En este mes de septiembre nuestros diminutos países centroamericanos, tan partidos y torpemente divididos, nos unimos en una fecha común de memoria de una independencia incierta, inconclusa y nunca hecha realidad.
Centroamérica,
tantas veces puesta en el mapa internacional por sus inundaciones,
terremotos, maras y pandillas, cruce de carteles, masacres y violencias o
golpes de Estado, es una región que por su historia reciente, en
comparación con los viejos mundos, con aciertos y tumbos, sigue dando de
qué hablar, con mucha vida, coraje y poniéndose de pie.
Somos
una pequeña zona en el continente con una historia común, de mucho
dolor por nuestras cruentas guerras, y por igual compartimos una de las
zonas de mayor riqueza en biodiversidad del continente y del mundo. No
en vano, ha sido en el triángulo norte centroamericano en donde con más
afán las multinacionales siguen presionando para que se legisle a favor
de la privatización de los bienes naturales, particularmente el agua y
todos sus afluentes.
Su
gente –unos 40 millones de personas de acentos varios--, tiene sus
propias lenguas, tradiciones y verdades. Pero también compartimos
riesgos. La penetración de las estructuras paralegales --o lo que
solemos llamar crimen organizado o poderes ocultos-- en las estructuras
públicas ya no es una amenaza, es una realidad con la que se levantan
cada mañana especialmente catrachos, guanacos y chapines. Y es una de
las razones por las cuales el fortalecimiento del Estado de derecho es
una tarea regional.
Honduras
recordó de un tajo el 28 de junio de 2009 que nuestras democracias se
sostienen sobre una institucionalidad frágil y precaria, y que es muy
poco lo que hemos avanzado luego de los terribles conflictos políticos
militares que sacudieron nuestra región hace menos de tres décadas,
quedándonos con una democracia sostenida sobre pies de barro. Los
centroamericanos y centroamericanas, con sus limitaciones y fortalezas,
soñamos con una región sin fronteras pero con justicia social. Soñamos
con trabajar, estudiar, vivir y morir dignamente en nuestro territorio.
Somos gentes que amamos nuestra tierra, y por eso lloramos hasta por
nuestros himnos nacionales cuando estamos en tierra ausente.
En
el momento en que Honduras se hunde como el país con mayores muertes
violentas del planeta, más está necesitado de buscar el camino de los
consensos mínimos para avanzar hacia una nueva institucionalidad.
Sabemos que caídos tan a fondo en nuestra ruptura humana, social,
política, económica, cultural y religiosa que el camino para rehacernos
como sociedad es largo y difícil, y no podemos caer en la tentación de
las salidas rápidas, prontas y fáciles.
Par
alcanzar mínimos consensos en este proceso largo y difícil, solo vale
una condición: buscar la máxima inclusión posible, aspirando a que nadie
se quede fuera. Una búsqueda de consensos que nos abra las puertas
hacia la lucha por construir una Centroamérica sin ridículas fronteras y
sin modelos productores de gente miserable y concentradora ilimitada de
capitales en manos de reducidas élites empresariales y políticas.
Soñamos
con una Centroamérica en donde construyamos democracias no solo
políticas sino económicas, sociales y culturales, en donde la gente no
se vea obligada a emigrar hacia Estados Unidos o hacia otros países
ricos. Soñamos con una Centroamérica que se independice de las élites
que controlan todos los hilos y mecanismos del Estado, la economía y la
sociedad, y que cada cierto tiempo abren la tranca electoral para que la
gente vote, para no permitirle nunca que haga valer su palabra y su
dignidad.
Soñamos
con una Centroamérica Libre de violencia, corrupción, impunidad y
desigualdades. Una Centroamérica Soberana ante los países ricos del
norte y de sus multinacionales y que ejerce soberanía sobre sus bienes
naturales y decide desde lo que siente, piensa, sueña y añora toda su
gente. Soñamos con una Centroamérica Independiente de miseria y
esclavitud, del militarismo y de la ley de los fuertes, del patriarcado y
de todo tipo de dominación y opresión. Escuchar y descargar Nuestra Palabra
Derechos compartidos, citando la fuente | Contáctenos | Misión | Historia | www.radioprogresohn.net
No hay comentarios :
Publicar un comentario