Autor del articulo: Proceso Digital /
Lunes 21 de Abril 2014 - 11:37
Lunes 21 de Abril 2014 - 11:37
Tegucigalpa - El gerente de la Empresa
Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel), Jesús Mejía, considera que
esa institución estatal todavía es rescatable luego que comience a
estabilizarse a partir de julio próximo.
El
funcionario reconoció que hasta ahora se está adecuando la administración, lo
que debió hacerse desde hace cuatro años, pero de acuerdo al trabajo que se
está haciendo, en julio próximo la empresa se podrá estabilizar.
Señaló que
no se sabe por qué motivo, no se ha hecho una inversión en la banda ancha y en
la telefonía móvil, pero confió en que al conseguir un socio estratégico que
invierta en la empresa, se tiene una meta de facturar, en el término de cinco
años, unos 110 millones de dólares.
Por su
parte, el presidente del Sindicato de Trabajadores de las Telecomunicaciones en
Honduras (Sitratelh) Orlando Mejía, cuestionó que la institución tiene una
década de abandono, pero reconoció que no hay que llorar sobre la leche
derramada y hay que elaborar un plan estratégico para sacar adelante la
empresa.
No obstante,
advirtió que es un trabajo bastante difícil, porque Hondutel ni siquiera está
en el Plan de País, y si no se invierte y no hay voluntad, no se podrá sacar
adelante y no es culpa de los trabajadores porque la empresa siempre ha estado
en manos de los políticos que han administrado mal, han querido privatizar la
institución y nunca han aprobado los planes de desarrollo para definir una ruta
que lleve a recuperar a la estatal telefónica.
Hondutel no
ha logrado salir de su estado de sobrevivencia y para sacarla a flote se
requieren no menos de 600 millones de dólares, es decir unos 12 mil millones de
lempiras, según estudios.
En el
presente período administrativo, se ha logrado reducir la planilla de la
moribunda institución en 18 millones de lempiras, gracias a que el pago de
sueldos y salarios cayó de 84 a 66 millones de lempiras mensuales.
Sin embargo,
ese ahorro es mínimo e insuficiente para llevar a la institución a un punto de
estabilidad financiera, una condición que exige sanear la administración y
disminuir a la mitad la cantidad de empleados.
Hasta el
momento, únicamente se ha logrado bajar el número de trabajadores de cuatro mil
200 a tres mil 300 personas. Las autoridades de la empresa han confirmado que
están listos 300 millones de lempiras para la cobertura de las prestaciones de
860 burócratas que han sido separados de sus funciones.
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