Relatan migrantes deportadas:
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“Huimos del país por inseguridad y hambre”
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Paula,
Blanca, Fanny y Suyapa, son cuatro mujeres desconocidas que la realidad
juntó en el mismo camino: la migración. Ellas llegaron deportadas esta
semana a Honduras después de caer detenidas justo cuando estaban a punto
de llegar a los Estados Unidos en busca de lo que en Honduras se les
niega, un empleo .... Leer más
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NUESTRA PALABRA
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Nuevo obispo para la Diócesis de Yoro
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Este
sábado la Diócesis de Yoro tendrá un nuevo Obispo. Es un acontecimiento
eclesial importante para la Diócesis. Es su segundo obispo, pero el
primero en ser hondureño y perteneciente al clero diocesano. Hasta el
momento presente todos eran extranjeros y religiosos. Y, como muy bien
decía un sacerdote yoreño, es motivo de alegría pues es un signo de
madurez y significa, al mismo tiempo, que se tiene confianza y
credibilidad en el clero autóctono y criollo.
Vamos
a fijarnos en los elementos que el nuevo obispo ha querido destacar y
que ha puesto en el escudo episcopal. Dividido en cuatro partes aparecen
la “lluvia de peces”, el Padre Manuel de Jesús Subirana, la Sagrada
Escritura con las letras alfa y omega y, por último, la palma africana.
La
“lluvia de peces” en Yoro quiere ser signo de apertura a la novedad y a
descubrir los signos de los tiempos; si Luquigüe fue avanzada de la
evangelización en la época colonial también deberá serlo ahora. El “P.
Manuel de Jesús Subirana” representa a una Iglesia que siempre debe ser
misionera y que hace la opción por los pobres y que, como él, debe
luchar por los derechos humanos de los pueblos autóctonos y la
titulación de sus tierras ancestrales. La “Sagrada Escritura” nos
recuerda la centralidad de la Palabra de Dios y del caminar de Dios con
su Pueblo. Monseñor Héctor David viene de la cuna de la Celebración de
la Palabra que es el rostro de una Iglesia de los pobres y representa a
una Iglesia laical donde los ministerios laicales están al servicio del
Reino de Dios. La “palma africana” representa no solamente a uno de los
medios de vida de la población sino también a la riqueza natural y de
recursos ecológicos existentes, así como el cuidado de la creación que
debemos tener.
El
lema “aquí estoy Señor” expresa en su literalidad la hondura de una
vocación sacerdotal y episcopal dedicada al servicio y la fidelidad a
Dios.
Queriendo
dar un paso más y desterrando la pretensión de querer ser santeros,
futurólogos, quirománticos, psíquicos o adivinadores del futuro para
predecir y anunciar de antemano cómo será el desarrollo de su ministerio
episcopal, sí podemos decir algo más sencillo. Es el Papa Francisco
quien lo ha nombrado directamente: “Nos, Sucesor del bienaventurado
Pedro, y Padre universal, de acuerdo con la Congregación para los
Obispos, y con la máxima Autoridad Apostólica, te nombramos Obispo de
YORO, con todos sus derechos y obligaciones”. Esto significa que lo
elige y nombra para formar parte de este “proyecto de Iglesia” que viene
impulsando desde el comienzo de su pontificado.
Son
los teólogos quiénes al concluir su primer año han hecho un balance
respondiendo a la pregunta sobre cuáles son los rasgos de la Iglesia
según el Papa Francisco. Y la respuesta que nos dan es sumamente
orientadora: 1) Una Iglesia pobre y acogedora 2) Una Iglesia centrada en
Jesucristo 3) Una Iglesia de la misericordia y la ternura 4) Una
Iglesia donde los últimos sean los primeros 5) Una Iglesia en estado de
misión, que sale a la calle, a las fronteras, abridora de caminos nuevos
6) Una Iglesia de puertas abiertas, que no discrimina a los que piensan
diferente 7) Una Iglesia del Vaticano II, descentralizada, abierta a la
permanente reforma 8) Una Iglesia con pastores que huelan a oveja:
delante, detrás y en medio del pueblo 9) Una Iglesia libre, joven y
alegre, levadura de la sociedad 10) Una Iglesia Pueblo de Dios, plural y
diversa.
Por
lo tanto, el nombramiento de Monseñor Héctor David García Osorio como
Obispo de Yoro tiene dos grandes asideros por donde encauzará su
ministerio: el que él mismo ha formulado eligiendo tanto el lema como el
emblema episcopal; y, en segundo lugar, en el modelo de Iglesia que ha
venido elaborando el Papa Francisco para todos los “seguidores de
Jesús”, especialmente los que ostentan un cargo jerárquico y episcopal.
Concluimos
nuestro comentario uniéndonos con gozo y esperanza a la Iglesia de Yoro
pidiendo al Padre celestial su bendición y acompañamiento en esta nueva
etapa “kairológica” de la Iglesia yoreña.
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