Prensa del sistema: O estás conmigo o
eres terrorista
Por Dick Emanuelsson e Ingrid Storgen
A
partir de los hechos por todos conocidos, que daban cuenta de la “captura” del
periodista francés Romeo Langlois, por las FARC-EP, no deja de mencionarse el
tema que adquirió estatus de funcionalidad extrema para los medios oficiales
del mundo.
Y
escribimos “captura” entre comillas, porque de no hacerlo así estaríamos
cayendo en el mismo error de la prensa comprada. Error por supuesto no inocente
ni mucho menos desinteresado, sino que está siendo sostenido a cuatro manos
como para lograr lo que siempre buscaron: apagar el incendio que representa la
guerra en Colombia, con un galón de gasolina.
Debemos recordar que toda prisión, sea ejecutada por quien sea, suena a
hecho lamentable. De no haber situaciones conflictivas mediante, no existiría
más ese dolor para nadie.
EL CASO DEL PERIODISTA
FRANCÉS, es un caso por demás delicado. Y si
bien es un periodista muy reconocido por el cual sentimos un profundo respeto,
cometió o le hicieron cometer tremendo error.
Todo
corresponsal y mucho más cuando está cubriendo un enfrentamiento bélico, sabe
muy bien que no puede estar vestido con ropas militares que representen a
alguno de los bandos enfrentados. Esa es una premisa indiscutible que parte en
primera instancia, desde la lógica y la protección de su propia persona y
luego da vueltas por los recovecos de las leyes internacionales.
En
este caso se transgredieron esas premisas, Langlois vestía uniforme del ejército
colombiano; si lo hizo
presionado sería muy bueno saberlo como para poder enterar a la opinión pública
acerca de las circunstancias en que se desarrolla la noticia en ese país en
guerra no declarada por el estado, pero existente en todas sus formas.
Si
lo hizo bajo otros argumentos sería otra historia que habría que desmenuzar muy
bien.
De momento nos preguntamos qué hubiera pasado si su uniforme
hubiera sido el de la guerrilla y lo hubieran tomado prisionero, las fuerzas
regulares. Hubieran dicho, inmediatamente, “periodista guerrillero
capturado por las FF.MM con
miles de toneladas de explosivos en su bolsillo…”
De
todas maneras esto hay que saberlo y urge.
Periodistas de Cadena Caracol se vestieron camuflage por un día. ¿Ético? |
URGE TAMBIÉN UN PROFUNDO
DEBATE tal como se está proponiendo –y no precisamente
desde el estado terrorista colombiano-, acerca de la forma de ejercer allí la
tarea informativa.
Ahora bien, ¿cuáles son las herramientas con las que contamos como para
comenzar a dar ese debate?
Si
lo inicia la guerrilla, bueno, creemos que aquí debería terminar esta nota…
superaría la capacidad de asombro de los lectores el aluvión de improperios que
se lanzarían contra la organización que el 27 de este mes, cumplirá 48 años de
resistencia.
Si lo iniciamos quienes nos manifestamos contra esa
guerra absurda, sin dudas seremos los eternos “tentáculos de las FARC” tal
como nos denominaran hace pocos días desde El Espectador [1], prensa que por estar en el lugar exacto donde se desarrolla esa guerra
podría hacer un excelente aporte para la paz, si tuviera al menos un gramo de
ética y moral informativa –y humana- (aunque sabemos que carece de esos
principios).
Si
el debate pretendemos que lo inicie esa prensa, pues ¡olvídate! Sería como
esperar a los reyes magos en enero.
ENTONCES SEGUIMOS
PREGUNTÁNDONOS, debatir ¿Con quiénes? ¿Cómo? Los de
la prensa alternativa, sabemos donde está la punta de esa madeja infernal que
azota a un pueblo hermano. Nosotros no tenemos interés alguno por esa guerra
más que el de poder dar la noticia que hable de su final.
No
nos impulsa otro interés que no sea el hecho de cubrir la información que
llega a nuestros correos y da cuenta de un estado tan genocida como pocas veces
se ha visto en América Latina y que ahora se está recreando también en Honduras
y seguirá en Guatemala y así hasta que les de la gana y Washington deje de
ordenar sobre los destinos de nuestras patrias.
Lo
que sí, tenemos que debatir entre nosotros, es como llegar a la mayor cantidad
de lectores, como crear más herramientas que nos permitan salir al encuentro de
tanta ridiculez como la que venimos observando desde hace tantos años,
porque no hacemos sino comunicar sobre el sufrimiento de un pueblo,
pretendiendo llegar a la mayor cantidad de personas y eso no nos resulta para
nada fácil.
No
contamos con la tecnología de los grandes multimedios, no contamos con
financiamiento que nos permita trasladarnos a los lugares en conflicto, no
contamos con nada más que la bronca que nos embarga cuando sabemos que en lo
que va del año lo único que escuchamos de Colombia es la noticia que habla de
muertos, desaparecidos, perseguidos y amenazados. Cosa que la prensa oficial no
reproduce jamás.
QUE NO LO HACE PORQUE A SUS
AMOS no le conviene que esa guerra termine, sino todo
lo contrario. En el caso de que terminara, más de uno no sabría en que agujero
meterse porque quedaría descubierta la mentira utilizada durante tantos años de
conflicto entre hermanos.
Nuestros
medios escasos y sostenidos a pulmón, son atacados permanentemente, como
periodistas somos constantemente demonizados y ni que hablar de los medios que
verdaderamente utiliza la guerrilla para informar sobre sus acciones.
En los últimos días, con la
soberbia más absurda, hasta atribuyeron a la guerrilla alguna cuenta en la red
social Twitter, cosa que sería muy fácilmente detectable para bloquear
inmediatamente y “cazar” al guerriller@ que debajo de un árbol pasa sus horas
twitteando, entre balacera y bombazos.
Uno
se pregunta hasta dónde puede llegar la información de los grandes medios; qué
cerebro imaginativo tendrá quien se lanza a largar ese tipo de noticias y quién
podría creer semejante ridiculez.
Sin
embargo se emplean largas horas/aire para “comunicar” a la opinión pública
internacional sobre los pasatiempos de los muchach@s en esta era informática
donde todo toma estado público, pero lo toma según el ángulo donde se revuelcan
los intereses oligárquicos.
QUEDAMOS A LA
ESPERA DE LA LIBERTAD del corresponsal Romero Langlois, así como quedamos esperando el
esclarecimiento de una situación confusa.
Si
esperamos que sea la prensa del sistema la que aclare, andamos por la ruta
equivocada.
Para
ellos que conocen nuestra integridad profesional, seguiremos siendo “terroristas”,
aunque para justificar tendrían que probar, pero también sabemos que no sería
tarea difícil ya que cuando quieren, “plantan” las pruebas o hacen hablar a
algún computador reventado por toneladas de bombas descargadas desde aviones
con la más alta tecnología.
En
el mundo de los massmedios nada es imposible, excepto hablar de moral
profesional.
Esa
que a nosotros nos sobra.
[1] Tentáculos de las FARC en internet
http://www.elespectador.com/noticias/judicial/articulo-345141-tentaculos-de-farc-internet
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PERIODISMO EN COLOMBIA
ANNCOL invita a debatir la guerra,
criterios, ética, poder económico y concentración de los medios, “neutralidad”
o realidad, relaciones periodista-FF.MM.-guerrilla, periodista-patronos, entre
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