Escrito por Redacción en Jueves, 9/01/2014 - 10:55
Tocoa, Colón (Conexihon).- Andrés
León,estudiante costarricense del doctorado de antropología
Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY; acrónimo por sus siglas en
inglés, City University of New York) realizó durante este 2013 una
profunda investigación para su tesis enfocado en el proceso de
transformación del Valle del Aguán antes, durante y después de la
reforma agraria.
Durante
este año ha estado en la zona hablando con personas de diferentes
sectores en esta región, tanto personas de grupos campesinos que se
formaron después del paso del huracán Mitch en 1998, como personas que
vendieron y los que no vendieron sus tierras en los años 90´s. “Hable
con varias organizaciones no gubernamentales, para ver fundamentalmente
como ellos cuentan la historia”, comentó.
La militarización no es la solución
Después de un año en la zona, León
cree que una verdadera Reforma Agraria es posible y que para lograr
solucionar el conflicto es necesario que haya justicia, una mesa de
dialogo entre los grupos campesinos y los terratenientes. A
su criterio también “urge una investigación para saber quién es el
verdadero dueño de las tierras, mientras que el Estado debe asumir un
papel mucho más fuerte y enérgico para resolver el tema”.
A su criterio la fuerte presencia
militar en la zona no es la mejor solución para el conflicto, y además
del diálogo en igualdad de condiciones tienen que haber temas de fondo
como el acceso a créditos, servicios para la producción incluyendo la
prevención de amenazas para los cultivos, como las inundaciones. Queda
claro que la militarización no es solución para el conflicto agrario,
porque la tenencia de la tierra es un problema político, subrayó.
Conexihon. Después de estar
durante un año en el Valle del Aguán escuchando a los grupos campesinos
¿Cuáles son las conclusiones que puede hacer?
AL: Para comprender
mejor lo que pasa en esta región hay que conocer su proceso histórico de
formación, las cosas que están pasando hoy en el Aguán no empezaron
ayer, si no que tienen una cola bastante larga, desde el mismo echo que
en 1920 llega la Trujillo Railroad Company, empresa bananera que le
compraba el banano a los poquiteros, ver como en los 40 debido al mal de
panamá, la bananera abandona todas las tierras y aquí lo que queda es
un sector de comunidad garífuna, migrantes salvadoreños, ex trabajadores
del ferrocarril y de la bananera.
Esta es la gente que empieza a poblar
la región de 1950 hasta 1970, hay mucha gente que plantea lo que pasa en
al Aguan como si antes de 1970 estaba vacía, mucho antes de eso ya
habían pequeños productores dedicados a la agricultura fundamentalmente
dedicados a la producción de granos básicos, las cuales en 1970 cuando
se trae a la región el Proyecto de Bajo Aguan, como una forma de
desactivar conflictos agrarios en otras partes del país, trayéndolos a
una zona que supuestamente estaba abandonada, desde allí se generan
tensiones entre los que llegan y los que ya estaban.
La gente con la que yo he hablado me
dijo que ellos tenían sus fincas y parcelas de 10 o 20 manzanas y que
cuando llegaron las cooperativas se las quitaron sin pagarle ni siquiera
las mejoras, a ellos los dejaron sin nada y tuvieron que emigrar a la
ciudad, esto también generó resentimiento entre la gente de Tocoa y la
de las aldeas. Este malestar es algo bien palpable para la gente que
viene de afuera, pero que acá en la zona no se nota.
No
toda la migración que hubo fue inducida por el Proyecto del Bajo Aguán,
ya que junto con las personas que se organizaron en cooperativas para
producir palma, también llegó mucha gente muy empobrecida de la zona sur
y occidente del país, la que no ingreso a las cooperativas y se
dedicaron a trabajar el campo de manera individual, como jornaleros en
las cooperativas o terminaron yéndose para los cerros a la zona alta de
la zona.
Esta migración casi no se discute
mucho, especialmente porque muchos de los movimientos campesinos
surgieron después de Mitch y en el año 2000, vienen de esos cerros y no
son familiares de los cooperativistas que vendieron las tierras.
Así surgen como un conjunto de
tensiones entre margen izquierda y margen derecha, entre la gente de los
cerros y el llano del valle, entre la gente de las cooperativas que
vendieron y los que no vendieron.
Luego en el 92 se aprueba la Ley de
Modernización Agraria, desaparece la política que existía en la que el
Estado a través del Instituto Nacional Agrario (INA), era el responsable
de la asignación de tierras para la producción en el campo y al mismo
tiempo con esta Ley se le permitió a las cooperativas vender las tierras
si así lo querían, en ese sentido esta ley generó las condiciones para
una transformación y para que se den muchos de los conflictos.
Si uno mira de 1990 a 1994 se vende a
nivel nacional un 50% del total de la tierra que se había dado para
reforma agraria y en el caso específico del bajo Aguán, se vende casi el
70% es decir que de cada 10 hectáreas que se habían repartido del 72 al
92, los beneficiados vendieron siete.
Esta fue una transformación muy
fuerte, sobre todo porque la venta la hicieron las cooperativas que
tenían de 30 a 60 socios a quedar todas en manos de muy pocos empresas y
de muy poca gente empobreciendo mucho no solo a la gente que trabajaba
en las fincas sino al comercio de Tocoa por el tema de consumo. Mientras
tanto las grandes empresas solo ocupan las tierras, procesan la palma
exportan los productos y no dejan casi nada aquí.
Por
otro lado, muchas de esas ventas de las tierras son declaradas ilegales
como en el caso de Movimiento Auténtico Reivindicador del Aguán
(MARCA), que recibió los títulos definitivos al año pasado, demostrando
que el proceso de venta que se había hecho había sido amañado y que
había sido ilegal.
Desde los 90´s el Aguán ha estado muy
marcado por la violencia y la represión, no solo la Ley de Modernización
Agrícola es la causa del conflicto, hay muchas otras cosas como la
fuerte presencia del Ejército en la región, el director de INA en los
70´s era un militar, el director del Proyecto del Bajo Aguán era
militar, podemos decir que la institución del Estado con mayor presencia
en la región es el ejército, todos los hechos antes mencionados generan
las condiciones para que tengamos todos estos problemas que se tienen
hoy.
Conexihon. Según el
Observatorio de Derechos Humanos en el Aguán del 2008 a la fecha son 123
personas las que han muerto y seis más están desaparecidos y la
pregunta que nos hacemos es ¿Quién los asesinó y quiénes son los actores
intelectuales detrás de sus muertes?
AL: Bueno
diferentes organizaciones manejan cifras diferentes, pero creo que más
importante que la cantidad de víctimas, hay que pensar en el contexto y
que es lo que ha pasado con esas muertes, el problema es que no solo en
el caso de los muertos relacionados con el conflicto agrario sino que
todas las muertes por otras causas que se están dando en el bajo Aguán.
El Estado no ha respondido prontamente
ni ha logrado solucionar muchos de estos casos, entonces, lo que se ha
generado es un contexto de impunidad casi completo y absoluto, en el que
cualquier tipo de crimen se le puede achacar a cualquier persona porque
al final pareciera que no va a pasar nada.
El Ministerio Público no responde ante
las denuncias, muy pocos de estos asesinatos son esclarecidos y eso va
generando un ambiente en el que las demás personas dicen yo también
puedo matar, porque no me va a pasar nada no me van a llevar a la
justicia.
Este es un reclamo no solo de las
organizaciones de derechos humanos y de las organizaciones campesinas,
el mismo coronel German Alfaro, de Xatruch III se ha referido a esto
varias veces en los medios de comunicación y han presentado las pruebas y
que el MP y la Dirección Nacional de Investigación Criminal no ha
respondido de manera pronta y oportuna a las denuncias y a todos estos
casos, lo que hace que estos casos vayan en aumento.
Conexihon. Después de 1 año en
la zona hablando con la gente de la Región ¿Cree que avanzamos hacia
una solución del conflicto agrario?
AL: Hay varios
elementos que hay que considerar, uno es la justicia, mientras no haya
justicia para esos crímenes y para las violaciones de derechos humanos,
se hace muy difícil. Resolver este tipo de conflictos.
En segundo lugar debe esclarecerse el
tema de la tenencia de la tierra que en muchas de las fincas que están
en disputa, sin partir del hecho que las organizaciones campesinas que
las están disputando tienen la razón, ni partir de que los
terratenientes que en este momento que están usufructuando tienen la
razón, sino partir de un proceso profundo de esclarecimiento de cuál es
la tenencia y cuál es el estado de esas tierras. A partir de eso se debe
establecer quien debería estar en posesión de la tierra.
Lo que hay que buscar es dialogo entre
las organizaciones campesinas y los terratenientes, no todos pero si
hay organizaciones campesinas que estarían dispuestas a vender la fruta a
las mismas empresas.
Y finalmente un papel muchísimo más
fuerte y enérgico del Estado no solo para resolver el tema de las
tierras, si no para resolver los elementos que van alrededor de esto,
acceso al crédito, servicios para la producción y las amenazas por los
geográficas producidas por las inundaciones, estos son ciertos pasos que
se pueden dar para que el futuro de esta región sea mejor.
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