Coordinación Nacional del MST
Durante 30 años, el MST ha contribuido a la democratización de la
tierra, a través de la lucha por la reforma agraria. En febrero de 2014,
celebramos nuestro VI Congreso, con la aprobación de nuestro Programa
Agrícola en la defensa de la Reforma Agraria Popular. Luchamos por los
cambios en la relación con los bienes de la naturaleza, en la producción
de alimentos y las relaciones sociales en el campo. Queremos contribuir
permanentemente en la construcción de una sociedad justa, igualitaria y
fraternal.
La tierra tiene que democratizarse y cumplir con su función social. El
campo debe ser un espacio bueno para vivir, donde las personas tengan el
respeto de sus derechos, como garantía de condiciones dignas de vida.
Luchamos y exigimos una política efectiva, estructurante y masiva de
Reforma Agraria Popular, indispensable para la permanencia de las
familias en el campo, con producción y distribución de la riqueza.
Exigimos la actualización inmediata de los índices de productividad
prevista en la legislación brasileña, que permita el acceso a la tierra a
miles de familias. Necesitamos la implementación de un Plan Nacional de
Reforma Agraria - PNRA, con metas de familias a ser asentadas y el
establecimiento de prioridades por regiones. Recuperación de tierras a
través de la expropiación de los latifundios, recuperación de las
tierras ocupadas ilegalmente –de la Unión y de las tierras baldías
invadidas por el capital bancario especulativo, principalmente el
agronegocio y las transnacionales -así como las haciendas con deudas en
los bancos públicos, agencias gubernamentales y áreas identificadas con
trabajo esclavo y que no cumplen con la función social.
Reclamos el asentimiento inmediato de más de 120 mil familias que están
viviendo en condiciones precarias en centenares de campamentos dispersos
por todo el país. Asignación de tierras en proyectos de riego y en
torno a los canales de transposición para la Reforma Agraria.
Fortalecimiento y la reorganización del INCRA, como órgano encargado de
la reforma agraria en el país, con condiciones de ejecución.
Nos sumamos a las luchas y demandas con las otras fuerzas en el campo
para la demarcación y legalización inmediata de todas las áreas
indígenas y quilombolas y de la posesión de los pueblos ribereños,
pescadores y comunidades tradicionales como establece la Constitución
Federal.
La no realización de la reforma agraria exacerba los conflictos en el
campo: demandamos justicia y castigo a los autores intelectuales y a los
asesinos de trabajadores y trabajadoras en el campo.
La agricultura brasileña debe dar prioridad a la producción de alimentos
sanos, como un derecho humano y como principio de la soberanía
alimentaria. La comida no puede ser mercancía, fuente de explotación, de
lucro y de especulación. Para eso, exigimos políticas públicas que
garanticen condiciones para la producción agroecológica, sin
agrotóxicos, con calidad, diversidad y baratos para toda la población
brasileña. El fomento y garantía de producción, selección y
almacenamiento de las semillas por los propios campesinos, combatiendo
así la producción y comercialización de semillas transgénicas. Estamos
en contra de las leyes de patentes y la privatización de nuestras
semillas.
Reanudar y garantizar los instrumentos de compra de todos los alimentos
producidos por la agricultura campesina, para atender escuelas, sistema
de salud, de seguridad y universidades, al instar del Programa de
Adquisición de Alimentos –PAA- y Programa Nacional de Alimentación
Escolar –PNAE-.
La educación es un derecho fundamental de todas las personas y debe ser
atendido en el propio lugar donde ellas viven, respetando el conjunto de
sus necesidades humanas y sociales.
Necesitamos que todas las áreas de asentamientos y campamentos tengan su
propia escuela, con las condiciones necesarias para su funcionamiento.
No aceptamos el cierre de ninguna escuela del campo y exigimos la
implementación de un programa masivo para erradicar el analfabetismo.
Luchamos por la defensa, universalización, ampliación de recursos y el
acceso efectivo al Programa Nacional de Educación en la Reforma Agraria
–PRONERA-, asegurando que los jóvenes y adultos que viven en el campo
puedan avanzar en la escolarización.
El asentamiento es nuestro territorio de lucha, producción, reproducción
y garantía de nuestra vida, lugar de defensa y construcción de un
modelo de agricultura, con la producción de alimentos y acceso a los
bienes sociales y culturales. Para ello, es necesario garantizar
condiciones dignas de vida a las poblaciones campesinas y urbanas, para
producir una nueva sociabilidad.
Exigimos política de protección de los bienes de la naturaleza, de aguas
y fuentes, asegurando que todas las familias campesinas tengan acceso
al agua potable y de calidad con saneamiento básico. Rechazamos el
proceso de privatización del agua.
Implementación de un programa de vivienda popular en el campo, que
garantice el acceso rápido y sin burocracia, para eliminar el déficit
actual de más de un millón de viviendas en el campo.
La ampliación e implementación del acceso a la agroindustrialización,
con la consolidación de un programa nacional, a partir de las
cooperativas de los trabajadores y trabajadoras, en forma
desburocratizada. Asegurar el desarrollo de tecnologías apropiadas a la
realidad de las comunidades campesinas con el desarrollo de programas de
maquinaria y equipamientos agrícolas.
Es urgente la reorganización del sistema público de Asistencia Técnica y
Extensión Rural, para orientarlo y subordinarlo a las necesidades y
objetivos de los campesinos y campesinas, sumando a un programa de
crédito rural que contribuya a la estructuración del conjunto de toda la
unidad productiva y sus diferentes sistemas de producción, estimulando y
fortaleciendo el cooperativismo, la comercialización y la
industrialización de la producción. Reclamamos la garantía de los
derechos laborales y la seguridad social para los trabajadores y
trabajadoras del campo y asalariados.
Es necesario el compromiso de todos y todas para la realización de
amplias reformas, principalmente en la política, que democraticen las
instituciones y devuelvan al pueblo el derecho de elegir a sus
representantes. Y para ello exigimos la convocatoria de una Asamblea
Constituyente soberana y exclusiva, en el año 2015.
Estos son algunos de los cambios urgentes y necesarios, para mejorar las
condiciones de vida y de ingresos en el campo, que todos los
gobernantes electos deben implementar. Reafirmamos nuestra voluntad de
luchar de manera permanente por la defensa y construcción de la Reforma
Agraria Popular y de la Transformación Social.
São Paulo, 08 2014.
Coordinación Nacional del MST
Los periodos electorales deben ser momentos de debate sobre los grandes
temas estructurales de la sociedad brasileña, apuntando a la naturaleza
de nuestros problemas y las soluciones necesarias.
lunes, 1 de septiembre de 2014
BRASIL: Carta del MST a los candidatos y candidatas a la Presidencia de Brasil y a gobiernos estaduales
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