Agosto 4, 2021 Por César Lazo A partir del 2009 la mayoría de los hondureños y hondureñas cambiaron su posición respecto al bipartidismo; el golpe de Estado que defenestró a Manuel Zelaya Rosales tuvo un efecto de sensibilización de la ciudadanía hacia planteamientos políticos que antagonizan con la ideología de los conservadores. Poco a poco esa mayoría se ha ido posicionando en los espacios progresistas de izquierda agrupándose en el partido Libertad y Refundación LIBRE, convirtiéndose en la única fuerza con estructura en todos los municipios del país, capaz de confrontar y derrotar al bipartidismo en el plano electoral tal como lo demuestran las encuestas.
Pero tal fortaleza no significa que debemos caer en el triunfalismo, porque el enemigo al que nos enfrentamos no es nada débil como muchos creen. Éste, sabiendo que somos una fuerza, ha diseñado una táctica de desgaste y debilitamiento a través de su poder mediático y financiero. Por eso, de antemano, previendo la real posibilidad de triunfo de LIBRE el enemigo principal y sus aliados internos recurren a la vieja y gastada táctica de divide y vencerás, con el propósito de quitarle masivamente los votos a LIBRE.
Es evidente que muchos (incluidos supuestos revolucionarios) han caído en la trampa, dejándose seducir fácilmente por el falso discurso de oportunistas y los mesiánicos que con sus pretensiones presidenciales están abonando a los planes de la ultraderecha fascista a quien le urge apropiarse del territorio en el marco de un plan imperialista macabro de despojo total.
De ahí que la dirigencia de LIBRE está obligada a hacer una lectura correcta de la presente coyuntura y formular un plan de respuestas a la ofensiva fascista continuista y que a la vez sea el instrumento para permear a ese gran porcentaje de la población, que aun con el peligro de perder el territorio todavía no reacciona y se mantiene indiferente ante su propia pobreza.
Hoy más que nunca es un imperativo penetrar en la conciencia nacional con una propuesta estratégica de prestigio y una línea política que conlleve a la estructuración de una alternativa de poder que agrupe a todas las fuerzas sociales en la lucha contra la dictadura narco sostenida por los neocolonialistas yanquis, a quienes debemos derrotar si queremos romper con el modelo neoliberal y rescatar nuestra soberanía patria.
Debemos estar conscientes que las tareas del presente y del futuro no serán posible si no se conforma una fuerte organización de base (Colectivos barriales). Esta organización partidaria es la que facilitará la movilización popular en todos los niveles para construir una sólida y vigorosa Fuerza Social Política que derrote al fascismo de nuevo cuño y sea capaz de detener a los mercenarios del imperio que han venido para quedarse con nuestro país. Debemos quedar claro que esta Fuerza Social Política en el futuro inmediato también le dará una sólida sustentación a los procesos de transformación estructural del nuevo gobierno que encabezará XIOMARA CASTRO SARMIENTO.
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