Tegucigalpa.
Geovanny Misael Figueroa Salvador (24 años), joven que sufre discapacidad (sordomudo), fue golpeado por Policías Municipales en el centro de la capital.
Todos los días Figueroa se levanta temprano y se alista para ir al parque central a vender agua, para ayudarle a su familia con la venta de las bolsitas que da a dos lempiras cada una, el muchacho aduce que no pudo ir a la escuela pero que le enseñaron a escribir un poco, sabe escribir su nombre, edad, donde vive, numero de teléfono y algunas palabras básicas para darse a entender con las demás personas.
Mientras pasaba por el parque la defensora de Derechos Humanos del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH y corresponsal de defensoresenlinea.com, presenció la manera en que los Policías Municipales agredían a Figueroa, también como las vendedoras se metieron a defender al joven gritándoles a los “Sabuesos Azules” que no abusaran,que el chico no hablaba ni escuchaba, los uniformaron se enfilaron a arremeterla contra las mujeres, pero aparecieron los militares, los que evitaron que golpearan a las vendedoras ambulantes.
Testimonio a señas
Según el joven agredido ya van dos veces que los “Sabuesos Azules” lo golpean, “golpean con toletes, me puyan las costillas, me corren, les hago señas pero como no hablo y escucho no me entienden, me empujan, me dicen cosas”, indico Figueroa.
Figueroa manifestó que lo empujaron dos policías altos, grandes, les hizo señas que vende agua para comer, pero le dieron un toletazo en la rodilla izquierda y lo tiraron al suelo, gritándole cosas.
Geovanny siempre que anda vendiendo agua viste una camiseta gris con un versículo de la biblia de Mateo 13.1-9 con la leyenda “Campamento Cristiano para Sordos”, en el dibujo de la camisa esta la mano de Dios hacia abajo tirando semillas sobre un niño y una niña, cada uno con un corazón, encima incrustada una cruz entre ellos una planta creciendo con cinco hojas verdes.
“Vendo desde que estoy pequeño”, expreso Figueroa, desde niño su papa que vende en un puesto en el mercado lo llevaba con el para que le ayudara y así alimentar a su familia, el muchacho asiste a una iglesia evangélica de la Colonia Villa Nueva (no entendimos las señas del nombre).
Todos los días se observa como los “Sabuesos Azules” de la Alcaldía Municipal embisten con cruenta violencia a mujeres, niños, niñas, ancianos, ancianas, jóvenes, hombres vendedores ambulantes; en esta ocasión le toco al turno a Geovanny un joven discapacitado que cree tener el derechos de vender agua, para hacer unos centavos y llevar a su casa para comer, ya que es lo único que puede hacer, porque siendo pobre, discapacitado y sin instrucción no tuvo la oportunidad de acceder a un centro especial para educarse; a pesar que anda un carnet firmado por el Estado de Honduras que comprueba su condición, es empujado, insultado y golpeado por funcionarios del mismo Estado que le otorgo la identificación; pero que se escudan en una ley para ejercer violencia contra ciudadanas y ciudadanos que buscan una manera de sobrevivir en medio de la injusticia social en que vivimos.
A las y los defensores de Derechos Humanos no les queda mas que tratar de evitar que sus golpes sean mas profundos y numerosos, ya que las y los vendedores ambulantes están indefensos ante la ley, porque saben que el abuso del que son victimas se enmarca en una ley emitida por el legislativo, para desalojarlos donde quiera que estén.
El caso de Geovanny, el joven sordomudo que vende agua, queda escrito en la historia como un antecedente más de la desigualdad social que impera en Honduras. Pudimos armar los testimonios, por lo que observamos en el parque en el momento que ocurrió el hecho, lo que declararon algunas vendedoras ambulantes, las señas del muchacho y algunas palabras que escribió.
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