viernes, 4 de noviembre de 2011

Juicio y castigo

En esta Plaza donde hablamos cada mes las familias víctimas de la desaparición forzada del siglo pasado y del actual, decimos que el problema no son las manzanas podridas sino las instituciones putrefactas:
Por no haber castigado penalmente y rehabilitado a los criminales del DIN y el 3-16 acogidos por la Policía Nacional tenemos hoy entre nosotros a máquinas de muerte y terror.
 
Igual que los ex agentes sucios de la CIA en 1997 fundaron en McLean escuelas privadas de terror, aquí sus alumnos hicieron lo mismo hasta desbordar la situación de respeto a los derechos humanos, en complicidad con el sector privado y la élite política.
 
Igual que ayer ante los hechos brutales, los políticos locales recurren hoy a lo mismo: auto intervenirse para depurar a los visibles, mientras las fieras se agazapan en su hábitat esperando el momento para dar el zarpazo otra vez.
 
Anoche crearon en el Congreso Nacional una nueva oficina independiente de investigación y evaluación con el mismo personal y nuevos activistas, que en dos meses reproducirán los mismos vicios.  
 
Mientras, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) prepara el desembolso de 60 millones de dólares en febrero de 2012 para impulsar el entrenamiento policial con instructores colombianos.
 
A la emergencia de brutalidad que denuncia el pueblo en todo el país le buscan una salida de emergencia urbana con los mismos actores de la brutalidad.
Una salida de emergencia continuará la emergencia. Una solución política politizará el problema. Y los delincuentes seguirán en ese paraguas maravilloso de la impunidad que les provee recursos del Estado y del boyante Crimen Organizado.
 
Los delincuentes deben ser juzgados. El Estado terrorista debe ser desmantelado por quienes lo instalaron. Estados Unidos debe asumir su responsabilidad, sin imponernos su nueva estrategia hegemónica por la vía colombiana y mexicana.
 
La mejor expresión de la comunidad internacional debe instalarse pronto en los lugares más vulnerable de Honduras, para acompañar a la población militarizada y generar propuestas alternativas , como lo hizo Italia en 2010 en Zacate Grande y como están a punto de hacerlo otros países en el Bajo Aguán.
 
Igual que en el pasado, el COFADEH aboga por soluciones integrales que devuelvan a la ciudadanía el protagonismo que constitucionalmente tiene para decidir su nuevo contrato con el Estado.
 
En esa solución integral no tendríamos que andar buscando la verdad y la justicia en las cortes de Estados Unidos, como ocurre en este momento con la familia de Isi Obed Murillo frente a Roberto Micheleti, inversionista en Texas.
 
O como ocurre con el ex presidente Manuel Zelaya versus los golpistas en la Corte Penal Internacional por su relevo violento del poder y su expatriación a Costa Rica.
 
Irónicamente el juicio contra Micheleti en Huston lo intentan parar las propias instituciones que están obligadas a impulsarlo: la Corte Suprema, el Congreso Nacional y el Ministerio Público.
 
Por esa trama de lealtades políticas del crimen organizado local es que las y los abogados del CCR y de Americas Rigths Watch han urgido ayer a la Corte de Texas a considerar la nueva información aportada al expediente por los peticionarios.
 
Una Comisión Internacional de plenos poderes debe ser instalada en el país para ejecutar las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, del Exámen Periódico Universal de la ONU y de ambas comisiones nacionales de Verdad, sin andar con pantomimas ni parches reviviendo consejos, notables y esos cadáveres diversionistas que entretienen a políticos baratos del patio.  
 
Espere el  informe de la Comisión de Verdad en enero del próximo año.
 
De los hechos y de los hechores, ni olvido ni perdón
COFADEH

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