruso
desafiando tanto a sus patronos estadounidenses como a la UE. No es el
momento para ahondar en este asunto, pero la relación que ambos países
mantienen con China –los dos tienen firmados con los chinos acuerdos de
libre comercio- tienen mucho que ver con su pretensión de aprovechar las
sanciones que ha impuesto Rusia para comerciar con este país. A buen
seguro China ha presionado para ello.
En
el momento de escribir este pequeño análisis, Rusia ya ha autorizado a
empresas brasileñas y chilenas la exportación de carne y pescado y
mariscos a su territorio.
Todo
esto es lo que quiere evitar la UE haciendo gala de su comportamiento
colonial. Pero ya es tarde. Rusia y China tienen importantes acuerdos
bilaterales con Venezuela, Cuba, Nicaragua, Argentina y Brasil; los
BRICS ya tienen reuniones con la UNASUR y la CELAC… Los nuevos bloques
regionales se están constituyendo en nuevos bloques de poder y ya nada
será igual.
No
obstante, la valiente postura de América Latina no está exenta de
riesgos ya que quien aparezca a ojos de EEUU como “socio de Rusia”
estará marcado y será vulnerable a cualquier desestabilización
patrocinada por Washington. El caso de Venezuela es un buen ejemplo,
porque el papel de este país, sobre todo durante la presidencia de Hugo
Chávez, en la reinserción de Rusia en el continente latinoamericano fue
esencial. A la hora de hablar de la desestabilización de Venezuela,
próvida y alentada por EEUU, hay que tener en cuenta este factor
geopolítico. La vuelta al patrón oro
Junto
a este importantísimo cambio en las relaciones económicas hay otra
consecuencia letal para la UE y, a largo plazo, para EEUU como
consecuencia de las sanciones impuestas por Rusia: muchos países están
“reconsiderando” la prepotencia del dólar en las relaciones económicas y
Rusia está dando pasos para que, al menos, haya otras monedas. Y esto
preocupa, y mucho, a EEUU. Joseph Quinlan, director estratégico del
Banco de América, ha dicho que “este molesto giro de las relaciones
entre Rusia y Occidente por culpa de las sanciones puede ser el
catalizador del comienzo de un mundo multidivisa” (4).
Aunque
el efecto de las sanciones no pudiese apreciarse pronto, y ya se ha
visto que sí con el ejemplo alemán, no es aventurado decir que es el
paso más importante que se ha dado hacia la desaparición del dólar como
moneda de reserva del mundo. La UE más temprano que tarde se dará cuenta
que no puede seguir subvencionando las enormes deudas del gobierno de
EEUU sólo para recibir palos y más palos, como las sanciones contra los
bancos franceses, por ejemplo. Porque otra de las medidas que Rusia está
poniendo en marcha es diversificar su intercambio comercial fuera del
euro y del dólar.
Una
de las formas en que lo está haciendo es admitiendo la compra y venta
de productos en las monedas de los países con que comercia. Es el caso
de China, donde cada vez en mayor medida las transacciones son en rublos
y yuanes. Lo mismo ocurre con los otros países BRICS. Otra, la compra
de oro. Resulta que tres de los países BRICS (China, Rusia y Sudáfrica)
producen casi el 40% del oro del mundo, así que quienes han dudado de
que la puesta en marcha del Banco de Desarrollo de los BRICS sirva para
algo deberían reconsideran su postura. No hay que mirar sólo a lo
inmediato, sino a largo plazo.
Además,
resulta que Rusia tiene las quintas reservas más grandes de divisas del
mundo y es el sexto país del mundo en reserva de oro. En el primer
semestre de 2014, el Banco Central de Rusia decidió reducir sus reservas
de moneda extranjera el 2'5% y anunció que esa tendencia seguiría en el
futuro. Junto a este anuncio, otro: el aumento de las reservas de oro
en 54 toneladas en sólo cinco años.
Comparemos
estos movimientos con los de la UE, que está viéndose obligada a vender
sus reservas de oro como consecuencia de la crisis: Alemania ha vendido
2'9 toneladas, Italia, Francia y España han hecho lo mismo.
No
son muchos los que en Alemania y Francia se dan cuenta de hacia dónde
les lleva la dependencia y vasallaje de EEUU, aunque alguno de los
últimos movimientos de Ángela Merkel con Ucrania parecen dar a entender
que hay un cierto hartazgo con Washington, lo que no significa ni mucho
menos ni ruptura ni siquiera autonomía.
Francoise
Hollande es un payaso, pero no tanto como para ignorar lo que está en
juego con la presión estadounidense contra el BNP Paribas –multado con
9.000 millones de dólares supuestamente por comerciar con Cuba e Irán- e
intentando que no venda a Rusia dos portaaviones de la clase “Mistral”.
Aunque la capitulación francesa fue total aceptando, por boca del
gobierno, “la responsabilidad” del banco en la violación de las leyes
estadounidenses, que no europeas, el malestar en amplios sectores de
Francia es tal que no escasean las voces “para una recuperación de la
patria”. Sea lo que sea esta frase y signifique lo que signifique,
aunque sea el caso del BNP Paribas ha servido para que ahora el gobierno
diga que va a cumplir el contrato con Rusia pese a las presiones que
está recibiendo de EEUU y la OTAN para que no lo haga.
El
sentimiento europeo de hartazgo respecto a la sumisión a EEUU crece con
una actitud que les lleva a actuar como policías de EEUU gratis
mientras que tienen que pagar miles de millones de dólares en multas
cada vez que intentan hacer algún negocio que no le gusta a EEUU. Eso se
va a traducir en una paulatina distancia respecto al dólar como moneda
financiera.
El
euro ya está en el alambre, un enfrentamiento mayor con Rusia
precipitará su caída junto al dólar. Aún minoritarias, pero
significativas, son las voces que están comenzando a sonar sobre el
papel del dólar en la economía europea, en recuperar la soberanía
nacional y en la necesidad de oponerse a unas leyes del mercado que sólo
tienen como límites los que EEUU marca como propios.
___________
Notas:
(1) Informe de la consultora danesa ING Groep, citado por RBC Daily el 22 de agosto de 2014.
(2) Reuters, 22 de agosto de 2014.
(3)
Alberto Cruz, “Alemania y Portugal: ¿dos ejemplos para la izquierda?
http://www.lahaine.org/alemania-y-portugal-idos-ejemplos-para-l
(4) http://www.hardassetsalliance.com/
La Haine
Miércoles,17 e septiembre 2014.
http://pravdainternacional.blogspot.ch/2014/09/rusia-da-el-golpe-de-gracia-la-union.html
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