Jesús Regalado. Apolinaria Urrea. Lilian Urrea Sagastume y María Arcadia Ramos
Publicado en defensores -
Tegucigalpa.- Varias mujeres que sufrieron torturas,
vejámenes, tratos crueles, inhumanos y degradantes de la comunidad
Guadalupe Carney, cargan con las huellas del dolor producido, pero
abrigan la esperanza de alcanzar justicia en el sistema interamericano.
Se trata de mujeres campesinas que también fueron víctimas de la
masacre perpetrada por guardias de seguridad en la finca El Tumbador que
dejó 5 campesinos asesinados, en un hecho sangriento ocurrido el 15 de
noviembre de 2010.
Actualmente reciben acompañamiento y atención psicológica de personal
especializado del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en
Honduras (COFADEH).
Militares y Guardias en el Bajo Aguán
La petición surge a raíz de los pocos resultados en las
investigaciones, en la identificación y juzgamiento de los responsables,
así como la poca diligencia en asegurar a las víctimas sobrevivientes y
a los familiares de las víctimas, una adecuada reparación.
Las organizaciones peticionarias demostrarán ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que el estado de Honduras es
responsable del derecho a la integridad personal, en perjuicio de las
víctimas, en virtud de la represión violenta de la manifestación
pacífica de los campesinos causando la muerte de cinco personas.
Asimismo, atestiguarán sobre la falta de investigación por intento de
asesinato de Francisco Celedonio Ramírez Licona, Pedro Deras Olivera,
Marvin Jerónimo Méndez Leiva, Abraham Martínez Ventura, víctimas de
heridas de gravedad por armas de fuego y la detención y los tratos
crueles, inhumanos y degradantes cometidos contra Apolinaria Urrea
Sagastume, Lilian Elizabeth
Urrea Sagastume, Jesús Regalado y María
Arcadia Ramos Santos.
Apolinaria Urrea dijo a www.defensoresenlinea.com que la vida no ha
sido fácil, ha habido temor y vemos que no ha habido respuestas de lo
que pasó. Ha sido muy duro para nosotras porque vivimos un momento en el
que creímos que perdíamos la vida, pero gracias a Dios, él nos protegió
y aquí estamos.
“Pero sí esperamos que haya una respuesta buena para todos los que
estuvimos a punto de morir y también para las mujeres que quedaron
viudas con sus niños”, demandó Urrea.
Las mujeres indican el lugar de los interrogatorios y las torturas
Por su parte María Arcadia Ramos expresó que su vida no ha cambiado
después de los hechos del 15 de noviembre de 2010. “Me siento mal, me
pongo a pensar y digo: Esto hacia dónde nos va a llevar, en qué nos
podrá ayudar. Si la familia Facussé se quedará con la finca o será que
no nos va a dar nada, será que nos van a ayudar o nos vamos a quedar sin
ninguna ayuda. Siempre paso pensando lo que sufrimos”.
Ramos señaló que a lo largo de los años ha brindado testimonio de los
hechos y que siente que el caso no avanza. “Y pienso, será que va a
suceder algo, y siento que a veces flaqueo por la duda”.
Durante 9 años, María Arcadia ha tratado de olvidar lo que pasó,
aunque afirma que, en momentos, las torturas, las amenazas de los
guardias de seguridad, la pistola en su cabeza, vuelven a su mente.
“Seguimos adelante, pensando en nuestros trabajos y cómo vamos a
hacer para sobrevivir, porque no crea, yo tengo bastante complicación en
cuanto a las tierras, debido a que estoy enfrentando un proceso
judicial y me preocupa; porque a veces no tengo ni para comprar
frijoles, ni una libra de azúcar”, explicó,.
El 15 de noviembre de 2010, María Arcadia, junto a las demás mujeres
que la acompañaban, vieron cómo caían los campesinos heridos producto de
las balas disparadas por los guardias de seguridad que se apostaron
frente al portón de acceso y en otros puntos dentro de la finca.
“Vimos a Noño (Francisco) herido del rostro, oímos aquella gran
balacera, nos escondimos, pero al ratito venían unos 15 carros 4X4 color
crema, llenos de policías. Más atrás venían unos camiones, y unas
volquetas llenas de militares y gente civil, y esos fueron los que nos
rodearon a nosotras arriba, cuando nos hicieron la emboscada”, detalló.
Operación Xatruch en el departamento de Colón
Añadió que cuando ya había pasado la balacera, intentamos salir de
donde estábamos, pero cuando nosotras queremos salir, ellos estaban
quietos tirados en el suelo (policías, guardias de seguridad, civiles
armados con camisetas blancas arremangadas).
“Cuando salimos a la calle vimos a todos que estaban ahí, yo sólo
recuerdo que me pasé la mano por la cara, y dije: ¡Hoy sí terminamos, la
vida se nos fue! Entonces vinieron todos y nos encañonaron, entonces
dijo un hombre que supuestamente era el jefe de ellos: No, no las vayan a
matar vamos a entrevistarlas”.
Nos agarraron y nos llevaron a entrevistarnos, nos preguntaron si
éramos del grupo de la gente que andaba invadiendo tierras, y nosotras
les dijimos que no, que éramos madres solteras y que íbamos a trabajar a
la finca de Nájera para mantener a nuestros hijos, comentó María
Arcadia.
Nos preguntaban si éramos familia de los campesinos, que si
conocíamos al dirigente y que de dónde éramos nosotras. Entonces le
preguntaron los mismo a las otras.
Me acuerdo que un peludo dijo: ¡Estas mujeres lo que merecen es
violarlas, pero entonces les dijo el jefe, no, nadie ha venido a violar
mujeres, traemos orden de matar, nosotros andamos matando, no andamos
violando, eso sí lo dijo él, aseguró la mujer!
Muchos niños y niñas quedaron huérfanas
“Nos agarraban del pelo, nos tiraban al suelo, nos levantaban de
vuelta, nos decían que nos sentáramos, que nos paráramos; nos trepaban a
un carro, nos bajaban de vuelta. Nos ponían unos cuchillos acá bien
afilados y nos ponían las pistolas acá, nos decían que abriéramos la
boca y nos amenazaban que nos iban a disparar, y yo decía: ¡Con la
primera que maten, ya nos fuimos todas!, narró a
www.defensoresenlinea.com, María Arcadia Ramos.
Los interrogatorios, las torturas psicológicas y los tratos crueles
contra las mujeres se extendieron por un espacio de 5 horas, dado que la
masacre se ejecutó antes de las 7:00 de la mañana.
El 15 de noviembre de 2010, en medio de un gran desplazamiento
militar y policial en la finca de palma africana conocida como “El
Tumbador”, jurisdicción de Trujillo, Colón, guardias de la empresa
Orión, que brindaban servicios de seguridad a la Empresa Dinant, (en
posesión de la finca), emboscaron y mataron a disparos a 5 campesinos
que se preparaban para trabajar la tierra.
Los campesinos asesinados fueron identificados como Raúl Castillo,
Ignacio Reyes, Teodoro Acosta, Ciriaco Cárcamo y José Luis Sauceda
Pastrana
lhttps://defensoresenlinea.com/con-a-primera-que-maten-ya-nos-fuimos-todas-sobreviviente-masacre-de-el-tumbador/
Otras infortmaciones en Defensores en Linea
viernes, 22 de noviembre de 2019
Honduras / ¡Con la primera que maten, ya nos fuimos todas!: Sobreviviente masacre de El Tumbador // Otras infortmaciones en Defensores en Linea
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario